Desde el 2006 los estrategas del MAS se proponen hacer realidad la utopía totalitaria. Contando con experimentados asesores externos eligieron el enfrentamiento como práctica política para la toma del poder. De las batallas verbales, sin características de diálogo, se pasó a la imposición y se enlutó de nuevo la negra historia con Huanuni, La Calancha, la toma de la prefectura cochabambina, y tantos otros horrores que alcanzaron su cénit en Porvenir.
Hasta hoy el dolor de los pandinos es una herida abierta en la conciencia nacional boliviana. Pero ni el casi centenar de muertos por razones políticas dejó satisfecho a los promotores del cambio. Se han forzado los extremos en Uncía y Caranavi, donde la negligencia de autoridades y la responsabilidad del gobierno ha sido señalada por el Defensor del Pueblo y la Asamblea de los Derechos Humanos. Claro, la respuesta esperada, en lugar de ordenar una investigación se instaura la persecución a personas e instituciones para borrar huellas. Si los antecedentes de algunos protagonistas de la denuncia eran conocidos, eso no cambia las conclusiones que molestan al gobierno, y por el contrario, se ha puesto de manifiesto que las autoridades utilizan la información como arma de chantaje, no interesa la transparencia ni administrar justicia. Ahora, cuando Santa Cruz preparaba sus mejores galas para festejar el Bicentenario, como lo sabe hacer, con alegría y trabajando, una explosión en el céntrico parque El Arenal hace añicos un mural que representaba, nada menos, que a “La gesta de los cruceños”. Todo señala a que no es un accidente, por lo que el interrogante inquieta, ¿un nuevo capítulo en esta saga de la violencia?, ¿ya no da para más aquella del Hotel de las Américas?
Pero el tiempo parece decir, si estás en el enfrentamiento, abandonas la gestión, abandonas el buen gobierno. Va para cinco años de este gobierno y los avances notorios en el proyecto de copamiento de las estructuras del poder no se reflejan de igual manera en la administración de los recursos del Estado ni en la solución de sus necesidades, a pesar de que muchas de ellas son de absoluta emergencia. Basta como ejemplo citar que YPFB ha montado su propia agencia de (des) información. No, lo que reclama la población, tanto los que votaron por convicción a favor del MAS, como los que apostaron por el cambio, los que votaron en contra de lo anterior y hasta los opositores, son soluciones, a las demandas inmediatas y también a las acumuladas a lo largo de muchas otras gestiones. Son demandas que nacen en todos los pueblos, grandes y chicos, oficialistas y opositores. La pobreza, el desempleo, la falta de infraestructura en servicios, caminos y carreteras, energía, vivienda, etc., el hambre en muchos casos, no admiten más plazos. Sólo así se entiende que Potosí haga un paro con bloqueo general de indígenas, campesinos, obreros, mineros, empleados y profesionales urbanos, durante 19 días. Es que elecciones y votaciones no alcanzan para matar el hambre ni para vislumbrar horizontes de esperanza. A pesar del coraje, para evitar derramamiento de sangre se aceptaron “soluciones en papel” y al menos queda el sabor de haber demostrado hasta donde duelen las necesidades. Sabor amargo de la victoria, porque Oruro, que ya estaba en apronte, recibió apresuradas prebendas por millones, en medio de la sorna oficial. Lo mismo que el infierno de Pando, Beni, Santa Cruz y La Paz, todos “en llamas”, mereció comentarios tan simples de los responsables como el “ocurre siempre”, “ahora me doy cuenta de que no estamos preparados” y, ese más desconcertante del mismo Evo Morales, “a mí me echan la culpa de todo”. Y todo el mundo se pregunta incrédulo, ¿Quién es pues el presidente?
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¿Será, como en Cuba y Venezuela, exigible el martirio para conseguir las cosas más elementales? Orlando Zapata se inmoló pidiendo atención médica y libertad para sus compañeros recluidos en las cárceles políticas de los Castro; privados de libertad por pensar diferente, por reclamar libertad de conciencia. ¿Hay diferencia entre esta dictadura y la que fuera combatida desde Sierra Maestra, la del “dictador” Batista? 51 años desde aquella legendaria guerrilla para que el mundo constate que nada ha cambiado, salvo que Batista a diferencia de Castro no tuvo ambiciones de exportar su nefasta cultura de muerte más allá de la isla. Siguiendo ese ejemplo y esa doctrina Venezuela acaba de cobrar también el óvolo de vida a nombre de la revolución socialista, su nombre, Franklin Brito, quien pierde la vida por inanición, tras varias huelgas de hambre, sin la atención médica requerida por familiares y organismos internacionales de protección a los derechos humanos. Brito se inmoló en defensa del derecho a la propiedad privada, reclamando lo que era suyo, nada más que eso. No era terrateniente ni oligarca, lo que había conseguido era fruto del trabajo de toda su vida como agricultor y biólogo, una pequeña propiedad avasallada con pleno consentimiento de Chávez, que hizo oídos sordos a todos los reclamos judiciales y humanitarios.
Los tajibos floridos, Santa Cruz siempre florece en septiembre, parecen anunciar la renovación en el liderazgo cruceño, el sacudón de rebeldía propia al espíritu del cruceño, para enfrentar con éxito una vez más a las utopías totalitarias, ni de dentro ni de fuera, porque no nos interesan los vietnams, los khmer rojos, los gulags, como tampoco reediciones del Plan Cóndor; con convicción democrática construiremos una sociedad con justicia, sin exclusiones, capaz de contagiar su voluntad de progreso y bienestar a todo el país como un legado de Warnes, Cañoto, A Ibáñez, M Pinto y tantos mártires, así como de otra gente sencilla, como Orlando y Franklin, que nos señalaron el camino para vivir con dignidad, porque si no eres libre la vida ha perdido todo su valor. Gloria a Santa Cruz en su Bicentenario.
Imagen: Batalla El Pari (Cnel. I Warnes y el batallón Pardos)