El gobierno prepara «emboscada» a Tarija


El dirigente del MAS, Luis Alfaro, es la punta de lanza del siniestro plan. La intención es desalojar del puesto al prefecto Mario Cossio y enviarlo a la cárcel para que le haga compañía a su colega de Pando.

image Las inmediaciones del mercado campesino se convirtieron en campo de batalla entre autonomistas y masistas, ocurrió el pasado mes de septiembre en Tarija.*

El gobierno del MAS se prepara para reeditar en Tarija los violentos enfrentamientos ocurridos en el mes de septiembre en Pando. La intención es desalojar del puesto al actual prefecto Mario Cossio y, de ser posible, enviarlo al penal de San Pedro en La Paz , para que le haga compañía a su colega Leopoldo Fernández.



La estrategia fue definida en la reunión que sostuvieron el pasado sábado el viceministro de Régimen Interior, Rubén Gamarra y el dirigente de los campesinos de ese departamento, Luis Alfaro. El pasado miércoles, un grupo de campesinos partió del Chaco para dirigirse a la capital chapaca con el oscuro propósito de lograr la renuncia del prefecto.

De acuerdo a la estrategia diseñada, los campesinos deberían forzar en la capital tarijeña una serie de hechos de violencia que, en lo posible, deberían provocar muertos, los cuales, siguiendo el método utilizado en Pando, serían de inmediato atribuidos al prefecto Cossio, quien tendría que ser detenido con este argumento y trasladado a La Paz , ciudad que se ha hecho acreedora al dudoso honor de ser un campo de concentración para los opositores políticos de Evo.

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Esta programado que la marcha llegue a Tarija este miércoles 3 de diciembre y por adelantado ya se trasladaron hasta esa ciudad varios agentes del Ministerio de Gobierno para cooperar en la provocación de hechos de violencia y como ya es norma, portaban maletines con el dinero suficiente para solventar los gastos de la movilización.

De acuerdo al libreto reeditado, de lo que se trata es de retomar la prefectura tarijeña y las otras en manos opositoras de forma de que no exista la más mínima interferencia en la aplicación del plan hegemónico gubernamental.

Los componentes de este plan no solo están dirigidos a defenestrar a los prefectos. También cuenta entre sus objetivos a los dirigentes de los comités cívicos y otras organizaciones que estén comprometidas con las autonomías.

El plan está en plena aplicación y sus primeras víctimas ya han caido. Se trata del prefecto pandino, Leopoldo Fernández, el dirigente cívico tarijeño Reynaldo Bayard, y varios autonomistas chaqueños y de la Union Juvenil Cruceñista. El gobierno ha programado que las próximas víctimas sean el prefecto Cossio y el dirigente cívico cruceño, Branko Marinkovic para luego emprenderla contra el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, a quien consideran un hueso más duro de roer.

Los muertos que se pueden producir en estas acciones son considerados por el gobierno como simples “daños colaterales” que serán puestos a la cuenta de los dirigentes opositores luego de que los estrategas en comunicación monten spots  televisivos y radiales sobre la existencia de supuestas masacres o vengan misiones de «compañeros» de la Unasur para mostrar a sus respectivos gobiernos lo que Evo Morales quiere que muestren.