Índice de los Editoriales de Periódicos
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El Día: El mayor golpe a la democracia
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Bajo el Penoco, El Día: Marca registrada
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Los Tiempos: SIN LIBERTAD DE EXPRESIÓN…
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El Deber: Como la vida misma
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Cambio: La democracia en riesgo
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La Prensa: Como la vida misma
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El Diario:
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El Mundo: Opciones
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Opinión: La página en blanco como símbolo limpio de nuestra protesta
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Clarín, Argentina: La conducta oficial ante la Justicia
El Día: El mayor golpe a la democracia
Pocas veces se lo ha visto a Evo Morales tan empecinado en una decisión, como ha ocurrido con la Ley antirracismo. Esta vez no decidió viajar ni esconderse detrás de las grandes concentraciones que le suelen organizar sus colaboradores para mantener en alto el ego del caudillo y de paso, abstraído de la realidad nacional. Todo indica que se les fue la mano y lo que han conseguido es un presidente desaforado, como se pudo comprobar el pasado domingo en un campo de fútbol, donde abiertamente expresó el desprecio que siente por sus adversarios, el desdén que manifiesta hacia las normas y los árbitros, y por último, la determinación plena y absolutista, de que en “su cancha” las leyes las impone él y el que tenga la osadía de enfrentarlo, corre el riesgo de ser expulsado. Así de literal, así de drástico.
El Presidente sabe muy bien qué tipo de gobierno quiere imponer en Bolivia (se lo vio muy claro en la cancha el otro día) y el problema es que tanto en el país como en el mundo ya se han dado cuenta hasta dónde puede llegar un liderazgo de esta naturaleza. La urgencia de Evo Morales es ocultarlo cuanto antes y para eso necesita cerrar medios de comunicación o cuando menos ponerles una mordaza para evitar que se divulguen todos los “rodillazos” que le ha estado dando este régimen a la democracia.
Como nunca antes en el país, la totalidad de los involucrados en la actividad de la comunicación, es decir, trabajadores de la prensa, periodistas, propietarios, órganos escritos y electrónicos, de todos los departamentos de Bolivia han hecho la mayor demostración de unidad en defensa de la libertad de expresión, amenazada por una norma que supuestamente está destinada a combatir la discriminación. El presidente Morales los ha despreciado, los ha acusado de estar manipulados política y sencillamente, cree que atentar contra el derecho a la información es asunto de unos cuantos.
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Obnubilado por el poder que detenta, el Primer Mandatario, quien le ha ordenado al Congreso mantener el texto original de la Ley antirracista, no ha evaluado el impacto que tendrá en la sociedad en su conjunto la eliminación de una libertad fundamental para la democracia. La libertad política y la libertad de conciencia justamente van de la mano de la libertad de expresión y al violentar un derecho que supuestamente ejercen sólo los periodistas, se estará atacando también al pleno de la sociedad y eso resultará intolerable y merecerá naturalmente una respuesta contundente y masiva, con repercusiones internacionales, pues se están violando pactos y convenios multilaterales.
La meta del Presidente no es sólo ocultar lo que ya es evidente, tiende a empeorar, sino también imponer en el país el estilo de la “voz única” que ha reinado en Cuba durante los últimos 50 años. Hoy, las primeras planas de los principales diarios del país lucen en blanco, sin titulares, sin noticias sin fotografías. Es una forma de protestar por lo que se pretende imponer como una constante en el futuro del país. ¿Qué tipo de sociedad puede prosperar en estas circunstancias? ¿Cuál es el cambio que nos espera a partir de hoy?.
La meta del presidente no es sólo ocultar lo que ya es evidente, sino también imponer el estilo de la “voz única” que ha reinado en Cuba.
