Ricardo Montero / Clovis De La Jaille – [email protected] –
El origen de la hamaca data de hace 1.000 años y se lo sitúa en Centro América, en la cultura maya, que utilizaba la corteza de un árbol conocido como hamak para hacer el resistente tejido, que permitía soportar el peso de las personas que la utilizaban.
Los viajes de los pueblos indígenas desde el norte hasta el sur del continente permitieron que otras culturas originarias del continente adoptaran la hamaca como propia. En el entorno próximo a lo que hoy es Bolivia, Paraguay y Brasil, este tejido y su uso fue adoptado por los guaraníes, quienes aún las tejen, las utilizan y las comercializan.
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Cuando los españoles llegaron a América, la hamaca fue uno de los tesoros que se llevaron a Europa. Cristóbal Colón las incorporó en los barcos, sustituyendo unos incómodos catres que utilizaban los marinos.
Hoy en día es casi imposible visualizar una casa sin su hamaca. Es parte de los corredores, de los jardines y mejor aún si hay árboles donde estas se puedan colgar. Los amantes del camping las llevan a sus excursiones. Los transportistas las llevan y las ponen debajo de los camiones para dormir a la intemperie y desafiar las altas temperaturas
Fuente: eldeber.com.bo