La madrugada del 16 de junio se conoció el fallecimiento de dos personas en ese motel. La Policía estableció como causa la inhalación de monóxido de carbono.Fotos: Pamela Pomacahua / Página Siete. El acceso a las instalaciones del Motel Fantasía, en la zona de Villa El Carmen, ayer.«Cuidado con los perros”, advierten dos mensajes escritos, uno en la puerta de ingreso y el otro en la pared del Motel Fantasía, que son visibles a las parejas que quieran ingresar al lugar. Un vecino afirmó que el lugar no dejó de funcionar. Y Página Siete constató el ingreso de un vehículo, ayer.»Atención las 24 horas”, dice otro mensaje. El ingreso a este motel «sólo se realiza en vehículo si no quieres ser mordido por sus dos perros”, dice Juana Mercedes, vecina del lugar. «Como usted verá (ahora) está ingresando un auto en este momento. Esto funciona todos los días y todas las horas hasta en feriados”.La madrugada del 16 de junio, la Policía recibió una llamada del administrador del motel que indicó que dos personas se encontraban muertas y que luego fueron identificadas como Erick Salazar y Tania Vargas, periodista y presentadora de televisión.El deceso habría ocurrido entre las 22:00 y 22:30 del 15 de junio. La autopsia concluyó que ambos jóvenes perdieron la vida por inhalación de monóxido de carbono.Inhalaron el veneno sin percibirlo. No se encontró ningún rastro de violencia en sus cuerpos.La Policía informó que falta por identificar de dónde salió el gas sin olor, pues ese lugar tendría estufas y calefón. La investigación está en manos del Ministerio Público.El ingreso al Motel Fantasía es por la avenida Ramiro Castillo y la salida es por la calle 10 de Villa el Carmen. En su alrededor hay centros comerciales y tiendas de venta de motores, talleres y más abajo está un surtidor que no funciona hace años.»El motel funciona como hace 20 o 25 años. Hace cinco años más o menos sólo tenía el letrero de motel, ahora ya tiene nombre”, contó otra vecina que no quiso ser identificada.El establecimiento tiene 18 habitacionesDescripción El Motel Fantasía tiene 18 habitaciones distribuidas en dos hileras a los costados. Cada cuarto cuenta con servicios básicos y luce una pequeña chimenea que en realidad funciona con gas.Color Los pisos son alfombrados hasta cierto nivel de las paredes oscuras. También hay una lámpara principal y otras dos de cabecera completan el cuadro interno de las habitaciones. Resalta el color rojo.Propietario Un vecino contó que el local hace cinco años era administrado por un abogado deapellido Salles. Ahora está a cargo de sus hijas y esposa que viven en el lugar.Denuncian inseguridad y piden presencia policialVíctor Poma, que vive hace 15 años en la zona Villa El Carmen, denunció que donde está ubicado el Motel Fantasía hay inseguridad ciudadana y constantes asaltos.El local está ubicado cerca del río P’eske Punku y es ahí donde, dijo, los delincuentes aprovechan para realizar asaltos a las personas, en especial jóvenes.»Había un tiempo que cada día se escuchaba que hubo un asalto o que una persona aparecía en el río golpeada. Por eso nosotros pedimos a la Policía que haga presencia en esta zona porque el submundo delincuencial continúa latente en la zona, como hace años”, señaló un vecino que pidió no revelar su nombre.Juana Chambilla contó que el local Fantasía no es el único, sino que hay otra casa de citas que funciona de manera clandestina. Esta última está ubicada a una cuadra de la avenida Ramiro Castillo, donde señoritas y jóvenes salen en estado crítico. «Es un local que todos los días está abierto y las señoritas y jóvenes bajan mareados y es ahí donde los delincuentes también aprovechan”, relató.Otro vecino contó que identificó a un médico y docente que siempre ingresa acompañado hasta con tres señoritas al motel. «Yo lo vi en el hospital, luego me enteré que dicta clases, pero siempre lo veo ingresar con sus estudiantes, porque son universitarias. También vi a otras personas que frecuentemente salen en la televisión, son conocidos”, testimonió el vecino.Añadió que el local es bastante concurrido por hombres que ingresan con sus propios autos o contratan el servicio de una taxi para ingresar al lugar. El vehículo los deja y la pareja sale a pie o pide el servicio de otro motorizado.
Página Siete / Pamela Pomacahua / La Paz