Gobernador cruceño participa en los ritos andinos; una fiesta cuestionada


Evo y Costas festejaron por separado el año nuevo aymara. Feriado: Santa Cruz acató a medias; cívicos trabajaron con normalidad.

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Foto: El Gobernador cruceño encabezó el acto por el “Feriado Andino-Amazónico”, ayer en Samaipata.



EL DÍA, 22 de Junio, 2010

Costas participa en los ritos andinos

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El Presidente del país y el Gobernador de Santa Cruz festejaron por separado la llegada del año aymara 5.518. Evo lo hizo en Tiahuanacu y Rubén Costas en Samaipata. Una historiadora se refiere a esta celebración. El líder cívico trabajó normalmente.

Por primera vez en el país se celebró ayer con un feriado la llegada del Año Nuevo Aymara, nominación que fue cambiada a última hora por Año Nuevo Andino Amazónico, cuyos rituales celebraron por separado el presidente Evo Morales, en Tiahuanacu, y el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, en Samaipata.

El Año Nuevo Andino-Amazónico se celebró con un feriado nacional, dispuesto por el Gobierno, para dar mayor realce a la fecha en la que se celebra el año aymara 5.518.

La historiadora cruceña, Paula Peña, sostiene que no existe un origen histórico en Bolivia de esta celebración que fundamentalmente la realizan las culturas agrarias de todo el planeta.

Ayer, el presidente Morales pidió paz y justicia social para su país, al inaugurar el Año Nuevo Aymara 5.518 en la antigua ciudadela de Tiahuanacu donde se realizaron rituales para recibir el solsticio.

“Venimos a renovar nuestra energía para la vida, para la naturaleza, pero también para un ciclo productivo”, declaró Morales a los periodistas, al remarcar la importancia de trabajar este año por la “unidad, la igualdad y la dignidad” de los bolivianos.

Los primeros rayos del sol llegaron al templo de Kalasasaya, en Tiahuanacu, pasadas las 7.10 de la mañana, para bañar a las miles de personas que se reunieron para celebrar el rito que fue dirigido por sacerdotes y líderes aymaras.

Por su parte, el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, presidió la madrugada de ayer la fiesta del Año Nuevo Aymara en El Fuerte de Samaipata. En el acto estuvieron presentes indígenas del occidente y oriente, además de extranjeros.

Costas, a tiempo de dirigirse a la gran multitud que se dio cita al lugar, expresó la esperanza para que desde Santa Cruz se pueda construir una patria con esperanza, concordia, una tierra sin mal y sin perder la esperanza.

“El lucero del alba seguramente aparecerá con toda su fuerza. Cuando el lucero aparece quiere decir que va a ser un buen año”, manifestó Costas.

Por su parte, el capitán grande del Alto y Bajo Isoso, Bonifacio Barrientos, en representación de su cultura guaraní destacó el encuentro multiétnico registrado en dicha ocasión. Los rituales que empezaron a la medianoche del domingo, se prolongaron durante hora y media para finalmente en la madrugada recibir los primeros rayos del sol, que se hicieron esperar debido a la nubosidad y al frente frío que llegó a esa hora.

Asimismo, un grupo de indígenas aymaras que se sumaron al acto hicieron entrega de presentes al Gobernador cruceño en el encuentro. «Reciba esta energía» por el inicio del año nuevo, mencionó uno de ellos al colocarle una medalla con un sol que representa a la cultura tiahuanacota.

Los indígenas, extranjeros y gente del lugar que se dieron cita en El Fuerte de Samaipata bailaron junto al gobernador Costas, diferentes danzas tradicionales del oriente boliviano.

Este es el primer año que se celebra con un festivo de nivel nacional gracias un decreto de Morales, al que otros dos pueblos indígenas de la Amazonia y del Chaco de Bolivia le han pedido similar trato para celebrar sus propias festividades.

El Año Nuevo Aymara se celebró, al igual que en Tiahuanacu, en varios lugares de los departamentos andinos de La Paz, Oruro y Potosí, en el central de Cochabamba y el oriental de Santa Cruz.

Una fiesta cuestionada

Los aymaras calculan que la cultura andina pervive hace 5518 años, una cifra que tratan de justificar por los teóricos y redondos 5.000 años de antigüedad que atribuyen a Tiahuanacu, sumados a los 518 años transcurridos desde 1492, cuando los españoles llegaron al continente.?

Sin embargo, la fiesta es cuestionada por algunos arqueólogos y antropólogos estudiosos de Tiahuanacu porque sostienen que la época aldeana de esta civilización puede remontarse como máximo al 1.200 antes de Cristo y su apogeo al año 700 de esta era.

