El cambio de altos mandos en las Fuerzas Armadas, dispuesto recientemente por el autócrata Nicolás Maduro, es un posible indicador de crecientes disidencias al interior del estamento castrense de Venezuela, en relación a la crisis política y económica que atraviesa ese país.Junto a la salida del esquema de poder de quien hasta ahora fuera el general a cargo de la Guardia Nacional Bolivariana, llamó la atención el hecho de que, aunque haya sido confirmado como Ministro de Defensa, Vladimir Padrino López fue relevado como jefe de operaciones.Se apunta, por una parte, a un reajuste del esquema represivo, sobre todo con la anunciada incorporación de 40.000 nuevos efectivos a las fuerzas de seguridad policiales y militares, a manera de una gigantesca guardia pretoriana.Por otro lado, es más que probable que se esté “congelando” a ciertas figuras del régimen, al tiempo que se promueve a varios “halcones” vinculados a violaciones a los derechos humanos. En todo caso, estaríamos ante un síntoma de fracturas o cuando menos de un desgaste relevante en la nomenklatura chavista. Hasta qué punto esto pueda ser capitalizado por la resistencia democrática, dependerá de las habilidades estratégicas de la oposición interna y de eventuales nuevos rounds en el sistema interamericano, donde necesariamente debe apuntarse a liberar a los países del Caricom de la dependencia venezolana… [email protected]