El Padrino

Pasan 35 años desde que la novela de Mario Puzo se transformó en la película con la que Francis Ford Coppola nos introdujo al mundo de la mafia y nos mostró como empieza a desbaratarse dicha organización no por efecto de la lucha del FBI contra ella sino cuando los miembros de la familia no pueden evadir enfrentarse a la verdad en las comisiones del Congreso de los EE.UU.

El jueves el General Cesar López, ex jefe de estado mayor de las FF.AA., delató a quien conoció desde sus épocas en las que se desempeñaba como Jefe de estudios del Colegio Militar cuando escogió como su colaborador a un mediocre oficial que escondía sus falencias físicas en inclinaciones intelectuales, se trataba del teniente Juan Ramón Quintana, López lo protegió, lo cuidó, lo eligió como su testigo de matrimonio, le hizo infidencias como la entrega de los misiles chinos, todo esto tuvo su paga y cuando Juan Ramón se transforma en el dueño del gobierno interlocutor con los militares y policías, estratega de los cambios políticos -en síntesis el hombre del poder total- lo designa Presidente de la Aduana Nacional y la aduana se transforma en un apéndice mas del Ministerio de la presidencia, igual que los medios de comunicación oficiales, responsable de los delegados presidenciales en los departamentos, en pocas palabras el real Presidente del País, el otro Evo es para los viajes, para los discursos, inauguraciones y recibir visitas y encuentro con sus bases, las cosas del estado las manejaba Juan Ramón como las «cosa nostra».

Si, cosa nostra nos pareció ayer a los ciudadanos escuchar al Gral. López que en una comisión del congreso narraba como Juan Ramón Quintana autorizaba el paso de 33 camiones cargados con mercadería (no existió inventario de la carga), lo mismo da que pueda ser droga o armas o leche condensada, que desde Palacio de Gobierno el hombre con mayor influencia con el Presidente autorice al Presidente de la Aduana que ; «pasen nomás los camiones, que los contrabandistas son unos abusivos ya que solo debían pasar 17 camiones» ,y es más, que luego lo llamara su cómplice -o mejor dicho el contralmirante Bandeira- entonces jefe de la zona militar para concertar el paso de los camiones por el puerto Montevideo para que ingrese la mercadería a un tercer país como parte de contrabando digitado en Palacio de Gobierno.



Lo que hizo López ayer no es más que la delación de mafiosos, el comportamiento de los que usan el poder para delinquir. Propios y extraños quedamos perplejos de escuchar la facilidad, la cobertura y la ´protección con la que cuentan una organización de contrabandista (de lo que sea), puedan actuar con tanta impunidad sin especificar el conflicto que pueda ocasionar con el Brasil cuando sepa que en Palacio de Gobierno de Bolivia se planifica introducir delito a su país.

Hoy se descubre que Oscar Eid, Guido Nayar y Sánchez Berazaín -otrora operadores políticos de regímenes nefastos- no son más que «niños de pecho» frente a la mente y acciones macabras, delictivas que llegaron incluso a tramar los hechos de septiembre en Cobija para esconder las huellas de los delitos en los que Quintana protege, hasta hoy el asunto por los sobreprecios de los equipo de televisión no avanzo en nada, todas las sospechas anteriores no contaba con un testimonio de alguien cercano al círculo del Ministro Quintana lo de hoy viene a demostrar que la línea de la lealtad se rompió de la misma forma cuando Michel Corleone es acusado de planificar el asesinato de Roth, solo que un general delata a su padrino, un fracasado mayor de ejército que se transforma en el dueño de un gobierno populista y desde ahí planifica legalizar sus negocios, el gran debate no es si Quintana es inocente todos sabemos que culpa tiene, lo que no se sabe es si será sancionado, la mayoría lo duda, pero debe ser importante que el Comodín (Quintana) del Presidente no solo debe ser honesto sino parecerlo y Quintana no es ni lo parece y no le eche barro al Presidente Morales porque la mancha de esa suciedad que no se lava, que no se pinta y que no se disfraza es la corrupción, hasta hoy no existe vinculación del Presidente con la corrupción y su reacción ante este caso será su respuesta, no solo se juega la lealtad de un mal personaje sino un proyecto que la gente eligió cansado de ese mal del que hoy peca el gobierno.

Editorial de El Mundo