El Café Takesi proviene de la finca que tiene los cafetales más altos del mundo; una de sus variedades es catalogada como la mejor del orbe y su nombre es Geisha.
Alejandra Pau / Yanacachi
La piel que protege el fruto se abre ante una leve presión, el grano que acaba de ser cultivado en la finca cafetalera más alta del mundo revela su exuberante interior. El sabor de la pulpa que cubre el fruto es la definición de la sutileza, es dulce, con matices inesperados de jazmín. Es la variedad Geisha del Café Takesi, catalogado como uno de los mejores del mundo.
El imponente nevado Mururata yace tras las montañas, en cuyas pendientes empinadas -a una altura 1.800 a 2.500 metros sobre el nivel del mar- se cultivan cuatro variedades de Café Takesi: Geisha, Java, Typica y Catuai.
Hasta la finca, que queda a escasos 50 kilómetros de la ciudad de La Paz, en el municipio de Yanacachi, Sud Yungas, llegaron especialistas de café de Estados Unidos, Japón, Dinamarca y Australia. Los dos primeros países son compradores y los otros dos están a punto de concretar el nexo comercial.
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El microclima, las condiciones de la tierra, la temperatura, la altitud, el control de calidad y el dedicado cuidado han dado como resultado un café de alta calidad y exportación. Actualmente, en la finca hay 32 hectáreas sembradas, de las cuales diez están en producción.
«Vemos cómo nuestro trabajo iniciado hace años y las innovaciones que hemos hecho han dado resultado gracias al trabajo en equipo. A veces las personas que consumen café no se dan cuenta del esfuerzo que se pone al producir una taza de muy alta calidad, detalla la socia de Café Takesi, Mariana Iturralde.
El emprendimiento AgroTakesi se constituye en octubre de 2004, después de años de trabajo, como un proyecto agropecuario con el objetivo de desarrollar el cultivo de productos orgánicos. El 2009 ganó el primer lugar como el mejor Café Boliviano en la Taza de Excelencia.
El 2011 Café Takesi presenta su variedad Typica (criolla) a la competencia Cafés del Año de la Specialty Coffee Association of America (SCAA), donde fue elegida entre los diez mejores cafés del año, entre más de 300 productores a nivel mundial.
Para quien no haya probado el fruto, o la guinda, de este café probablemente no imagina que es dulce. Geoff Watts de Intelligentsia Coffee & Tea, de Estados Unidos, explica que «a mayor altura, más concentración de dulce hay en la pulpa, algo que se quita en proceso de lavado y fermentado de la semilla.
Después de ese proceso, el café queda con una cutícula llamada pergamino, que se retira en el proceso de trillado antes de exportar el grano verde.
Los compradores tuestan el café y lo venden a sus clientes en granos, un café de alta calidad se muele poco antes de beberlo.
Geisha, la variedad misteriosa
La exótica y refinada variedad de café Geisha es de origen etiope, pero fue en Panamá en donde empezó a ser cultivado productivamente. «Tiene un gusto floral y frutal, es una variedad única con un sabor complejo, ver como crece aquí en estas condiciones tan particulares en Bolivia es realmente increíble. Mientras más alto, más complejo es el sabor, nuestros clientes la describen como una bebida misteriosa, es definitivamente muy apreciada y costosa, afirma Matthew Ledingham, de la compañía Seven Seeds de Australia.
El mayor comprador de la variedad Geisha en Bolivia es Japón (entre el 70% y 80%) a cargo de la compañía Maruyama Coffee. Y es precisamente su representante Kentaro Maruyama que, mientras cultiva el fruto, explica que sus clientes en su país conocen Bolivia por en café y por el «camino de la muerte.
«Nuestros clientes ya conocen el café boliviano, pero el Café Takesi les brinda otra experiencia y la demanda se está incrementando. No podemos servirlo todo el año porque la producción es limitada y debe de serlo porque tomar Geisha es como beber un buen vino, detalla.
El cultivo de Geisha es reciente en la finca. «Esta es la mejor variedad del mundo, nuestros clientes nos dicen que es de otro planeta, añade Iturralde.
El gerente operativo de Café Takesi, Juvenal Quijua, manifiesta que el café más alto del mundo «tiene un perfil único, mientras muele los granos de la variedad Geisha.
Antes de molerlo se ha medido la humedad para finalmente prepararlo. La variedad Geisha no se vende en Bolivia, en el exterior cada taza supera los 30 dólares, según comenta Quijua.
La preciada bebida finalmente es servida en un tradicional «jarrito rodeado por el paisaje del valle Takesi. Su sabor es diferente al de cualquier otra bebida, se siente el jazmín y es muy exótico, supera cualquier expectativa.
Cuando Maruyama está en Japón y toma una taza de Geisha de Café Takesi es como si se transportara, «vuelvo a estar aquí rodeado de montañas, recolectando los frutos, dice.
Cuando Iturralde se toma una taza del café, cultivado en la finca que forjó junto a su padre, Carlos Iturralde, siente cítricos, chocolate y jazmín, dependiendo de cada variedad.
Pero sobre todo se materializa en su memoria la infinita dedicación puesta en cada planta, o mata, desde que se siembra en una de las montañas, ahí ante el Mururata, en donde cultivan café cerca del cielo.
Datos y detalles
- Geisha Cuenta la leyenda que esta variedad proviene de las montañas de Gesha, al suroeste de Etiopía. Luego Richard Whally, excónsul en este país, transportó la variedad a Kenya en 1936 como una solicitud del Director de Agricultura. De allí las semillas son enviadas a una zona experimental en Tanzania y en julio de 1953 viajan a Costa Rica con el propósito de combatir la roya. Finalmente llegan a Panamá hacia el año 1960, país desde donde se proyectaría. Hoy es una de las variedades más costosas del mundo.
- Web La página web de AgroTakesi es http://www.agrotakesi.com, en ella está disponible un tour virtual para observar imágenes de todas sus plantaciones. También se puede solicitar información a [email protected].
Fuente: paginasiete.bo