Que Evo oiga a Menchú


evo menchú En el marco del Foro Social Mundial que se desarrolla en Asunción del Paraguay, al que asistirá mañana domingo Evo Morales, la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú acaba de decir que “Los pueblos no necesitan armas, sino comida, casas y oportunidades”. Dan ganas de pedir que Evo oiga a Menchú y sustituya sus planes armamentistas, que incluyen compras a Rusia por más de cien millones de dólares, e invierta esos fondos en la solución de las diferentes demandas sociales que hoy agitan al país. Es un pedido retórico, por supuesto, porque bien sabemos que para el mandatario las armas son malas sólo si están en manos del “imperialismo”, pero serán siempre buenas si las esgrimen los regímenes “socialistas”.

Hablando del Foro Social…

Se sabe que los gobiernos de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) están extremando medidas para evitar que en Asunción les vuelva a pasar lo mismo que en Quito, donde los presidentes Correa y Morales fueron cuestionados por representantes indígenas que los acusaron de haberlos utilizado políticamente y luego descartado. Pero por más prevenciones que se tomen, apostamos a que habrá rebeldes que pondrán las cosas en su sitio.

Corte Electoral teledirigida

Se fueron los vocales de la Corte Departamental Electoral de Santa Cruz, al término de una gestión con luces y sombras (la administración del referéndum autonómico entre las primeras y la distorsión de la representación proporcional en las elecciones de abril entre las segundas). El empantanamiento en la Asamblea Departamental, que no ha tenido la capacidad de designar hasta ahora las ternas para las nuevas vocalías, hace que a partir del lunes 16 la Corte cruceña pase a depender del Tribunal Supremo Electoral, que la teledirigirá desde La Paz conforme a la segunda disposición transitoria de la Ley del Órgano Electoral Plurinacional. La CDE va de mal en peor.



La lógica cíclica de la protesta social

Sucedió así en el ciclo de protestas sociales que comenzó el 2000 y culminó en octubre de 2003, y todo apunta a que la lógica incremental volverá a repetirse. Las protestas suelen comenzar por demandas locales que son desactivadas provisionalmente por “salidas” (que no soluciones) pactadas con el gobierno de turno. Luego, de manera inevitable los convenios firmados acaban por ser incumplidos total o parcialmente, lo que lleva a la reactivación de las demandas, que en esa segunda fase se conjugan con otras protestas locales que han sufrido igual destino. Así una y otra vez, en un “in crescendo” que acaba por extender las demandas a nivel nacional, convirtiéndose en directa interpelación destituyente al poder político. Algo para tener en cuenta a la hora de analizar los eventuales resultados que tenga la negociación entre el gobierno y los representantes de Potosí.

Insistente “predisposición” chilena

El canciller chileno Alfredo Moreno ha dicho que “es el momento ideal para llegar a un acuerdo con Bolivia sobre el mar” y ha reiterado la “predisposición” de su administración para alcanzarlo. De hecho, esta es la enésima señal emitida por el gobierno trasandino en ese sentido. Es evidente que, cuando una de las partes de una negociación parece casi desesperada por concretar un convenio determinado, lo más probable es que encierre un gran beneficio para ella y un perjuicio para la otra. La generosa propuesta chilena habla de facilitar el acceso al mar y de “grandes proyectos de conectividad”, que sin duda activarán las glándulas salivares de altos burócratas del gobierno boliviano y de empresarios con “muñeca” para las concesiones de obras públicas, influyentes sobre los sectores más dóciles de la oposición. Ah, eso sí. En la letra chica dice bien clarito: “Sin soberanía”.

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