Santa Cruz: viernes negro


Torpeza policial provoca violencia y repudio civil.

Santa Cruz vivió un viernes negro por los choques entre uniformados, minusválidos y otros sectores sociales. El detonante fue la intervención policial de una vigilia de personas con discapacidad.

Se espera que hoy a las 11:00 la gente se reúna en El Cristo. El Gobierno culpa al prefecto por los hechos de violencia



El Deber

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Acción. El desalojo policial de los minusválidos de las oficinas de YPFB encendió la mecha que horas más tarde provocó una gresca entre uniformados y civiles en las puertas del Comando policial

Christian Peña y Lillo H.

Luego de la violenta jornada que se vivió ayer con seis horas de enfrentamiento entre la Policía y grupos de jóvenes, que causó más de veinte personas heridas (entre policías y civiles), el jefe policial del departamento, Wilge Obleas, aún no ha decidido si dejará o no su cargo, como se lo han pedido algunos sectores cívicos y políticos.

El Gobierno acusa a las autoridades cívicas y prefecturales de propiciar la violencia, mientras el prefecto cruceño, Rubén Costas, convocó una concentración popular en El Cristo para hoy, a las 11:00 en busca de la paz, aunque grupos de choque han amenazado con tomar el edificio policial y se teme que la violencia se desborde nuevamente.

Las peleas que se concentraron en el segundo anillo, entre la avenida Cristo Redentor y el canal Isuto, comenzaron ayer en la madrugada, cuando la Policía, por orden del Ministerio de Gobierno, desalojó a los discapacitados que habían tomado las oficinas de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), exigiendo que el Presidente les pague un bono anual de Bs 3.000 que les prometió durante su campaña electoral.

Las imágenes de la forma agresiva en que estas personas fueron retiradas de su medida de presión, hicieron que gente de la Unión Juvenil Cruceñista y de otros grupos salgan a apoyarlos en sus acciones.

Así fue que empezó una escalada de enfrentamientos, que fueron alentados por algunos representantes cívicos y parlamentarios, que estuvieron incluso a punto de tocar las campanas de la catedral y convocar al pueblo.

Los efectivos policiales no midieron la contundencia de sus arremetidas contra la población movilizada, lo mismo que los manifestantes no lo hicieron con ellos. Se llegó al extremo de agredir al comandante general de la Policía, Miguel Gemio, y al jefe local Obleas, en las puertas mismas del Comité pro Santa Cruz, donde poco antes Costas y el titular cívico, Branko Marinkovic, afirmaban que los cruceños no buscaban el enfrentamiento sino la paz.

Pese a las afirmaciones que lo de hoy será pacífico, se teme más violencia.

El Gobierno ha dicho que hará respetar los mandos en la institución verde olivo.

Por su parte, los dirigentes de las personas con discapacidad han asegurado que mantendrán las movilizaciones y seguirán en vigilia hasta el martes 19, día en que se espera que el Congreso apruebe las demandas del sector. Caso contrario, ellos amenazan con retomar sus medidas de presión, como bloqueos, marchas y toma de instituciones. Los minusválidos llevan 27 días de movilización.

Mientras tanto, la Defensoría del Pueblo y la Iglesia católica han pedido que cesen los enfrentamientos.

Viernes negro

Se espera que hoy a las 11:00 la gente se reúna en El Cristo. El Gobierno culpa al prefecto por los hechos de violencia

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