La peculiar filosofía de gobierno del caudillo cocalero, resumida en la voluntad de “meterle nomás y que después lo arreglen los abogados”, a la que podríamos denominar “Doctrina Morales”, ha provisto el andamiaje para múltiples irregularidades.Esta práctica anti-institucionalista derivó, por una parte, en un esquema de contrataciones y compras directas que suele culminar en sobreprecios multimillonarios, con el consiguiente daño económico al Estado y al bolsillo de los contribuyentes.Por otro lado, se tradujo en la extensión inconstitucional de 30 interinatos en altos cargos de la administración pública por más de una década, cuando la normativa señala que no pueden durar más de 90 días.Estos interinatos han degradado la calidad de la función pública, especialmente en áreas críticas como la empresa petrolera estatal, buque insignia de la economía nacional del gas, donde hemos visto multiplicarse los casos de corrupción.Vista la cantidad de interinatos se puede inferir que éstos no son casuales, sino parte de una política sistemática dirigida a mantener en los cargos claves a burócratas dóciles con el “Jefazo” y su camarilla palaciega… [email protected]