Brasil definirá a su próximo presidente en una segunda vuelta electoral entre la oficialista Dilma Rousseff y el ex gobernador José Serra, después de que la protegida del presidente Luiz Inácio Lula da Silva no lograra el domingo una mayoría absoluta para consagrarse.
REACCIONES: Mercado Brasil, ávido de datos economía ante balotaje.
Por Brian Winter; SAO PAULO. Reuters.
Rousseff, que busca ser la primera mujer en tomar las riendas de Brasil, obtenía el 46,68 por ciento de los votos con el 98,24 por ciento de los sufragios computados, según los resultados de la autoridad electoral.
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La candidata oficialista no llegó a sumar el 51 por ciento necesario para triunfar en primera ronda, a la sombra de un escándalo de corrupción de último momento en el partido gobernante y dudas sobre su postura frente a problemáticas de corte social como el aborto.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral, Ricardo Lewandowski, confirmó a periodistas que la presidencia se definirá en un balotaje.
Ahora, la ex jefa del Gabinete de Lula tendrá que medirse el 31 de octubre con su rival más cercano, Serra, que conseguía un 32,70 por ciento de los votos. El inesperado surgimiento de Marina Silva, del Partido Verde, con un 19,46 por ciento de los votos también habría sido a costa del oficialismo.
A pesar de todo, Rousseff es favorita para derrotar a Serra en el balotaje, aunque una victoria en primera ronda le habría dado un mandato más fuerte para impulsar reformas como una iniciativa para modificar las leyes impositivas de Brasil.
La candidata oficialista, ex líder guerrillera, construyó su campaña sobre el fuerte apoyo del popular presidente saliente Lula, cuyas políticas de centroizquierda impulsaron un crecimiento económico sostenido y convirtieron al país en uno de los mercados emergentes más atractivos del mundo.
Más de 20 millones de brasileños salieron de la pobreza en los ocho años, dos mandatos consecutivos, en los que gobernó Lula. Su mezcla de programas de bienestar social y políticas de mercado han sido populares.
"Mi congelador está lleno de carne y no nos falta nada", dijo Antonia Monteiro da Silva, una mujer de 53 años que trabaja limpiando casas y que votó en Brasilia, refiriéndose a las políticas de Lula.
Y dijo que votó por Rousseff "porque debería continuar el trabajo que Lula estaba realizando".
Sin embargo, en las últimas semanas acusaciones contra la jefa de Gabinete de Lula y ex brazo derecho de Rousseff por tráfico de influencias y preguntas entre cristianos evangélicos sobre la posición de Rousseff frente al aborto y otros temas, parecen haber inyectado suficiente duda en los votantes como para costarle su victoria en primera vuelta.
Valdeci Baiao da Silva, un oficial de seguridad en Brasilia, dijo que la bonanza económica lo convirtió en simpatizante de Lula, pero el domingo votó por Serra porque creía que Rousseff parecía impredecible.
"Creo que hasta podría decepcionarlo" a Lula, dijo.
"SOLAMENTE OTROS 30 DIAS"
La abanderada oficialista fue filosófica cuando le consultaron sobre un posible balotaje cuando fue a votar en la ciudad sureña de Porto Alegre.
"Más allá de lo que ocurra, creo que lo que te da el triunfo es la buena batalla que has llevado adelante", dijo.
Lula, a quien la ley le impide postularse como presidente para un tercer mandato consecutivo, votó en una zona industrial de Sao Paulo y dijo que si Rousseff no lograba ganar en primera ronda le tomaría "solamente otros 30 días".
Serra, un ex ministro de salud de 68 años y ex gobernador de Sao Paulo que podría estar compitiendo en su última campaña, ha prometido liderar un Gobierno centrista que probablemente sería menos intervencionista que el de Rousseff.
"Por el bien de Brasil, si Dios quieres, nos vamos a segunda vuelta", dijo Serra el domingo.
Rousseff no tiene el carisma de Lula y ha descartado realizar grandes cambios a las leyes laborales y otras reformas que muchos inversores dicen que son necesarias para mantener el crecimiento de Brasil.
Pero se posicionó convincentemente como la mejor candidata para abordar problemas de infraestructura y educativos y mantener al país en la influyente élite de mercados emergentes, entre los que figuran China, Rusia e India.
Los sondeos de opinión antes de la elección le daban a Rousseff un respaldo de alrededor del 50 por ciento y una clara ventaja sobre Serra, impulsada por el auge económico que vive el país.
La candidata recibió un golpe el mes pasado con un artículo publicado en la revista de noticias Veja en el que se detallaba un caso de corrupción que salpicaba a la jefa de Gabinete y refrescó a muchos votantes otros escándalos que han empañado en el pasado al oficialista Partido de los Trabajadores.