Bajo el Penoco, El Día: Marca registrada
Los regímenes políticos que responden al eje Caracas-Venezuela ya tienen sus marcas registradas y Ecuador no escapa de ello, pese a que había estado expresando ciertas distancias con el estilo y la línea chavista. Está por demás comprobado que lo del pasado jueves fue más show que golpe y sublevación y que el protagonista de aquella puesta en escena fue el mismísimo Rafael Correa, quien derrochó talento con aquello de la corbata, la máscara de gas y el presunto secuestro del que fue víctima. Si hablamos de montaje, en Bolivia hay por lo menos tres que son ejemplares, como la “masacre de Pando”, el “golpe cívico-prefectural” y el caso de “terrorismo-separatismo”. Estas tres charadas le sirvieron al Gobierno del MAS para desencadenar una gigantesca persecución política que ha llevado a cientos de opositores al exilio y/o la cárcel. ¿Adivinen qué? La Fiscalía de Ecuador ya emitió 58 órdenes de arresto contra policías y militares que se sublevaron y por supuesto, contra líderes opositores a los que se ha señalado de golpistas.
Los Tiempos: SIN LIBERTAD DE EXPRESIÓN…
En la medida en que se manipule la información a favor del poderoso de turno y se censure la opinión, la que más pierde es la ciudadanía
Con el informe de la Comisión de Constitución de la Cámara de Senadores ratificando en su totalidad el contenido del polémico proyecto de ley contra toda forma de discriminación, se ha dado un paso más en el proceso de aprobación de un instrumento que, tal como está redactado, más que para cumplir su objetivo servirá para intentar controlar a los medios de comunicación y generar un cuadro de temor que haga posible incluso la autocensura.
Hasta esta instancia, de nada han valido los esfuerzos desplegados por los dirigentes de las principales gremios en que están organizados los actores de la comunicación social para convencer a las autoridades del Órgano Ejecutivo y de la Asamblea Legislativa de que una norma que busca eliminar toda forma de discriminación no debe ser aprovechada por quienes circunstancialmente ejercen el poder para controlar a los medios de comunicación, objetivo siempre preciado por éstos. Incluso, hasta ayer en la tarde se seguía proponiendo a los actores políticos incluir precisiones mínimas que garanticen el buen desempeño del trabajo informativo.
¿Cuál es el interés en preservar las libertades de opinión, expresión e información? Las autoridades de gobierno e incluso comunicadores afines a éste tratan de confundir a la ciudadanía diciendo que esta defensa sólo persigue objetivos particulares.
Sin negar que tenemos todo el derecho de hacerlo, lo cierto es que a estas alturas de la historia (del país y el mundo) y luego de vivir y conocer procesos en los que bajo la retórica más altruista se intentó dominar a los medios y a los periodistas, se puede afirmar sin temor a error que en todas esas experiencias el resultado ha sido defender al poder político en funciones, en desmedro del interés ciudadano por contar con una correcta información y una libre opinión.
No hay que olvidar que lo que legitima el trabajo informativo es que éste debe servir a la ciudadanía en su vida cotidiana bajo la premisa de que sólo bien informado ésta puede adoptar correctas decisiones. En la medida en que se manipule la información a favor del poderoso de turno y se censure la opinión, quien resulta más afectado es el ciudadano que sólo tiene a los medios de comunicación para conocer lo que pasa más allá de su personal rutina.
Pero, como se trata de una misión tan delicada es que el periodismo tiene dos mecanismos de control. Uno, el legal, la Ley de Imprenta y, el otro, de autorregulación, los de tribunales de ética. La importancia de estos dos mecanismos es que evitan que la influencia del poder -tan presente en la justicia y el Ministerio Público- haga silenciar aquello que se quiere develar dando pie al arbitrio y la prepotencia, que es lo que finalmente se persigue con el proyecto de ley que se rechaza.
Por esas razones se justifica la decisión de los gremios del periodismo de no arriar la defensa de los principios inherentes a las libertades de información, expresión y opinión y nuestro convencimiento de que ""NO HAY DEMOCRACIA SIN LIBERTAD DE EXPRESIÓN". Con ese horizonte, los periódicos afiliados a la Asociación Nacional de la Prensa (ANP) hemos decidido imprimir "en blanco" nuestra portada de la fecha.
El Deber: Como la vida misma
De manera inédita, EL DEBER y los otros miembros de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), publican en su edición de la fecha su portada en blanco con un mensaje que advierte que "Sin libertad de expresión, no hay democracia".
