Crónica de un viaje íntimo e inolvidable en el que García dejó florecer sus más profundos sentimientos
Con el poder absoluto de sus acordes y su recuperada y renovada voz, Charly García (58) fue emperador justamente en un anfiteatro romano construido para los soberanos, en la localidad de Cesarea, Israel, donde brindó uno de los shows más emotivos y brillantes desde su regreso a los escenarios. Así, con el delirio de los 5.000 fans que colmaron el histórico lugar, el músico (uno de los fundadores del rock nacional), fue aclamado en Tierra Santa y nombrado “Embajador de la Paz” por representantes de la Fundación Shimon Peres. Algo que muchos sueñan y pocos logran, Charly lo hizo realidad. “Ver llorar a la gente emocionada con temas como el Himno o Canción para mi muerte, me conmovió muchísimo. Sentí una emoción muy grande. Este fue el lugar más alejado al que llegué en mi carrera para tocar”, contó emocionado.
Fuente: Revista Caras
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