En total 152 extranjeros radicados en la localidad española de Manacor están en una situación trágica.
La Prensa, El Mundo, El País, libertad balear.com.- Carlos, de 42 años, no encuentra un trabajo fijo hace cinco meses y ya está desesperado. Lo que gana cosechando ocasionalmente tomates en la ciudad española de Manacor apenas le alcanza para sobrevivir y por eso ha decidido retornar a su Santa Cruz natal ni bien reúna el dinero.
Él llegó a esa localidad el 15 de octubre de 2006, entusiasmado por seguir los pasos de su hermano Javier, quien está ahí hace cinco años. Sin embargo, el destino no le ha sonreído. Por eso ha pedido ayuda al Ayuntamiento (Alcaldía), a la Cruz Roja y a Cáritas.
«Fui a la oficina de Servicio Social del Ayuntamiento, pero vi un trato malo a los inmigrantes y en la Cruz Roja y Cáritas sólo dan ayuda de alimentos, aunque a veces te ofrecen trabajo que puede ser fuera de la ciudad, pero lo que ganas se va en el pasaje de ida y vuelta».
Carlos no es el único inmigrante que ha recurrido a esas instancias en procura de ayuda.
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En Manacor (segundo municipio de importancia de la isla de Mallorca) hay 40 familias de latinoamericanos que solicitan apoyo económico y subvenciones para comprar los pasajes de retorno debido a su precaria situación económica que ha empeorado por la crisis laboral que atraviesa España, donde el desempleo ha subido a 10 por ciento en el segundo trimestre del año.
Son 152 extranjeros —entre ellos al menos tres familias de bolivianos, junto con colombianos, peruanos, ecuatorianos, uruguayos y argentinos, entre otros— que viven entre cuatro y siete años en la localidad europea y que además han pedido ayuda al Ayuntamiento de Manacor, organizaciones no gubernamentales, fundaciones y al Govern (Gobernación).
Según los afectados, «la situación es insostenible, comienza a ser dramática y no pueden vivir en la indigencia» porque tienen hijos que no deben pagar las consecuencias de la crisis económica y el problema laboral de sus padres.
Como no tienen empleo, dejaron de pagar sus alquileres en los últimos dos y tres meses, «porque al tener niños, la comida, luz, agua y ropa son prioritarias».
La embajadora de Bolivia en España, María del Carmen Almendras, dijo desconocer la situación de los compatriotas, ya que «la jurisdicción corresponde al cónsul en Barcelona, Mario Camacho».
Almendras adelantó que, como en España los municipios son comunidades autónomas, «procede pedir un informe a los ayuntamientos donde están los bolivianos que piden regresar y luego gestionar con Cruz Roja, Cáritas y organizaciones no gubernamentales el trámite de salida».
Según Camacho, quien por su jurisdicción se encarga de las Islas Baleares, la legación ha recibido entre siete y ocho solicitudes para retornar a Bolivia, pero ningún pedido de ayuda. Reconoció que no fue a Manacor porque desde el 1 de agosto se encuentra trabajando solo.
Antes de que la situación se agrave más, los afectados han solicitado a instituciones y entidades solidarias que medien con las compañías aéreas y les apoyen económicamente para facilitar su traslado a sus lugares de origen.
Anteriormente algunos ya lograron volver a casa. Hasta 15 familias latinoamericanas —que integraban a medio centenar de individuos— han retornado en los últimos cuatro meses.
Todas ellas pudieron regresar porque tenían el billete desde hacía varios meses o porque les ayudaron compatriotas y familiares en mejor situación.
Directivos de la Cruz Roja y Cáritas han confirmado que buscarán soluciones, ya que al tratarse de familias con niños el problema «es mucho más delicado».
Desempleo
El problema empeora debido a que el mercado laboral español pasa por su peor momento desde hace cuatro años y porque Baleares ha recibido en el último tiempo la llegada de un elevado número de inmigrantes, lo que la ha convertido en la comunidad española con la mayor proporción de extranjeros de España (más del 20 por ciento).
Según el Instituto Nacional de Estadísticas, en el país el desempleo volvió a subir en el segundo trimestre de 2008 hasta el 10,44 por ciento de la población activa (su nivel más alto desde 2004) frente al 9,6 por ciento de los primeros tres meses. En total hay 2.390.000 personas sin trabajo. Entre los inmigrantes la media es de 16,46 por ciento.
Además, el número de parados (desempleados) registrados en las oficinas del Servicio de Ocupación de las Islas Baleares subió en julio en 2.998 personas, 8,12 por ciento más, con respecto a junio, lo que supone el mayor incremento del paro en el país.
En total, según el reporte del Ministerio de Trabajo e Inmigración del martes 4 de agosto, la cifra total de desempleados en esa localidad llegó a 39.927 personas en julio. Esa situación ha golpeado severamente a la comunidad de inmigrantes, ya que casi dos de cada diez están desempleados en estos momentos, muchos de ellos relacionados con el sector de la construcción, uno de los rubros donde trabajan los bolivianos. De hecho, más de 75.000 extranjeros han perdido su trabajo en los últimos tres meses frente a 132.000 españoles.
