Forajidos en campaña

Los forajidos que se han sumado al MAS ya confirmaron cuál será el papel que van a cumplir. Traerán a Santa Cruz  la estrategia del chicote.

ElNuevoDia Editorial El Día

El MAS tenía previsto, a estas alturas de la campaña electoral, llevar como trofeo a su feudo de La Paz, las cabezas de numerosos líderes cruceños acusados de terrorismo. Como todo resultó ser una farsa que finalmente ha sido descubierta y que promete mucha cola, no ha tenido más remedio que cambiar de libreto y en lugar de aquellas presas de guerra, ha exhibido orgulloso a unos aliados políticos que a nadie se le habría ocurrido mostrar como la “gran” conquista.



En fin, después de las explicaciones correspondientes, ya se sabe cuál será el papel que van a cumplir esos mercenarios, a los que siempre le han caído bien unos pesos para patear, gritar y ponerse la camiseta del mejor oferente, ya sea Johnny Fernández, un avasallador de tierras o un candidato a senador, como ha sucedido con el dirigente Isaac Ávalos. Ha quedado claro entonces, que el MAS viene a conquistar los votos de Santa Cruz y lo hará a palos, como sabe hacerlo. Y como por esta zona no hay ponchos rojos, pero hay escoria como en todos lados, es menester valerse de lo que esté al alcance.

No se equivoca el que asegura que ésta será sin duda la campaña más sucia y más violenta jamás vista en el país y tendrá al MAS, que se niega a debatir propuestas y a dar a conocer su programa de Gobierno, como el principal instigador. Con esos sujetos sueltos, bien pagados y aleccionados, algunos candidatos locales tendrán incluso que cuidarse en su propia tierra como lo hacen en el Altiplano y otras partes del país, donde la presencia opositora ha sido vetada por el oficialismo.

El reclutamiento de aquellos elementos para actuar como grupos de choque es la demostración más clara de que el MAS ha fracasado en su objetivo de conquistar el voto en Santa Cruz mediante la razón, las ideas y las propuestas, como se suele convencer a la clase media, la escurridiza franja social que rechaza el “cambio” de Evo Morales. El plan alternativo, el más exitoso del oficialismo, es imponerse en ciertos enclaves como lo son San Julián o Yapacaní para dirigir allí toda una estrategia de fuerza, fraude, voto comunitario y amedrentamiento, receta que le ha dado excelentes resultados en el occidente del país. Y es lógico que sea el sindicalista Isaac Ávalos el que conduzca este plan, pues no conoce otra forma de hacer política y porque es candidato a segundo senador por el departamento, un bocado por el que se relame el oficialismo.

Algunos podrán pensar ingenuamente que liarse con forajidos y recurrir al chicote puede ser contraproducente para la imagen pública del MAS y lo cierto es que el oficialismo parece estar blindado frente a las formas tradicionales y democráticas de conquista del poder. Frente a la ley y la autoridad de la Corte Nacional Electoral, el Gobierno no tiene el menor empacho en desobedecer y tirar al tacho las normas, utilizando argumentos ridículos.

Los candidatos opositores y todos los que tengan vocación democrática deberán incentivar la creatividad e insistir en nuevas fórmulas para llevar adelante una campaña, más allá de los insultos, las amenazas y la persecución. La población no merece el espectáculo que está brindado esta clase política inmadura y grotesca que se vale de cualquier arma para ganar.