Linchamientos se repiten con impunidad

Un pueblo en el lago Titicaca se aísla tras un crimen. Un padre y su hijo fueron torturados y lanzados al lago, según denuncia familiar de las víctimas.

image • LA POBLACIÓN QUE HACE NOTICIA • Una persona señala una parte del territorio que pertenece al poblado de Titicachi, a 16 km de Copacabana, donde La Razón estuvo ayer.

Francisca Queso de Canasa, esposa y madre de las dos personas acusadas de robo, relató al fiscal adscrito a la región que vecinos enfurecidos torturaron y lanzaron al Titicaca a sus familiares.



La Razón

Jorge Quispe C.,enviado a Copacabana

En el Santuario de Copacabana, provincia Manco Kápac del departamento de La Paz, todos los pobladores y visitantes ocasionales hablan del tema. La denuncia del linchamiento de un padre y su hijo, quienes habrían sido torturados y arrojados al lago tras el robo de 18 mil bolivianos, es motivo de conversación y especulación en la ciudad

La Policía Rural y Fronteriza del municipio turístico confirmó ayer a este medio que Francisca Queso de Canasa, esposa y madre de las víctimas, escapó de la furia de los vecinos de Titicachi, poblado ubicado a 16 km de Copacabana, luego de que observó las torturas que éstos aplicaron a los dos supuestos ladrones, para luego arrojarlos al lago.

Según el subteniente de la Policía Rural y Fronteriza, José Chávez, la mujer llegó a Copacabana y buscó al fiscal adscrito en Copacabana, Freddy Huarco, para denunciar lo sucedido.

En su declaración contó que un grupo de campesinos irrumpió en su vivienda a las tres de la madrugada del martes “para raptarlos”. Entre ese día y el miércoles, la pareja y su hijo habrían sido flagelados por vecinos de Titicachi y de Sicuani, hasta donde los habrían trasladado.

De acuerdo con el relato de doña Francisca, su esposo Eduardo agonizaba cuando ambos vieron la forma en que mataron a su hijo Esteban (16), cuyo cuerpo habría sido lanzado a la profundidad del lago Titicaca, el martes, atado a una roca de gran tamaño.

Según el reporte preliminar de la Policía, don Eduardo sufrió más torturas hasta el miércoles, día en que habría sido lanzado al lago aún con vida. Los vecinos de Copacabana calculan que la profundidad del lago en ese sector es de al menos 30 metros.

Doña Francisca aseguró al Ministerio Público que pudo huir tras un descuido de sus captores. Sin embargo, en ningún momento informó que su familia fue identificada por los pobladores de Titicachi y de Sicuani como la responsable de la sustracción de 18 mil bolivianos a Martina Chipana, secretaria de Hacienda de la primera comunidad.

Ante la sospecha, la mujer fue enviada a La Paz para que preste una declaración sobre el supuesto hurto cometido el 1 de febrero.

Las autoridades municipales y policiales de Copacabana coincidieron en declarar que los pobladores de Titicachi realizaron un pacto de silencio para no revelar quiénes tomaron la decisión de victimar a los Canasa, en tanto que también circula otra versión en sentido de que padre e hijo también escaparon.

Un poblador de Titicachi conversó ayer con La Razón al respecto y dijo que el ingreso a la región está restringido. “Nadie puede acercarse ahora a nuestro pueblo, ni por lancha ni por tierra. Aquí (en Copacabana) hay mucha corrupción y la Policía sólo los detiene (a los delincuentes) por un rato y después los suelta. Nadie irá hasta allá”, dijo en tono desafiante el barquero que trabaja en Copacabana, pero que vive con su familia en Titicachi.

Según las hipótesis que se tejen, los comunarios decidieron tomar la justicia por mano propia pese a que el miércoles se comprometieron con el alcalde de Copacabana, Armando Callizaya, a que los acusados del supuesto robo pagarían con trabajos para la comunidad su delito.

Hasta las tres de la tarde ayer, la Policía no pudo ingresar a Titicachi porque los comunarios se lo impiden. La Razón pudo acercarse a un kilómetro antes de llegar a la población, desde donde las calles lucían vacías.

Por recomendación de las autoridades policiales, el equipo de periodistas dio media vuelta.

Por la mañana, se informó que se realizaría un ampliado de seis comunidades aledañas, pero la reunión no se concretó.

Titicachi, en español, significa gato bueno. Esta población, cuyo paisaje es un deleite para la vista, vive de la producción de habas, de la pesca y en una parte de su territorio posee dos islas flotantes que son promocionadas como un atractivo turístico dentro de Copacabana.

La Policía está impedida de ingresar a Titicachi

Los representantes del Ministerio Público y de la Policía fueron echados, el miércoles 4 de febrero, de la población de Titicachi a donde pretendían ingresar para investigar el supuesto linchamiento de un padre y su hijo, acusados de robo, reportó ayer la Policía del Santuario de Copacabana.

Según la versión de la esposa y madre de Eduardo Canasa y Esteban Canasa, los vecinos de Titicachi torturaron y lanzaron al lago a ambos. Ante la denuncia, la comitiva se trasladó al lugar, pero se topó con trancas y un grupo de al menos 15 personas que impidieron su paso.

Asimismo, un grupo de balseros evitó que cualquier embarcación se acerque al lugar.

“Es difícil (entrar), les sugerimos que no vayan por ahí porque están con palos y kurawas, y con vigías en algunos cerros”, recomendó ayer a este medio un poblador que vive en Jinchaca, poblado cercano a Titicachi.

La Policía se ve atada de manos, pero es probable que mañana reanude las investigaciones. “Una vez que la gente se tranquilice en el lugar”, dijo ayer el subteniente José Chávez, de la Policía Rural y Fronteriza de Copacabana.

Entretanto, en la Capitanía de Puerto Mayor de Copacabana, el capitán Carlos Quinteros se limitó a indicar que no recibieron ninguna orden de parte de sus superiores para efectuar un rastrillaje. Quinteros agregó además que al momento no existen las garantías necesarias para que los buzos puedan efectuar la búsqueda de los cuerpos que estarían en el fondo del lago.