El presidente Porfirio Lobo recibió en una base militar capitalina los cadáveres de 16 de al menos 21 hondureños muertos a manos de carteles de la droga en México. Los cuerpos arribaron en un avión C-130 de la fuerza aérea mexicana en medio del llanto y gritos desgarrados de sus parientes, que participaron en una ceremonia especial.
Los restantes cinco los traerán el sábado. Cadetes de la Escuela Militar, con sus uniformes de gala, trasladaron los féretros del avión a dos carpas habilitadas en la pista, donde estaban los familiares de los fallecidos. Médicos forenses de la fiscalía comenzaron de inmediato una intensa actividad tendiente a obtener huellas dactilares y pruebas odontológicas y de Adn de los restos.
En los últimos dos días, los médicos recogieron muestras similares de los parientes de las víctimas. Tras llamar a los fallecidos por su nombre, Lobo dijo brevemente en su discurso que «este es un momento triste para Honduras». «No haremos autopsias a los cadáveres, sólo obtendremos muestras para lograr una plena identificación», dijo en rueda de prensa Daniela Ferrera, coordinadora del Ministerio Público.
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Las autoridades mexicanas localizaron la semana pasada los cadáveres de 72 inmigrantes de Honduras, El Salvador, Guatemala, Ecuador y Brasil, los cuales fueron interceptados y asesinados por supuestos miembros del cartel de Los Zetas en una hacienda del norteño estado de Tamaulipas. Allí los fusilaron, según un sobreviviente ecuatoriano.
Noticias de TV: CNN.