Jorge Santistevan Justiniano*A fines del 1965, en la región del Ñancahuazú, en el sudeste boliviano se instala el primer campamento de delincuentes subversivos extranjeros al mando de Ernesto “Che” Guevara, mal llamados “guerrilleros”. Desde el principio estos bandidos se aplazaron, primero al elegir a Bolivia para sus operaciones y segundo en la elección del terreno.La aventura extranjera tenía como objetivo conquistar el poder para imponer un régimen político absolutista y totalitario, como lo es hoy Cuba.La 4ª División del Ejército con sus pequeñas unidades dependientes estaba integrada por soldados con penurias de medios materiales y uniformes “en arapos”, pasaron momentos difíciles los primeros cinco meses.En la quebrada del Ñancahuazú el 23 de marzo de 1967 se produjo el primer combate de envergadura, ocasionando siete bajas al Ejército boliviano. Posteriormente, los delincuentes montaron otra emboscada el 8 de mayo, en la que el Sbtte. Henry Laredo perdió la vida.Posteriormente se libraron combates en El Espino, Muchirí y El Cafetal, con bajas en ambos lados. Uno de los hechos que desmoralizó al Che Guevara fue el aniquilamiento de la columna de Joaquín el 31 de agosto y toma la determinación de abandonar la zona, hasta llegar a La Higuera.Los bandidos estaban agotados, pasaron cinco meses huyendo de los soldados del ejército y finalmente en La Higuera, Quebrada del Yuro, los Rangers de la 8ª División encontraron a la columna del Che Guevara (grueso del grupo) y la mañana del 8 de octubre de 1967 los delincuentes subversivos fueron derrotados definitivamente, cayendo prisionero el Che Guevara ante un soldado boliviano.Desafortunadamente, meses después de haberse definido la derrota de esta banda de delincuentes, varios jefes militares fueron asesinados por mercenarios de la Brigada Internacional Ernesto Che Guevara.El coronel Andrés Selich fue asesinado en 1971, el mismo año el coronel Roberto Quintanilla, luego el coronel Joaquín Zenteno Anaya, y el general Barrientos muere en accidente aéreo. Por último, el general Gary Prado es injustamente procesado en el montado caso terrorismo, a quien trataron de humillar y doblegar pero no lo consiguieron.En el marco de la Ley 1768 y la Constitución de 1967, estos delincuentes subversivos cometieron los siguientes delitos:Los extranjeros cometieron sedición, asesinato, robo y abigeato, entre otros. Los bolivianos que se unieron a los guerrilleros cometieron traición a la patria, alzamiento armado, participación criminal, sedición, atribuirse los derechos del pueblo, organización criminal, tomar armas o prestar servicios en ejército enemigo en tiempo de guerra.Estos traidores a la patria tienen una deuda con la justicia y con el pueblo boliviano. Sin embargo, algunos hoy gozan de privilegios. El castro-comunismo, al no lograr sus objetivos por medio de las armas, cambió de estrategia y trata de lograr su objetivo por medio de la política.Algunos bolivianos siguen pensando que «el hombre a imitar es el Che». Son infantilmente fanáticos y lucen orgullosamente la imagen del Che en prendas de vestir y en oficinas del Estado como ídolo.Un ser que lucha por sus ideales no se entrega a su enemigo para salvar su vida, un idealista muere por su patria o por sus principios como lo hicieron nuestros héroes nacionales. Históricamente el Che Guevara no hizo nada por nuestro país, pero hoy la dirigencia política boliviana sometida al castrismo cubano levanta estatuas y las venera, y le asigna el nombre del Che Guevara a un centro cultural como si no hubiera figuras nacionales.La escasez de figuras socialistas los obliga a la publicidad de la imagen de Guevara. Me pregunto en voz alta: ¿cuál es el motivo para que en Bolivia algunos dirigentes y grupos políticos desaten una campaña glorificadora del insurgente extranjero Ernesto Che Guevara? La respuesta es clara: el Che inspiró a la dirigencia socialista de nuestro país para convertirse en clase privilegiada, con poder político y económico impresionante.Cualquier manifestación en homenaje al Che implica un agravio a nuestro país, a los héroes de la independencia y particularmente a los excombatientes de la guerrilla del 67.Dirigentes socialistas nacionales, quiten de sus mentes ese complejo de sometimiento al extranjero; permanecen sometidos como en los tiempos de la colonia y endiosando al que los chicotea. ¡Valórense! ¡Siéntanse orgullosos de ser bolivianos!Hoy, los bolivianos rendimos nuestro homenaje a los excombatientes de Ñancahuazú, defensores de la integridad y de la verdadera dignidad nacional, admiramos sus actos de valentía y sacrificio, gracias a ustedes hoy disfrutamos de la libertad y democracia.Nos sentimos orgullosos de recordar este día que con plena justicia ha sido calificado como el “Día del soldado boliviano”. ¡¡¡Ciudadanos, tengan bien presente, que los verdaderos héroes de la independencia, de la libertad, soberanía y democracia nacieron en esta tierra, no son extranjeros!!!Gloria a nuestros héroes de Ñancahuzú, que cumplieron el mandato constitucional.*Coronel de Ejército, Abogado, Docente Universitario, Diplomado en Altos Estudios Nacionales, cursó la maestría de Seguridad Defensa y Desarrollo, maestrante en Derecho Constitucional, formó parte del cuerpo diplomático en la misión permanente de Bolivia ante las Naciones Unidas y ante la República del Paraguay, en calidad de asesor. Es parte del Directorio de Altos Estudios Nacionales filial Santa Cruz.