Es la más vehemente protesta del periodismo boliviano contra la inminente aprobación de la Ley de Lucha Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación porque incluye dos artículos que vulneran la libertad de expresión: el 16, que sostiene que "El medio de comunicación que autorizare y publicare ideas racistas y discriminatorias será pasible de sanciones económicas y de suspensión de licencia de funcionamiento, sujeto a reglamentación"; y el 23, que impone penas de cárcel de uno a cinco años para un trabajador o trabajadora de un medio de comunicación social o propietario del mismo, sin que pueda alegar inmunidad o fuero alguno.
La medida fue adoptada por la Asamblea Extraordinaria y de Emergencia, convocada por la ANP, después de haberse desestimado y rechazado diversas gestiones y propuestas realizadas por esta institución para que se preserve la libertad de expresión y de prensa como un elemento indivisible e irrenunciable de la vida en democracia de los pueblos.
En reiteradas ocasiones, la ANP expresó públicamente su plena adhesión a la lucha contra el racismo y la discriminación, por considerar que es necesaria una ley que busque eliminar esas prácticas condenables. Sin embargo, hizo notar que los dos antes mencionados artículos violan flagrantemente la libertad de expresión y de prensa, ensombreciendo el propósito de la implementación de aquel instrumento en el nuevo ordenamiento jurídico del país.
En las últimas horas, los principales dirigentes de la ANP hicieron los máximos esfuerzos, recurriendo incluso al presidente de Bolivia, para evitar que esta violación de la Constitución Política del Estado y de las convenciones internacionales, quedara consumada. En el encuentro con el presidente Evo Morales pareció encenderse una fugaz luz de esperanza que se apagó muy pronto, cuando el propio mandatario ratificó su determinación de que de ese proyecto de ley no se movería "ni una coma".
Fue así que la Comisión de Constitución y Derechos Humanos del Senado aprobó en grande y detalle el cuestionado proyecto, sin la mínima modificación, y lo remitió al Senado para su consideración final.
En más de medio siglo de circulación, el diario EL DEBER nunca había dejado una página en blanco, como lo hace hoy, alertando acerca de los riesgos que se ciernen sobre la libertad de expresión que es la piedra angular en la que se sostiene toda democracia.
Pero es frente a estos avatares de los actuales tiempos que nuestro espíritu adquiere mayor templanza y es mucho más firme la determinación de defender es
Cambio: La democracia en riesgo
Una grabación magnetofónica difundida hace un par de días por la Agencia Pública de Noticias (Andes) corroboró que los golpistas —elementos de la Policía y de las Fuerzas Armadas de Ecuador— incluso buscaron el magnicidio del presidente ecuatoriano Rafael Correa. Ante la multitudinaria movilización popular y la lealtad constitucional por parte del Ejército y de la misma Policía ante el gobierno legalmente constituido, los insubordinados buscaron implementar un plan B, es decir, asesinar al Primer Mandatario, alimentar el caos y la violencia, mostrar un vacío de poder y apuntalar el secuestro de la democracia.
Un registro de las comunicaciones de la Central Radio Patrulla de la Policía, al que tuvo acceso esa agencia de noticias ecuatoriana, evidenció claras intenciones de los agentes sublevados de asesinar a Correa.
La primera voz que sale en el registro, y que se puede deducir que corresponde a uno de los policías sublevados que protagonizaron los focos de desestabilización, expresa: "No somos revolucionarios, somos ciudadanos que protegemos nuestra integridad y exigimos nuestros derechos, tal como lo estipula la Constitución de la República que el señor Presidente aprobó".
Tras la citada declaración surgieron voces de otras personas, una de ellas señaló: "Maten rápido a ese hijo de (…) de Correa"; "compañeros, no se dejen lavar el cerebro"; "que lo maten a Correa para que se acabe esto ya". Posteriormente se vuelve a escuchar la misma voz del primer audio y en esta oportunidad el policía sublevado responde: "A ver, compañeros, no hablemos de asesinato, somos policías, somos representantes de la autoridad, defendamos nuestros derechos, pero ese ciudadano que se largue, que deje de ser Presidente, que se vaya a la m…".
