Carlos Esteban Trump ha decidido tomarse en serio la guerra que contra su administración libran los medios con la llamada ‘trama rusa’ y pasar a la ofensiva de vuelta de su primer periplo extranjero como presidente.La idea sería formar un ‘gabinete de guerra’ con la exclusiva función de contraatacar y romper el cerco que la prensa trata de cerrar a su alrededor en relación a los supuestos contactos ilícitos de la campaña Trump con agentes del Kremlin usando filtraciones continuas de los servicios de inteligencia y ‘topos’ en la Casa Blanca.Aunque hasta ahora los periodistas no han encontrado nada lo bastante grave o lo suficientemente sólido como para constituir una causa para iniciar el proceso de destitución parlamentaria -‘impeachment’-, que es el objetivo de toda la operación, la Administración difícilmente puede mantener ese frente abierto y aplicar los profundos cambios que pretende.Steve Bannon, a quien los medios daban por discretamente defenestrado, formará parte de ese gabinete, informa la agencia Reuters, mano a mano con su supuesto ‘defenestrador’, Jared Kushner, el yerno del presidente que, a día de hoy, es el más sólido sospechoso de haber participado en alguna ‘trama rusa’.Kushner, que mantuvo varios encuentros con agentes rusos tras las elecciones, está en este momento en el punto de mira de los medios, único de los miembros de la Administración sobre el que hay algo concreto, aunque no se le ha acusado de ningún delito o falta.De hecho, el abogado de Kushner declaró a Associated Press esta semana que el yerno del presidente está dispuesto a hablar con los agentes del FBI sobre sus contactos rusos y su papel en la campaña electoral de Trump o responder de ellos ante el Congreso si fuera necesario.También formará parte del gabinete de crisis un antiguo responsable de la campaña del canidato Trump, Corey Lewandowski, a quien se le ha visto a menudo estos días en la Casa Blanca. Esta semana, Bannon y el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Reince Priebus, habrían estado trabajando esta pasada semana en las bases de la ofensiva de comunicación.“Desde el cese de Comey, la noticia dejó patente que la Casa Blanca, en su actual estructura, no está preparada para una guerra en un solo frente, no digamos en dos”, señaló a Reuters una fuente anónima cercana a la Administración. “Necesitan una estructura operativa que les permita mantenerse centrados en la gestión al tiempo que responden a la ofensiva de la prensa y sus filtraciones”.Se preparan grandes cambios esta semana, incluyendo lo que para muchos observadores es una mala noticia: Trump podría dejar de ‘tuitear’ al buen tuntún, y a partir de ahora sus comentarios en la red social serán previamente supervisados por un equipo de abogados.La Gaceta – Madrid