Ama llulla

Francesco Zaratti*

Escuché una vez que lo bueno de los diez mandamientos es que son sólo diez (aunque un misionero del Beni me dijo que ha optado por quitar el sexto), sin reparar que enumerar las reglas es parte de la pedagogía de las religiones, y de todo saber humano, para reforzar la memoria. De hecho los mandamientos de la ley Moisés, o Torá, son aún más numerosos que los artículos de la Constitución del MAS, o Copolma.

“Ama llulla” podría ser un bonito nombre de flor o de niña, pero pretende ser uno de los tres mandamientos que, dizque, tenían los Incas para regular las relaciones sociales y que el texto propuesto por la Copolma (Constitución Política del MAS) venera como regla de convivencia para las futuras generaciones de las 36 naciones de la nación boliviana. Sin duda debió haber más “ama”, pero, en fin, mejor tener tres reglas de convivencia que no tener ninguna, como nos hemos acostumbrado últimamente.



Muchos apreciamos cuando se predica con el ejemplo, porque lo contrario es hipocresía, y de la peor especie cuando viene de los que detentan el poder religioso, político o de otra índole. Ahora bien, considerando que “no ser mentiroso” puede ser una gran virtud social y personal, veamos cómo nuestras autoridades observan ese mandamiento indígena-originaria-campesino.

“Este Gobierno no tiene gastos reservados”, o sea licencia para disponer a su antojo del dinero público, como solía suceder en el pasado. Pero, como es necesario gastar dinero discrecionalmente para la propaganda, para movilizar milicias sociales y para otros fines “non santos”, inmediatamente aparecen otras fuentes para esos gastos. El diario El Universal de Caracas ha revelado y cuantificado una. Entonces, ¿cuál es el problema, que haya “gastos” o que sean “reservados”?

Todos pregonan creer en el diálogo, o sea en la búsqueda de acuerdos negociados, pero escuchamos luego que en realidad se está dialogando sólo porque “me han obligado”. ¿Dónde se viola el ama llulla, en las mesas de diálogo o en los ampliados de emergencias?

“La suspensión de la ATPDEA es la vendetta del imperio por la expulsión de su embajador” (cuando se sabe que la cantada descertificación fue la causa de esa expulsión); “El Chapare es ahora territorio libre del narcotráfico” (¡yaaaaa!); “Este Gobierno defiende los derechos humanos” (¿o no son más bien los DDHH quienes defienden al Gobierno?); “Gracias a la nacionalización hemos incrementado los ingresos del IDH” (¿y la Ley de hidrocarburos?, bien gracias); “Desconozco esa noticia” (cándida salida de los ministros cuando opinar quema); son sólo algunos ejemplos de otras tantas mentiras oficiales que han hecho ganar a la programación del canal gubernamental el título de “la noche de las narices largas”.

Entonces, ¿para qué constitucionalizar el ama llulla, si no se lo puede cumplir? Se acata pero no se cumple, al mejor estilo criollo. Se podrá retrucar que se trata de mentirillas, piadosas o funcionales a un objetivo superior, porque la verdadera mentira es la infamia, fustigada por la versión bíblica del ama llulla: “no calumniarás a tu prójimo”. Por mi parte, nunca calumniaré a este Gobierno con el epíteto de democrático.

*Francesco Zaratti
es físico.