Conozca dónde y cómo se extrae y procesa el ametrino, o Bolivianita, una mágica combinación natural de los colores violeta y ámbar que hacen única a esta piedra.
Gloria Salazar Mariaca *
La Bolivianita es una gema tan extraordinaria como es el sitio que la alberga, la Mina Anahí, un lugar amazónico, caluroso y húmedo. El campamento está doblemente resguardado por mallas de acero principalmente para evitar la visita del tigre, no por nada la región se llama El Rincón del Tigre.
En la colina y alrededores donde se encuentra la mina habitan millares de garrapatas, insectos y mosquitos. En época de lluvia el camino es un lodazal, algunos trechos se cubren de agua y los víveres tardan semanas en llegar, aunque la granja de la mina, con cerdos y gallinas, salva esos momentos.
La infinita cantidad de mosquitos no permite hablar sin bozal al aire libre, la boca se llena de ellos, los ojos, la nariz, el cuerpo entero debe ser protegido.
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Entrar a los túneles y socavones de la mina es refrescante, es un alivio comparado con el calor infernal del lugar. Ahí está la mina Anahí, fuente de vida de esta formación de la única Bolivianita, un cuarzo raro e inusual en el que la amatista color violeta y el citrino color ámbar se presentan curiosamente juntos en la misma estructura de cristal. Aunque el cuarzo es uno de los minerales más abundantes de la Tierra, el ametrino es uno de los más raros.
He tenido el privilegio de visitar la Mina Anahí junto a mi hijo David en julio, para conocer y entender, descubrir y valorar la trayectoria de este cristal maravilloso, desde su nacimiento en los yacimientos de las entrañas de la tierra hasta sostener una gema deslumbrante en las manos.
La mina Anahí se encuentra en el extremo este de Bolivia, en la provincia Germán Busch, colinda con El Rincón del Tigre y está cerca a las lagunas de La Gaiba y Mandioré, en el municipio de Puerto Quijarro, departamento de Santa Cruz. Las distancias en kilómetros desde la ciudad de Santa Cruz como eje de partida a todos estos lugares son relativamente cortas, llegar a la mina en época seca toma un promedio de 15 a 17 horas por tierra.
La travesía
En nuestro viaje el primer tramo de 639 kilómetros de Santa Cruz a Puerto Suárez lo atravesamos en ocho horas por una carretera formidable, las otras opciones son 10 horas en ferrobús o 15 horas por tren hasta Puerto Quijarro, no hay servicio aéreo público a Puerto Suárez, sólo privado.
Después de un breve descanso en las oficinas de la mina, emprendimos el segundo tramo de 238 kilómetros desde Puerto Suárez a la mina Anahí en un vehículo 4×4. Como era época de invierno y seca, el camino de tierra permitió llegar sin percances ni obstáculos, en una travesía de aproximadamente siete horas. Este tramo se lo puede realizar en 30 minutos en avioneta privada.
El viaje por tierra es hermoso, gozamos de los diferentes colores de la tierra del camino desde tan blanca como la tiza hasta los diversos tonos de cafés y ladrillo. Gran parte del camino es plano pero existen lugares accidentados, donde la tierra tiene desniveles profundos, tramos húmedos y resbalosos, brotes de agua extensos que lo cubren totalmente, lo que nos obligó a buscar desvíos improvisados y en otros cruzarlo por medio del agua.
La destreza de don Berthy Arancibia, conductor experto, hizo que este recorrido sea una aventura en la que se disfruta de la abundante y diversa flora y de los animales y aves.
Nuestra vista se deleitó con árboles como los tajibos y para-todo en flor y otros como el curupaú, angilin o cuchi. En el lugar habitan una gran variedad de aves, como loros, la pava mutún, los batos, animales como los jochis, antas, taitetús, capibaras y zorros, que fugazmente atravesaban el camino. Pero el esperado y temido tigre, o más bien jaguar del monte, se escondió de nuestras miradas.
En época de lluvias este tramo puede durar tres, cuatro o más días de travesía. Es la única vía terrestre de acceso a la mina por la que se movilizan el personal y por la que se transporta todo lo que se necesita para mantenerla en funcionamiento: diésel en cisterna, alimentos, maquinaria e indumentaria de minería, muebles y equipos de oficina, repuestos, etcétera.
De allí saldrá el mineral extraído, preseleccionado y embalado, que pesa cientos de toneladas. El mineral en bruto tiene que recorrer primero este camino de tierra, lodo y agua para poder llegar eventualmente a la planta en la ciudad de Santa Cruz. Se transporta en camiones de alto peso y su recorrido en época seca toma un promedio de 21 horas y en época de lluvias este viaje es imposible.
El campamento de la mina consta de varias áreas, las viviendas de los mineros con un área común de recreación, un área equipada para mantenimiento de maquinaria y vehículos, viviendas de los ingenieros y oficinas, la cocina y comedor comunes, cancha de fútbol y granja de animales.
Para el mineral extraído están las áreas de lavado, clasificación, empaque y el de residuos. Por último está el área de los explosivos, que está alejada y muy bien resguardada. No debemos pasar por alto la presencia de los perros, fieles guardianes atentos y alerta durante el día y compañeros feroces de los guardias en sus rondas nocturnas.