Luego continúan los diálogos, y uno de los voceros lanza una advertencia a los sublevados: "Hay un vehículo por la calle Orellana lleno de militares, pilas". Lo más grave de esa conversación es que se produce en los momentos más críticos del rescate de Correa —a quien mantenían secuestrado en un hospital de la Policía— que llevaron adelante efectivos de élite del Ejército y de la propia Policía.
Por eso los golpistas se enfrentaron con ráfagas de ametralladora a los militares y policías leales a la democracia. Una vez que lograron rescatar al Presidente ecuatoriano, el vehículo blindado en el que iba Correa recibió al menos cinco impactos de bala de grueso calibre. Un policía de la seguridad del Jefe de Estado murió al ser impactado por un disparo que estaba dirigido contra Correa. "Uno de los policías que cae, un sargento, era uno de los que me estaban escoltando, la bala era para mí", aseguró Correa, e indicó que el vehículo blindado en el que lo sacaron fue impactado, lo mismo que otros cuatro autos de la escolta.
Es que detrás de los policías insubordinados se escondía un entramado golpista variopinto: miembros de la Policía y las Fuerzas Armadas, la derecha oligárquica, algunos sectores supuestamente de izquierda, incluidas corrientes del movimiento indígena, y los siempre equivocados grupos trotskistas y de ultraizquierda, en palabras de James Petras.
Sin embargo, a ocho días de la fracasada asonada, medios de comunicación transnacionales vinculados al gran capital, políticos ecuatorianos conservadores y los protagonistas directos del golpe ahora niegan que la violencia desatada el 30 de septiembre haya sido parte del golpe que intentó secuestrar la democracia y, como si nada hubiera ocurrido, hoy buscan convencer que no era un golpe sino "un levantamiento policial reivindicativo".
Sin embargo, los hechos desnudan esta falacia y que la insubordinación policial no fue reivindicativa; la sucesión de los acontecimientos así lo demuestra: un Presidente secuestrado, miles de ciudadanos reprimidos, cinco muertos y decenas de heridos por disparos de los insubordinados, llamados de políticos para obligar la renuncia de Correa, toma del canal estatal de televisión e intento de toma de varias reparticiones públicas, toma del aeropuerto por parte de efectivos de la Fuerza Aérea, violencia desenfrenada contra el pueblo movilizado en defensa de la democracia y el ataque con ametralladoras en contra del hospital donde se encontraba retenido Correa y contra el vehículo en el que fue rescatado.
Y si el golpe de Estado fracasó fue por la contundente respuesta del pueblo en defensa de su democracia, porque la intentona no logró respaldo popular, la conspiración no logró incorporar en su seno al Ejército de tierra, que se mantuvo firme al lado del gobierno legalmente constituido; además, por la cerrada defensa de la democracia ecuatoriana que asumió la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y gobiernos europeos que en los momentos críticos brindaron todo su respaldo al presidente Correa; y porque éste asumió medidas enérgicas y movilizó a sus tropas leales, fuerzas especiales de élite.
En ese contexto, la Organización de Estados Americanos (OEA) aseguró ayer que el 30 de septiembre sí hubo en Ecuador un intento de golpe de Estado y advirtió que América Latina debe estar alerta, ya que situaciones parecidas pueden repetirse en otras partes de la región. "Se intentó otra vez, es posible que si no tenemos los cuidados se pueda producir otra vez", dijo Insulza, quien advirtió: "En nuestro continente sigue habiendo quienes a pesar de ser minoría están dispuestos a actuar y aprovechar cualquier coyuntura para provocar desestabilizaciones".
El golpe fracasó por la contundente respuesta del pueblo ecuatoriano, porque el Ejército se mantuvo firme al lado de la democracia, por la unidad que asumió Unasur y porque Correa asumió medidas enérgicas y movilizó a sus tropas leales, fuerzas especiales de élite.
La Prensa: Como la vida misma
Nunca antes los diarios bolivianos habían dejado una página en blanco alertando de los riesgos que se ciernen sobre la libertad de expresión?