Cinco mil años antes de la llegada de la conquista española “los habitantes de los Andes estaban saliendo de su etapa de recolectores y no tenían ningún sistema astronómico, ni calendarios”, dijo a EFE el arqueólogo Jedú Sagárnaga, investigador de Tiahuanacu. Los aymaras aparecieron alrededor del 1.200 después de Cristo y no tienen vinculación con Tiahuanacu.

punto de vista

‘No existe un origen histórico’

Paula Peña

Historiadora

Lo que se celebra en esta época es el Solsticio de Invierno; es decir, el inicio de la época invernal y eso se celebra fundamentalmente en todas las culturas agrarias del planeta y evidentemente los aymaras lo han celebrado como otras culturas, pero en la historia del país no existe un origen histórico.

Si el presidente Evo Morales se refiere al feriado como Año Nuevo Andino Amazónico, él está excluyendo al Oriente y al Chaco boliviano, porque en esta región donde viven los guaraníes y otros grupos humanos no es ni Andes ni Amazonia y el oriente que es Santa Cruz, tampoco está contenida en esa declaratoria.

En la ciudad, el feriado aimara se acata a medias

Festejo. En el Parque Industrial, algunas empresas trabajaron. En los mercados, la actividad fue normal. La Gobernación y la Alcaldía optaron por acatar la norma; el Comité Cívico prefirió no hacerlo

image Silencio. En el Parque Industrial, debido a este feriado, la actividad laboral registró una importante disminución

Deisy Ortiz/ J.Carlos Salinas, El Deber

El feriado, establecido por el Gobierno para celebrar el Año Nuevo aimara, en Santa Cruz de la Sierra no se cumplió en su totalidad. Mientras algunas empresas privadas, así como el Comité Cívico, trabajaron normalmente, las instituciones públicas cerraron sus puertas.

En una jornada lluviosa y fría, algunas de las 300 empresas radicadas en el Parque Industrial de esta capital optaron por trabajar.

Las aceiteras, embotelladoras de gaseosas, las que fabrican cerámicas y muebles trabajaron como de costumbre.

Al respecto, desde la Federación de Empresario Privados de Santa Cruz indicaron que el sector acató la norma y si algunas empresas no pararon sus máquinas, se debe a que llegaron a un acuerdo con sus trabajadores para pagarles  doble y continuar con sus actividades.

Sobre el tema, el director departamental de Trabajo, José Job, señaló que este feriado aimara tuvo un 96% de acatamiento en el sector privado. “Hice un recorrido y pude comprobar cómo los empresarios han respetado esta norma. También lo hizo la Gobernación y la Alcaldía”, indicó Job.

Sin embargo, en los mercados (Los Pozos, La Ramada y el Abasto) la actividad fue normal, mientras que los negocios (restaurantes, farmacias, talleres mecánicos y tiendas de abarrotes) la atención fue irregular, pues algunos prefirieron trabajar.

“Si paro un día vendo menos y luego no tengo con qué pagar a mis empleados”, explicó Rosmery Aranda, propietaria de un pequeño restaurante del Abasto.

Sobre la actividad en los mercados, Job señaló que ellos no son dependientes y que esta dirección no los puede controlar ni sancionar.

Asimismo, tal como lo anunció la anterior semana, el presidente del Comité Cívico, Luis Núñez, llegó temprano a su oficina para trabajar normalmente. Los funcionarios de la institución también cumplieron con su jornada de trabajo. Núñez dijo que el feriado de ayer fue impuesto por el centralismo y va en contra de la economía del país y de aquellas familias que a diario tienen que trabajar para su sustento.

Entre tanto, en todas las oficinas dependientes de la Gobernación de Santa Cruz y de la Alcaldía cruceña no hubo atención al público.

Intensa actividad en Emergencias

Durante el feriado del Año Nuevo aimara, la actividad en las salas de emergencia de los nosocomios públicos fue intensa. 

En el hospital de niños Mario Ortiz, cerca de las 11:00, varias madres de familia aguardaban su turno para que los médicos atiendan de urgencia a sus niños. Los casos más frecuentes fueron diarreas y problemas respiratorios agudos.

Una señora que se identificó como Wendy llegó a dicho centro de salud con su niña, que presentaba dolor de estómago. Wendy protestó porque en el hospital Japonés no hubo espacio para atender a su hija.

En el Japonés, los médicos se concentraron en dar asistencia a las víctimas de accidentes de tránsito y a adultos graves con otras dolencias. En la maternidad Percy Boland la actividad también fue intensa pero no sobrepasó los límites normales, pues se atendió el número promedio habitual de nacimientos. En el Hernández Vera también asistieron casos de emergencia y nacimientos.