La sencillez convierte a una mujer común en un ser extraordinario

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Una rana se preguntaba cómo podía alejarse del clima frío del invierno. Unos gansos le sugirieron que emigrara con ellos, pero el problema era que la rana no sabía volar.

– Déjenmelo a mí -dijo la rana-. Tengo un cerebro asombroso.

Luego pidió a dos gansos que la ayudaran a recoger una caña fuerte, cada uno sosteniéndola por un extremo. La rana pensaba agarrarse a la caña por la boca.



Cuando el invierno estaba a punto de llegar, los gansos y la rana comenzaron su travesía. Sin embargo, no habían volado mucho cuando pasaron por una pequeña ciudad, y los habitantes salieron para ver el inusitado espectáculo.

Alguien preguntó: “¿A quién se le ocurrió una idea tan brillante?”

La rana se sintió tan orgullosa que exclamó:

¡A mí!

En el preciso momento en que abrió la boca, se soltó de la caña y cayó al vacío.

Al igual que la rana de la historia, el orgullo muchas veces nos conduce a tomar malas decisiones sin pensar en las consecuencias. Esa sensación de sentirnos sobre los demás, nos hace pensar que nosotras siempre estamos en lo correcto y lo demás están equivocados.

sencillez

Pensamos que solo nuestras ideas son increíbles y no nos cansamos de presumirlo y sentirnos un paso arriba que los demás; sin embargo, esta actitud puede acabar con nuestra felicidad para siempre. El orgullo y la soberbia pueden convertir a una mujer exitosa en una fracasada. En cambio, la sencillez y humildad, nos convertirá en mujeres excepcionales.

No lo decimos nosotras, lo dice un estudio realizado en la Universidad de Cornell. Para llegar a esta conclusión, los expertos evaluaron a 100 personas a quienes les presentaron una lista de términos y descubrieron que quienes se calificaban como expertos en la materia, no solo reconocían términos ficticios que los investigadores habían inventado para despistarlos, sino que incluso afirmaban saber todo sobre esos conceptos.

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Por otro lado, mostrando sencillez con una actitud mucho más humilde, las personas que no pretendían mostrarse como unas expertas en la materia, exponían su incertidumbre sobre esos términos “dudosos” y reconocían que no sabían nada sobre ellos.

Este estudio demuestra que muchas veces nuestro ego nos ciega y nos impide aprender cosas nuevas. Por querer mostrarnos expertas y mejores que los demás, muchas veces pecamos de ignorantes y nos quitamos la oportunidad de crecer y conocer algo nuevo. Nunca estaremos en nuestro punto más alto, cada día podemos aprender nuevas cosas. ¡No seas orgullosa!

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Fuente: whatthegirl.com