De manera inédita, los medios que pertenecen a la Asociación Nacional de la Prensa (ANP) publican en su edición de la fecha su portada en blanco con un mensaje que advierte que ?Sin libertad de expresión, no hay democracia?.
Es la más vehemente protesta del periodismo boliviano contra la inminente aprobación de la Ley de Lucha Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación porque incluye dos artículos que vulneran la libertad de expresión: el 16, que sostiene que ?el medio de comunicación que autorizare y publicare ideas racistas y discriminatorias será pasible de sanciones económicas y de suspensión de licencia de funcionamiento, sujeto a reglamentación?, y el 23, que impone penas de cárcel de uno a cinco años para un trabajador o trabajadora de un medio de comunicación social o propietario de éste, sin que pueda alegar inmunidad o fuero alguno.
La medida fue adoptada por la Asamblea Extraordinaria y de Emergencia convocada por nuestra institución, después de haberse desestimado y rechazado diversas gestiones y propuestas realizadas ante el Gobierno para que en nuestro país se preserve la libertad de expresión y de prensa como un elemento indivisible e irrenunciable de la vida en democracia de los pueblos.
Han sido reiteradas las ocasiones en las que la ANP expresó públicamente su plena adhesión a la lucha contra el racismo y la discriminación, por considerar que es necesaria una ley que busque eliminar esas prácticas condenables. Sin embargo, hizo notar que los dos artículos antes mencionados incluidos en el proyecto de ley violan flagrantemente la libertad de expresión y de prensa, ensombreciendo el propósito de la implementación de aquel instrumento en el nuevo ordenamiento jurídico del país.
En las últimas horas, los principales dirigentes de la ANP hicieron los máximos esfuerzos, recurriendo incluso al Presidente de Bolivia, para evitar que esta violación a la Constitución Política del Estado y a las convenciones internacionales quedara consumada. En el encuentro con el presidente Evo Morales pareció encenderse una fugaz luz de esperanza que se apagó muy pronto, cuando el propio Mandatario ratificó su determinación de que de ese proyecto de ley no se movería ?ni una coma?.
Fue así que la Comisión de Constitución y Derechos Humanos del Senado, de manera un tanto apresurada, aprobó en grande y detalle el cuestionado proyecto, sin la mínima modificación, y lo remitió al Senado para su consideración final, haciendo oídos sordos a las diferentes organizaciones periodísticas que solicitamos en forma insistente un diálogo previo de consenso.
Que se recuerde, nunca antes los diarios bolivianos habían decidido dejar una página en blanco, como lo hacen hoy, alertando a los ciudadanos acerca de los riesgos que se ciernen sobre la libertad de expresión que es la piedra angular en la que se sostiene toda democracia.
Pero es frente a estos avatares de los actuales tiempos que nuestro espíritu adquiere mayor templanza y hace mucho más firme la determinación de defender este derecho inalienable e imprescriptible. Un derecho, como el de la libertad de expresión, que es tan importante como la vida misma.
El Diario:
El Mundo: Opciones
Como no podría ser de otra manera, en especial ahora que las Fuerzas Armadas son sus aduladas, por razones de seguridad, de seguridad en el cargo, el Presidente ha defendido la realización del Servicio Militar y no ha querido entrar en otros detalles.
Las informaciones relacionadas con la reunión de Unasur dan cuenta de que ese organismo, que agrupa a los países de Sudamérica y en particular a los que siguen la línea especial trazada por el chavismo, ha decidido crear un centro de entrenamiento para preparar las fuerzas armadas de la región.
Mientras el mundo pretende marchar por el camino de la paz, por lo menos en teoría; los países se encuentran en constante preparación para la guerra e invierten una gran parte de sus recursos en armamentismo. En los países industrializados se justifica hasta por un motivo de aparentar mucha fuerza, pero para aquellos que apenas pueden cubrir sus necesidades y que en muchas ocasiones deben recurrir a préstamos para equilibrar sus cuentas, el contar con un ejército fuertemente armado resulta una exageración innecesaria.
