Medida: Según el Presidente de la comisión demarcadora, el objetivo paraguayo no sólo es precisar el límite territorial, sino sentar presencia estatal en la zona limítrofe.
Los presidentes Fernando Lugo y Evo Morales en un encuentro en Mariscal Estigarribia (Paraguay) el 12 junio de 2009 (foto ABI)
La Comisión Nacional Demarcadora de Límites y las Fuerzas Armadas paraguayas comenzaron a despejar la línea fronteriza con Bolivia abriendo picadas (sendas a través de la espesura del monte) para la instalación de hitos, informó el diario ABC de ese país en su edición digital.
Los trabajos comenzaron en el tramo entre Gabino Mendoza y el cerro Coronel Cabrera, en el departamento de Alto Paraguay, agregó en un reporte especial en el que explica que el objetivo es salvar la indefinición de límites en extensas áreas fronterizas con Bolivia, alentar una mayor presencia en la zona y dotar de accesos a algunos puestos militares.
Los trabajos se ejecutan por iniciativa de la Comisión Nacional Demarcadora de Límites, en el marco del programa de actividades 2010 en el Chaco paraguayo, y en él participan, según ABC, efectivos de las Fuerzas Armadas de Bolivia.
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El presidente de la referida comisión, embajador Enrique Jara Ocampos, explicó que el emprendimiento busca ejercer presencia en esa zona.
Añadió que, independientemente de las obras realizadas, se ocupan de asistir a los puestos militares instalados en ese sector, que no cuentan con las condiciones requeridas para el control efectivo.
Las obras abarcan 21 kilómetros de “picada” límite, la limpieza de 31 kilómetros de línea fronteriza en el tramo Hito Vértice Principal IV Gabino Mendoza-Hito Vértice Principal V Cerro Coronel Cabrera, totalizando 52 kilómetros. También se procedió a la colocación de mojones que serán utilizados para la ubicación de los hitos secundarios que serán erigidos en el eje de la picada límite, cada cinco kilómetros.
Apuntes
Bolivia y Paraguay sostuvieron entre 1932y 1935 la llamada Guerra del Chaco, en la que el país perdió parte de su territorio.
La conflagración desangró a ambas naciones, cobró 57.000 vidas al Ejército boliviano y 43.000 al bando paraguayo.
La Prensa