Daniel A. Pasquier Rivero
El encuentro del Gobernador Costas con el Presidente Morales, en Santa Cruz, es motivo central de interés, preocupación y análisis tanto a nivel local como nacional. Ambos representaron en su momento posiciones radicalmente encontradas, no por el vocinglerío discursivo en lo que se parecían mucho, sino porque representaban, o simulaban representar, visiones y concepciones diametralmente opuestas sobre el modelo que debería proponerse al país para orientar la voluntad de cambio. Cuáles serían los temas a cambiar, con qué medios y los límites, marcaban las diferencias. La exigencia de un cambio en democracia y el respeto al Estado de Derecho hizo que se dibujara entre los departamentos orientales y del sur una “media luna” de oposición en el país al “socialismo comunitario” propuesto por el MAS desde el occidente, que poco a poco se fue quitando el disfraz de su filiación al “Socialismo del siglo XXI” castro chavista, un modelo estalinista del marxismo más ortodoxo.
Hasta la fecha nadie sabe qué pasó en realidad para que la simpatía y la correlación de fuerzas que crecía a favor de la propuesta de Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija (con significativos apoyos en Chuquisaca y Cochabamba), se volcara a favor del gobierno y pusiera freno y retro, entre otras cosas, a todo el proceso autonómico. Se especula que hubieron errores, pero más errores y atropellos ha cometido el gobierno central y aún así a partir de ese momento todo corrió a su favor. La desproporción de medios a disposición no es suficiente justificativo: los centralistas tendrían el dinero, pero los autonomistas tenían al pueblo en las calles. La dirigencia autonomista se dividió; entró en pugnas internas y alguien encendió una mecha que hizo estallar el CONALDE, reduciendo a cenizas una real alternativa de oposición democrática saludable para todo el país. Se abrieron heridas profundas, y está pendiente el exigir responsabilidades, lo cual llegará, sobre todo para que los cruceños podamos volver a mirarnos a la cara con franqueza y se recupere la unidad tan ansiada como necesaria.
Este tiempo ha servido para ventilar debilidades, como la de gobernar a espaldas del pueblo, tomar decisiones sin consenso o mediante la práctica de maniobras preestablecidas que dejan amplia materia para la crítica. Se ha puesto sobre el tapete el papel de las logias, de los partidos, de las oligarquías, de los restos feudales, en una sociedad de tanto empuje, gracias a la hibridación biológica, económica, social y cultural de los cruceños. Y también ha servido para conocer los orígenes y los mitos creados alrededor de la TAU, la logia andina a la que han pertenecido importantes personajes para la historia de Bolivia.
¿De qué hablaron Costas y Morales? ¿De las promesas del Presidente? Seguramente no del cambio; ya se ha visto en qué consiste y a dónde conduce., menos aún de cuánto falta para que esto sea “Suiza”, ni de si se ha cumplido que éste sería “un gobierno sin muertos”. Y no era oportuno repetir las observaciones al parto sangriento de la CPE. Para desgracia la foto oficial es muy sugerente: los locales empaquetados en disfraz andino, traje y corbata, ¿dónde quedó la camijeta tan propicia para el clima y la ocasión? Evo fue auténtico con su estilo Liliana Castellanos.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Quizás se tocó el tema del respeto a la Gobernación, de las trampas a su autoridad, de la generación de instituciones paralelas de todo orden con manejo de recursos sin pasar por la planificación departamental, con la manifiesta intención de quitar el verdadero poder al gobierno departamental. Autonomía sin recursos es paja, diría alguno. Los representantes sectoriales desfilando frente a Evo recordaban la película Robín Hood, los vasallos ante el Señor con su carga lastimera fruto del desamparo. ¿Se saltaron de un plumazo al Gobierno Autónomo Departamental y hasta al Municipal? En las próximas reuniones es posible que ni siquiera se encuentren entre los invitados.
Al Presidente le habrán recordado que la CPE manda que “Los Estatutos Autonómicos definirán su aplicación de acuerdo a la realidad y condiciones específicas de su jurisdicción” (Art. 278), que para ejercer autoridad el Gobernador además de legitimidad y legalidad requiere de fuerzas armadas y que el Ministerio de Gobierno en La Paz no puede ser la autoridad idónea para garantizar orden y seguridad ciudadana a miles de kilómetros, cuando además ha demostrado problemas de control a corta distancia como en Huanuni, Caranavi, Achacachi, Uncía, etc. La delincuencia hace de las suyas, en parte, porque el Gobernador no es el Comandante Departamental de la Policía Nacional.
Se le habrá transmitido a S.E. que la inseguridad generada por la persecución indebida y los juicios fuera de la jurisdicción que manda la ley, deja en indefensión “de facto” a la ciudadanía cruceña. Que si hasta hoy, después de más de un año, todavía no hay una explicación siquiera “teórica” creíble del complot separatista y terrorista de parte del Ministerio Público, ¿cómo se puede continuar acusando a troche y moche? De paso, se le habrá manifestado a S.E. que circula la versión de que todo esto se ha convertido en un montaje eficaz de chantaje con fines de lucro. En definitiva, para que la sociedad cruceña siga trabajando, produciendo y disfrutando de lo conseguido con esfuerzo y honestidad se le debe devolver la paz.
Ojalá que el encuentro no haya servido para definir enemigos, ni a nivel nacional ni local, ni para repartirse el poder durante la gestión o, con mayores perspectivas, para hacer cábalas personales. Porque lo que está en juego no es el futuro de unos cuantos políticos si no el de Santa Cruz y, en definitiva, el del país.
Si la agenda de Costas hubiera sido previamente presentada a la Asamblea Legislativa Departamental y a la Brigada Cruceña, después de recibir las ponencias sectoriales, hubiera ganado más fuerza la representación del Gobernador. Es imprescindible generar mayor confianza y credibilidad en los gobiernos autónomos y en sus autoridades. Tanto se habla de “inclusión social” y se ignora la inclusión en la discusión de temas y en la toma de decisiones. La transparencia es un requisito ineludible. Es la hora de mostrar a todo el país las bondades de la autonomía como alternativa democrática al centralismo opresor y, las sombras, no son buenas compañeras.
El Día