Desde que en nuestro país comenzaron a surgir gobiernos populares, hablamos de la Revolución Federal de 1899 que llevó al poder a los liberales; de la Revolución Nacional de 1952 con sus antecedentes en la post Guerra del Chaco y también desde el retorno de la democracia, se ha pensado dar a las Fuerzas Armadas una función social que permita apoyar el crecimiento de las grandes mayorías, en el camino al desarrollo.
Dentro de esa concepción, las Fuerzas Armadas eran vistas como una institución destinada a capacitar a la juventud y habilitarla para el trabajo y además de aprovechar la preparación previa de los jóvenes para incorporarlos en campañas de alfabetización y otras encaminadas al desarrollo.
La polémica ha surgido en momentos en que los jóvenes que se incorporan a las Fuerzas Armadas son sometidos a malos tratos y al extremo de llegar a torturas y lo poco que se aprende en la institución no los habilita para la vida. Ni siquiera podemos hablar del civismo que en nuestro país ha sido disminuido, ya que la solución no era crear más símbolos patrios sino venerar los existentes y crear conciencia y honrar a los próceres que nos dieron libertad e independencia.
Por el contrario, en las Fuerzas Armadas se repiten lemas de la revolución cubana, se habla del Che Guevara y sea adoptan símbolos que tal vez representaron a la región durante la colonia, pero no a la patria que fue creada en 1825 y que los militares bolivianos honraban en la Jura a la Bandera y en otros actos que se realizaban a lo largo del año, no sólo en los cuarteles sino también en los colegios.
Tal vez lo importante sería analizar algunas situaciones alternativas, como el servicio civil obligatorio que ha dado resultados positivos, en especial en Europa, donde se lo practica con mayor intensidad.
Los aprestos bélicos de nuestro gobierno, con la compra de armamento y ahora con el anuncio de centros de entrenamiento de tropas, no hacen otra cosa que crear susceptibilidad en los países vecinos que si bien en alguno momentos han manifestado su preocupación, son conscientes de que lo que se está haciendo es distraer una buena parte de los pocos recursos con que se cuenta, para una tarea que en ningún caso, por la diferencia de fuerzas, daría resultados positivos.
Opinión: La página en blanco como símbolo limpio de nuestra protesta
Los medios de comunicación del país, que reúnen a periodistas y propietarios, hoy expresan su protesta por la aprobación de una ley que podía haber sido perfeccionada en la proyección de un acuerdo nacional de dimensión evidentemente histórica. Nuestra actitud se pone en evidencia ante la falta de un poco de flexibilidad y entendimiento nacional. Lo que pedimos, en el marco de las normas que desea imponer el régimen, cuantitativamente, es muy poco. Claro que su dimensión cualitativa guarda relación con el derecho de pensar libremente. El pensamiento si no se lo pone en evidencia, obviamente, no existe.
Lo que los medios de comunicación pedimos es evitar, en la ley, el peligro de imputaciones injustas. La misión de la radio, de la prensa y de la televisión es difundir lo que sucede en la sociedad y en la naturaleza. La intención, el contenido o la carga política de los acontecimientos que difunden los medios, obviamente, no son de responsabilidad de los periodistas, en consecuencia, es no sólo un grave error, sino un atentado sancionar a la prensa o a la televisión por haber hecho conocer la realidad. La ley antirracista pierde su fuerza moral por esta incorporación que no está en la línea auténtica de la lucha generada por las diferencias somáticas. Si alguien de dimensión pública expresa alguna idea con cierto contenido racista, no transmitirlo, no informar ese hecho, en la práctica, resultaría una forma de exclusión, de represión intelectual.
Ya hemos dicho varias veces que la cultura de este tiempo proviene, preponderantemente, de los medios de comunicación. Lo que sabe la gente recoge de la televisión, de la prensa, de la radio y ahora de internet. Esos maravillosos instrumentos universalizan el conocimiento de los asuntos más complejos y profundos del universo. La verdadera libertad consiste, precisamente, en la capacidad no sólo de comprender, sino de prever lo que sucede en el mundo en que vivimos.
