¿Kollasuyo o camba mío?


Dominicus

etnias Al margen de la ley antirracista y de toda la parafernalia demagógica vigente que la ronda, hay algo que todavía no comprendo. Tal vez les pase lo mismo a los lectores. Un grupo considerable de gente del occidente patrio ha abogado siempre por la restitución del “Kollasuyo”, la parte correspondiente al altiplano boliviano del antiguo “Tahuantinsuyo”, el imperio incaico. No han faltado voces –inclusive durante la última Constituyente– que solicitaron el cambio de nombre de Bolivia para “retornar” al primigenio Kollasuyo. Tal pedido era ciertamente desmedido, ya que no tomaba en cuenta al resto del país, absolutamente mayoritario en términos de geografía y de población pero aún así, cada tanto se hablaba del Kollasuyo y se lo hace inclusive hasta ahora.

El que es parte del Kollasuyo, el nacido en esa región, es colla por definición y no debería enojarse si se lo llama así. El que es judío no tiene que ofenderse si se le dice que lo es, el musulmán o el católico tampoco y el camba, por supuesto que no se tiene que enojar si le dicen camba. De la misma manera sucederá con un gaucho, un negro, un chino, un rubio o un morocho. El decirle a un individuo lo que física o espiritualmente es, de ninguna manera puede significar un insulto. Ahora bien, la cosa resulta muy distinta si se le agrega un calificativo. Si expreso “camba de m….” obviamente estoy siendo despectivo y racista. Merezco ser castigado. Pero si digo usted es camba, o usted es negro, colla, indio, etc., no veo por dónde viene el insulto, salvo que la persona aludida no se considere ni negra, ni colla, ni indígena y piense por sí que el llamarla por lo que es resulta insultante. Y ahí entramos en el terreno de las subjetividades o de los complejos personales. Desde ya, ninguna ley puede inmiscuirse en lo interno de cada individuo.



Prácticamente todos los países del mundo son hoy multirraciales y nadie se hace problemas ni elabora leyes al fósforo. La discriminación o la mala intención parte –reitero– con las adjetivaciones, el trato, acceso a ciertos lugares y otros factores. Mientras no le agregue nada de eso ni sea despectivo, llamar colla a alguien del Kollasuyo de ninguna manera puede ser insulto. Además y habiendo tantos partidarios de la recreación del Kollasuyo, tal apelativo debería ser más bien un timbre de orgullo. Resulta que el colla es suyo (por Kollasuyo) y el camba es mío, pero si lo hago al revés, soy racista. Yo ya no entiendo nada….

El Deber – Santa Cruz

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