Según las encuestas, Rousseff también sufrió un leve descenso en el apoyo entre los millones de cristianos evangélicos de Brasil, debido a comentarios que formuló en el pasado defendiendo la despenalización del aborto.
"Estamos diciendo por favor no voten por el Partido de los Trabajadores porque sus políticas son terribles. Aprueba la homosexualidad, el lesbianismo y está a favor del aborto", dijo el pastor Otaviano Miguel da Silva a parroquianos el domingo por la mañana en la Iglesia Asamblea de Dios en Brasilia.
Brasil es mayormente católico, pero los evangélicos están creciendo.
La ex ministra de medioambiente Silva, una cristiana evangélica, consiguió el apoyo de muchos de los desertores de Rousseff en las últimas semanas y el domingo obtuvo más votos de lo esperado.
Rousseff ha prometido concentrarse en la eficiencia del Gobierno y en eliminar obstáculos burocráticos a proyectos de infraestructura que Brasil necesita para ser anfitrión de la Copa Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos 2016.
REACCIONES-Mercado Brasil, ávido de datos economía ante balotaje
SAO PAULO (Reuters) – La disputa por la presidencia de Brasil se definirá en segunda vuelta entre Dilma Rousseff, del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), y el opositor José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), determinó el Tribunal Supremo Electoral.
A continuación, comentarios de economistas de los mercados brasileños sobre dicho resultado.
ARTHUR CARVALHO FILHO, ECONOMISTA JEFE DE LA CORREDURIA
ATIVA:
"Serra no avanzó mucho, quien avanzó fue Marina (Silva), de forma impresionante. La duda que queda es si el elector estaba en duda entre Dilma (Rousseff) y Marina. Si fuera eso, que es lo que creo, no cambia el resultado final de la elección. A menos que Marina haga campaña para Serra".
"En el mercado, el resultado que apunta a una segunda vuelta puede provocar una reacción principalmente en la curva de las tasas de interés, que mostró alivio en la medida en que Dilma avanzaba en los sondeos, dado que existían temores de que Serra modificara la política monetaria, etc.".
"De ese modo, el inversor extranjero que está entrando a una velocidad impresionante puede reducir el ritmo un poco. En el segmento cambiario, la apreciación del real también puede sufrir una pausa justamente si ese extranjero desacelera el paso, aunque no sea suficiente para cambiar la tendencia".
CLODOIR VIEIRA, ECONOMISTA JEFE DE LA CORREDURIA SOUZA
BARROS:
"Del lado financiero, no espero volatilidad con la segunda vuelta porque el mercado no cree que habrá grandes cambios. Creo que el mercado ve del siguiente modo: siendo electa Dilma, daría continuidad a las política de Lula, y la visión en caso de que gane Serra tampoco es muy diferente, al menos en el área económica".
"El mercado no está esperando una ruptura, independientemente de cuál de los dos sea elegido".
CRISTIANO OLIVEIRA, ECONOMISTA JEFE DEL BANCO SAFRA DE
INVESTIMENTO:
"Con la decisión postergada para la segunda vuelta, comienza a importar a los mercados el nombre de los probables ministros, no sólo de Rousseff, sino también de Serra. También había una cierta expectativa de que el Gobierno, luego de la primera vuelta, tomara una medida más fuerte en relación al tipo de cambio. Con la postergación de la decisión, es evidente que el Gobierno tenderá a ser más cauteloso".
TONY VOLPON, JEFE DE INVESTIGACION PARA MERCADOS EMERGENTES
EN LAS AMERICAS, NOMURA SECURITIES:
"La tendencia es que el mercado crea que Dilma ganará en segunda vuelta. Los números de ella cayeron, pero los que subieron fueron los de Marina. Y, sin una unión real entre Serra y Marina, eso no debe cambiar.
PAULO PETRASSI, SOCIO DE LEME INVESTIMENTOS:
"El paso a la segunda vuelta trae algunos cambios para el mercado, principalmente en el cambiario. Sabemos que Serra es defensor de una política cambiaria más firme, aunque aún no haya mostrado lo que pretende hacer en caso de ser elegido".
"Dado que el tipo de cambio ya viene para abajo, puede ser que en esta semana observemos una corrección. No será nada muy grande, pero tal vez la tasa llegue a 1,75 (reales por dólar), o incluso hasta 1,80 (reales por dólar)".
"En otros mercados creo que la influencia será mínima. Quizás la bolsa vea hasta positiva la segunda ronda, con algunos inversores pensando que Serra posee una política más expansionista".
(Reporte de Paula Laier, Silvio Cascione y José de Castro. Editado en español por Silene Ramírez)