Extracción de la bolivianita
La extracción minera de la Bolivianita, o ametrino, se realiza de dos maneras. La primera visible a pocos pasos del campamento y denominada tajo abierto, que significa la excavación por niveles de la montaña donde se alberga el mineral, dando lugar al cristal expuesto al aire libre. Es fascinante ver en las paredes de la montaña las venas del cristal expuestas en todo su color y esplendor atrapado entre rocas y tierra color ladrillo. El trabajo de extracción se lleva a cabo siguiendo las venas del cristal y martillando cuidadosamente los alrededores para dejarlo libre.
Al llegar a la base el ambiente es húmedo y cálido. Observamos, con la ayuda de las linternas, las venas de los cristales incrustados en la roca que siguen sus propias rutas singulares y entrelazadas, internándose en las profundidades de la tierra; retando su descubrimiento. Esas rutas nos llevan a la magnificencia de una geoda gigante e imponente que desafía toda posible explicación a su existencia.
Es una cueva de cristales, su entrada, sus muros, techos, rincones todos cubiertos por picos perfectos de diversos tamaños y tonos morados. Se convierte en juego de luces el buscar y encontrar entre los cristales y picos aquellos que muestren a la Bolivianita, a los dos colores lado a lado el morado y el ámbar. La mayor parte de los cristales de la mina son Amatistas, el Ametrino o Bolivianita está distribuido al azar entre todo este universo del cristal morado.
La extracción de los cristales de esta gema, en ambas operaciones, se realiza a mano martillando con sumo cuidado los alrededores de los cristales, liberándolos de la tierra y rocas de acuerdo a su tamaño y estructura. A través de los años la empresa ha ido perfeccionando las técnicas de explotación de los cristales. En el lugar de extracción el mineral es embolsado para luego ser transportado al área de clasificación, donde primero se pesa. Cada bolsa tiene un peso promedio de 35 kilos.
En el área de clasificación los cristales son meticulosamente ordenados de acuerdo a la profundidad de colores, claridad y tamaño y luego embalados para ser transportados a la cuidad. Imperfecciones y rutilados naturales hacen que una gran cantidad de este cuarzo no se pueda utilizar para el corte de gemas, pero sí para elaborar ornamentos y otros productos a los cuales estas imperfecciones más bien añaden carácter a las piezas.
Una vez transportado y re-clasificado en Santa Cruz, sólo el cuarzo perfecto, impecable y cristalino se utiliza para el corte de gemas de la Bolivianita y el control de calidad que se realiza en todas las etapas de producción garantiza una gema de corte impecable y uniforme.
Gemas limpias
Para llegar a esta última etapa es muy importante conocer los datos que el ingeniero Ramiro Rivero M. revela. «Aproximadamente entre 1 y 2% de la producción bruta de la mina se convierte en gema limpia (material aserrado listo para ser tallado) y de éste 1 a 2% únicamente 0,4 a 0,5 % es ametrino. Es decir que de 1.000 kg de producción bruta se recuperan cuatro kilos de ametrino limpio, explica. Una más de las varias razones para apreciar y valorar a esta gema única por su rareza.
El mundo conoce a Bolivia como un país minero, principalmente por las minas de plata, estaño, oro y wólfram, situadas en su mayoría en la parte occidental del país, pero también por sus abundantes riquezas naturales de flora y fauna que se encuentran en los diferentes pisos ecológicos.
Se suma a estas riquezas el ametrino, o Bolivianita, un mineral único en el mundo y relativamente nuevo en el mercado, bautizado inicialmente como Bolivianita y catalogado científicamente como Ametrino por la combinación del amatista y citrino. Según crónicas, este mineral fue descubierto en el siglo XVII, pero recién ofrecido al mundo hacia los años 80 y explotado como merece serlo desde principios de los años 90 cuando Rivero, junto a Minerales y Metales del Oriente, logra consolidar la concesión de la mina Anahí que alberga al sorprendente mineral
Esta particular combinación, la aparición de los colores violeta y ámbar en el ametrino es el resultado de los diferentes estados de oxidación de hierro en el cristal que se produce debido a la presencia de gradientes de temperatura durante las etapas de su formación.
Es fascinante imaginar que a través de miles de años mientras se formaban estos cristales ocurrían temperaturas diferentes tan cerca entre ellas provocando así la formación del este maravilloso elemento. Es aún una incógnita la explicación científica que dilucide exactamente la existencia de estos dos cristales, el amatista y el citrino juntos pero separados por su formación geológica. Es una más de las maravillas y misterios de la naturaleza.
Agradezco a Ramiro Rivero U. (hijo) por permitir y facilitar nuestra visita a la mina Anahí y a los ingenieros que nos acompañaron: Andrés Burgoa, Fernando Cornejo, Roberto Rueda y Gery Tito Quiroga por sus valiosas explicaciones y paciencia, y a todas las personas que nos acogieron durante nuestra estadía.
Para Gems by Gloria es un orgullo y privilegio ser parte, aunque muy pequeña, de la promoción de este mineral extraordinario que produce con enormes esfuerzos Minerales y Metales del Oriente SRL.
* La autora es propietaria de Gems by Gloria. Ha participado en ferias internacionales como Iberjoya en Madrid, ferias en Londres, Sarajevo, Madrid, varios lugares en el sur de Francia y en la rueda de negocios de la Expo Milan en 2015.
Fuente: paginasiete.bo