Cada vez es más frecuente en Brasil que una masa enfurecida con un delincuente decida hacer justicia por su cuenta. El resultado suele ser fatal.
Según el estudio de The Guardian, que ha consistido en recopilar este tipo de noticias en la prensa local y elaborar las estadísticas correspondientes, «los presuntos ladrones representan más de la mitad de las muertes reportadas en 2016 por linchamiento; los presuntos homicidas representan el 20% de este tipo de muertes y los sospechosos de abusar de los niños un 7%».
Un fenómeno con raíces profundas
En artículo de 2015 del diario español ‘El País‘, que reflejaba ya la relevancia social que estaba adquiriendo este asunto, se menciona el origen remoto de esta práctica, a través de un sociólogo experto en la materia: «Jose de Souza Martins investiga desde hace 20 años los linchamientos en Brasil, y ha escrito un libro publicado este año titulado ‘Linchamentos: a justiça popular no Brasil‘ [Linchamientos: la justicia popular en Brasil], que cuenta que la primera de estas muertes ocurrió en 1585 cuando un indio cristiano hizo algo que ofendió a los fieles en Salvador de Bahía».»A juicio de este especialista -continúa el artículo de El País’-, la mayoría de los linchamientos en Brasil repiten este mismo patrón macabro, con el muerto a golpes atado a un poste de la luz. Este experto constata una variante aún más cruel: en su investigación ha descubierto que cuando la víctima es negra, además de la muerte a puñetazos y patadas, lo agreden con otras formas de violencia que el blanco no sufre, como mutilaciones o quemaduras».Fuente: actualidad.rt.com
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