La guerra interna del MAS


GUERRA DEL MAS El oficialismo de La Paz expulsa al senador Fidel Surco, comandante del CONALCAM. Evo Morales le muestra la puerta a Gustavo Torrico y le dice “no eres más del MAS”. La trama siniestra en torno a Dirk Schmidt deja entrever los intensos conflictos de facciones al interior del Ministerio de Gobierno. El CONAMAQ aplaza al 99% del gabinete. Félix Patzi escribe que Bolivia se encamina hacia un régimen absolutista. Lino Villca, Román Loayza, Filemón Escóbar, Felipe Quispe y Rufo Calle denuncian dictadura política y sindical. La senadora Montaño le hace zancadillas a Carlos Romero. Evo sufre una extraña afección estomacal y días después le envía indirectas a García Linera. La CIDOB y el Movimiento Sin Tierra marchan contra el gobierno. La COB protesta por la política laboral. Las Juntas Vecinales de El Alto amenazan con pedirle la renuncia a Evo Morales. El MAS pierde su bastión paceño en las municipales de abril. Demasiados síntomas para que se pueda tapar con un dedo todo un proceso de descomposición. Mientras el régimen se ocupa de construir el “segundo piso” de su poder, copando toda la estructura institucional del Estado, el “primer piso” del edificio (sus alianzas sociales y políticas) se resquebrajan.

Vendetta contra Pomacusi

La extraña incorporación del periodista José Pomacusi a la indagatoria del caso Rozsa sería en realidad una vendetta personal orquestada por Wálter Chávez, otrora hombre fuerte del equipo comunicacional del gobierno, en venganza por la investigación que hiciera años atrás Unitel sobre el ex terrorista peruano, cuando el actual director de Poder y Placer era jefe de prensa de ese canal de televisión.

Los equívocos de Evo sobre Unasur

Flanqueado por el canciller venezolano Maduro (que actuó como un procónsul en toda su estadía en Bolivia), el presidente lanzó un par de sus acostumbradas “evadas”. Además de reiterar su curiosa animadversión por el Chapulín Colorado (comparó a Uribe con el personaje de TV), afirmó que la Unasur ya se ha consolidado institucionalmente, ignorando que la misma no cuenta hasta la fecha ni siquiera con personería jurídica y que los Congresos de varios países se niegan a ratificar su convenio fundacional.



Estatización del agua

Que la ONU haya adoptado el criterio del “agua como recurso humano” no quiere decir que el concepto fuese tomado del gobierno boliviano, ni que tenga la misma interpretación de ese principio que la administración de Evo Morales. En su versión particular de las cosas, el presidente parece leer la postura de Naciones Unidas como un aval para una política de estatización del servicio de agua potable, lo que arroja una preocupante sombra sobre las cooperativas encargadas del área.

Símbolo de una derrota

El acto del 6 de agosto que prepara el gobierno en Santa Cruz es el símbolo de la derrota, no de un pueblo ni de una causa, sino de una élite regional aplazada por sus errores estratégicos y sus limitaciones estructurales. ¡Ya veremos a varios de sus representantes ese día, reverenciando al conquistador!

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