La libertad de prensa en su proyección filosófica tiene una amplia significación social, no es sólo un privilegio de los periodistas, al contrario, es una obligación de estos trabajadores de la verdad al servicio de la comunidad. Es difícil, quizá imposible, vivir sin los medios de comunicación. No hay un solo político serio que no lea los principales periódicos de su país y que no escuche ni vea la televisión y la radio. Las personas administran mejor sus problemas con los datos que los periodistas les entregan día a día. Los niños pasan delante de la pantalla pequeña por lo menos tres horas cada día. Pretender restringir este maravilloso y fecundo acontecimiento cultural, es una ocurrencia extemporánea, acultural y antidemocrática.
La lucha contra el racismo que, en última instancia, es el trabajo honesto por el establecimiento de una sociedad justa sin diferencias arbitrarias, está a la cabeza de los postulados de los periodistas. La información diaria y honesta, en la práctica, es una conducta mucho más que revolucionaria, se refiere al ser humano, a su dignidad, a su capacidad de conocer y comprender todo lo que sucede en ámbito del mundo al que pertenece. Las diferencias que separan a las personas serán superadas en la proyección infinita de la cultura y el conocimiento. Lo que ahora nos sucede a los habitantes de la periferia, y en ese campo a los más pobres y débiles, en gran medida, es consecuencia de la ignorancia y del oscurantismo que durante siglos fue impuesto por los grupos dominantes. La libertad de prensa es la forma más auténtica de rebelarse contra esas formas de subordinación.
Es necesario dejar constancia del respeto con que hemos defendido y defendemos las condiciones necesarias para una prensa evidentemente culturizadora. Nos sumamos con plena convicción ideológica a la lucha contra el racismo, respetamos a las autoridades democráticamente elegidas, somos partidarios consecuentes de un mundo mejor, en la perspectiva de la libertad.
Clarín, Argentina: La conducta oficial ante la Justicia
El Gobierno ha llevado adelante un serie de descalificaciones y desobediencias a la Justicia que tuvieron un punto culminante en el apoyo de las agresiones de Hebe de Bonafini a la Corte Suprema en el acto realizado la semana pasada para presionar al Tribunal.
Así, se podrían señalar ejemplos como el ordenar a la Policía que no cumpla con la orden de un juez en el caso del sindicato de aeronavegantes, que por entonces respondía al oficialismo; la renuencia a cumplir en el tiempo pautado el plan de limpieza del Riachuelo ?lo cual ha llevado a que la Justicia multara a los funcionarios responsables? y las apelaciones dilatorias del Estado en los juicios de jubilados que reclaman por la actualización de sus haberes, y esto en desconocimiento del pronunciamiento de la Corte que ha admitido dicho reclamo.
La sucesión de pronunciamientos lesivos a la Justicia ha adquirido una gravedad todavía mayor a partir de la reciente sentencia de la Corte Suprema sobre el caso Sosa, por el cual se ordena reponer en su lugar al procurador de la provincia de Santa Cruz ilegalmente separado de su cargo. En este caso, desde la Presidenta hasta el gobernador de la provincia tuvieron expresiones descalificantes del fallo de la Corte, poniendo de manifiesto la intolerancia hacia la independencia judicial y su firme propósito de impedir la reposición de un funcionario que estaba investigando presuntos hechos de corrupción.
A esto, la Presidenta le ha agregado un conjunto de expresiones descalificantes, en tono de burla, hacia la Justicia por la decisión que ésta ha tomado en defensa de los derechos de los usuarios de Fibertel.
Los vapuleos, las críticas y las desobediencias de parte de quienes dirigen la administración estatal dañan a las instituciones y afectan la seguridad. Es necesario, entonces, que los funcionarios sean prudentes en sus consideraciones sobre los fallos judiciales y que al acatamiento de los mismos le agreguen la colaboración necesaria para que el articulado de la Constitución Nacional sea respetado.
El apoyo oficial a las agresiones verbales de Hebe de Bonafini a la Corte es un hecho más en una cadena de descalificaciones y desobediencias a la Justicia por parte del Gobierno.