En las Islas Baleares, el rubro de la construcción registró un aumento del 24,2 por ciento de desempleo, con 2.121 nuevos parados (10.885 en total).
El futuro no se presenta nada halagüeño. Según el ministro de Inmigración y Trabajo de España, Celestino Corbacho, el índice de desempleo tendrá hasta fines de este año una subida hasta alcanzar el 11 por ciento.
La portavoz del Ministerio de Economía, María Jesús Luengo, aseguró al diario español El País que «España sigue creando empleo. Pero como la población activa crece a un ritmo alto, esos nuevos puestos de trabajo no bastan para satisfacer la demanda. Y por esa razón aumenta el paro (desempleo)».
Hablan los bolivianos
El presidente de la Asociación Benéfica de Asociaciones bolivianas de Mallorca, Edwin Paco, comentó que en los últimos meses existe una baja en la construcción, lo que se ha traducido en despidos.
La situación es grave para los compatriotas, ya que «entre el 60 y el 80 por ciento de los bolivianos se dedica a esa rama». Según Paco, hay unos seis mil bolivianos radicados en Mallorca y unos cuatro mil en Menorca e Ibiza, municipios de las Islas Baleares.
El cochabambino Willy Pari Véliz (43), radicado hace ocho años en Mallorca, es uno de los que han sido afectados por la crisis y aclara que, si bien su situación no es trágica, ha decidido retornar al país este mes.
«Lo que antes ganaba aguantaba, pero ahora no existe una relación de precio-trabajo. Recuerdo que de cada diez personas siete por lo menos trabajaban, ahora de cada diez sólo trabajan cinco». «No pienso regresar a España, me aburrí y me siento abandonado, prefiero estar con mi familia».
Gualberto Mendoza, vocal de la Asociación de Residentes Bolivianos en Mallorca, indica que desconocía la situación en Manacor, pero que en la ciudad donde habita hubo tres casos de compatriotas que pidieron apoyo para regresar.
La zona está siendo golpeada por el desempleo
Manacor es un municipio de la comunidad autónoma de Islas Baleares, España.
Es el segundo de importancia de la isla de Mallorca y está siendo afectado duramente por el (paro) desempleo.
Por sectores, el de la Construcción fue el que registró el mayor aumento (24,2 por ciento) con 2.121 nuevos parados.
En servicios, el desempleo se alzó en un 2,8 por ciento (699 personas sin trabajo más), hasta un total de 25.553 personas.
La industria registró un incremento del 6,1 por ciento (109 más), hasta 1.898 parados.
Por sexos, el desempleo masculino aumentó un 12,8 por ciento (1.975 personas más) y se calcula que hay 17.369 hombres despedidos.
El paro femenino se incrementó en un 2,3 por ciento (322 mujeres paradas más), hasta 14.584 féminas.
El 23% de los habitantes son extranjeros
El 49 por ciento de los residentes censados en Manacor ha nacido fuera del municipio, según el padrón municipal facilitado por el Ayuntamiento (Alcaldía). De este porcentaje, el 23 por ciento son extranjeros.
En total hay 41.600 habitantes, de los cuales 32.100 son de nacionalidad española y 9.500, de otros países. Los hombres suman 21.200 y las mujeres, 20.400.
Hay un «empate técnico» entre los nacidos en Manacor y los llegados de fuera pero que residen con pleno derecho en el municipio.
Expertos aseguran que en el próximo lustro en la localidad los residentes no nacidos en el municipio serán más que los llamados autóctonos, porque los recién llegados tienen más hijos que los de aquí y porque las personas que fallecen son mayoritariamente originarias de Manacor.
De las 80 nacionalidades extranjeras que han llegado a Manacor, los marroquíes son la colectividad más numerosa con 3.090 integrantes, les siguen los alemanes con 1.720, los ecuatorianos con 740, los argentinos con 550, los colombianos con 490, los uruguayos con 335, los italianos con 315, los chinos con 163, los rumanos con 160.
La población extranjera ha provocado un ascenso de 14 por ciento en la demanda de los cuartos y departamentos de alquiler y, por el contrario, un desplome de la compra en propiedades.
Según Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, muchos inmigrantes han renunciado a su piso en propiedad por no poder pagar la hipoteca y los venden para comprarse otro más pequeño o volver al alquiler.
Población joven
Según el padrón del Ayuntamiento, la mayoría de los habitantes tiene entre 25 y 40 años.
Los datos del censo municipal revelan también que en la localidad española habitan siete personas con más de 100 años y que 53 tienen entre 95 y 99.
Además se conoció que 228 vecinos tienen entre 90 y 95 años y casi 300 personas superan los 90 años.