Mundo al Día XXXVII

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INDICE

1. EE.UU.: OBAMA PIDE UN MENSAJE DE UNIDAD AL G-20

Fuente: El País / Madrid



2. ERDOGÁN GANA LAS ELECCIONES EN TURQUÍA, PERO «PIERDE FUERZA»

Fuente: Abc / Madrid

3. EE.UU.: OBAMA COMIENZA ESTE MARTES UNA PRIMERA Y AMBICIOSA GIRA POR EUROPA

Fuente: La República / Lima

4. ‘LA ÉPOCA EN QUE NO ESCUCHÁBAMOS SE ACABÓ’, DICE EN CHILE EL VICEPRESIDENTE DE E.U., JOE BIDEN,

Fuente: El Tiempo / Bogotá

5. PERÚ: UNA MARCHA DE RESPALDO A FUJIMORI REÚNE A 10.000 PERSONAS EN LIMA

Fuente: El País / Madrid

6. VENEZUELA: LA OPOSICIÓN SE DECLARA EN REBELDÍA MIENTRAS CHÁVEZ LE BLOQUEA SU SEÑAL

Fuente: Abc / Madrid

7. FMI: LA SITUACIÓN ECONÓMICA EN AMÉRICA LATINA EMPEORARÁ

Fuente: Los Tiempos / Cochabamba

8. BOLIVIA EN EL ÍNDICE DE INESTABILIDAD

Fuente: La Razón

9. VENEZUELA: CHAVEZ PLANTEA SUSTITUIR A CONTRATISTAS DE PETROLERAS

Fuente: América Económica Venezuela

10. FINANCIAL POLICY DESPAIR

Fuente: Paul Krugman

11. AFTER DE FALL: RE-ASSERTING THE INTERNATIONAL MONETARY FUND IN THE FACE OF GLOBAL CRISIS

Fuente: Doménico Lombardi

12. A BANK BAILOUT THAT WORKS

Fuente: Joseph E. Stiglitz

13. LA ACTUAL CRISIS FINANCIERA INTERNACIONAL Y SUS EFECTOS EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Fuente: CEPAL

14. LA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL: FALLOS SISTÉMICOS Y REMEDIOS MULTILATERALES

Fuente: UNCTAD

15. AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE TENDRÁN CRECIMIENTO MÁS LENTO EN LOS PRÓXIMOS CUATRO AÑOS

Fuente: BID

16. HUMOR


1. EE.UU.: OBAMA PIDE UN MENSAJE DE UNIDAD AL G-20

Fuente: El País / Madrid

El presidente Barack Obama dijo en una entrevista publicada ayer en el matutino británico Financial Times que los líderes del G-20 buscarán enviar un "fuerte mensaje de unidad" este jueves, cuando se reúnan para discutir soluciones para la crisis económica global.

"He insistido en que necesitamos ambas soluciones: mejorar la regulación de los mercados financieros y establecer planes de estímulo"

"Respecto al estímulo, habrá un acuerdo entre los países para hacer lo necesario para promover el crecimiento y el comercio", aseguró Obama. E insistió: "nuestro objetivo más importante es consensuar un mensaje de unidad en el desafío de enfrentar la crisis".

Obama, que el martes comenzará su primer viaje oficial de importancia desde que asumió la presidencia de Estados Unidos, expresó que coincide con los líderes europeos en relación a que las economías desarrolladas y emergentes deben diseñar una nueva estructura para la regulación financiera y coordinar los planes de estímulo. El presidente estadounidense ha descartado que exista una disyuntiva entre una medida y la otra: "la prensa tiende a presentar las cosas como si se tratase de elegir entre dos soluciones posibles, pero he insistido en que necesitamos ambas soluciones: mejorar la regulación de los mercados financieros y establecer planes de estímulo".

El mandatario comentó también que el G-20 debe resolver los problemas inmediatos pero también trabajar para que este tipo de crisis no vuelva a ocurrir en el futuro.

"Hay una preocupación legítima de los países que ya aprobaron planes de estímulo económico, que prefieren esperar a ver cómo funcionan antes de proponer más medidas de este tipo", aceptó Obama, que también admitió que no será sencillo conseguir que el Congreso de EE UU conceda más dinero al sector bancario.

El presidente estadounidense reconoció que en la mayoría de los países existe una resistencia social a que los gobiernos utilicen el dinero de los impuestos para ayudar al sector privado. "Particularmente cuando los ciudadanos perciben que los fondos benefician a algunos empresarios y ejecutivos cuyas decisiones precipitaron la crisis", reflexionó Obama.

2. ERDOGÁN GANA LAS ELECCIONES EN TURQUÍA, PERO «PIERDE FUERZA»

Fuente: Abc / Madrid

El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) del primer ministro, Tayip Erdogán, ha ganado ampliamente las elecciones municipales en Turquía, pero según los avances del recuento se ha quedado lejos de sus pretensiones de rebasar el resultado de las legislativas de hace dos años. Hasta en medios considerados como incondicionalmente partidarios del AKP se reconocía ayer que Erdogán «ha perdido fuerza».

Parece extraño hablar de un retroceso cuando el AKP se ha hecho con el 40,1 por ciento de los puestos en disputa, lo que reafirma a este partido de raíz islamista como la primera fuerza política del país. Sin embargo, el mismo Erdogán había planteado estas elecciones como un plebiscito de su gestión y un termómetro para intentar resucitar el mortecino proceso de reformas. Los expertos citados por el diario progubernamental «Zaman» hablan de los efectos de la crisis y del aumento del desempleo para explicar que los resultados no hayan igualado el 47 por ciento de los votos que el primer ministro logró en 2006.

VIOLENCIA KURDA

Las elecciones se han visto empañadas por graves episodios de violencia en las regiones de mayoría kurda, donde al menos 5 personas murieron y un centenar fueron atendidas de distintas heridas, en disputas por la alcaldía de un pueblo kurdo, según informó Ankara.

El resultado no resuelve la incógnita que se planteaba la Unión Europea en estas elecciones. Después de más de un año perdido en disputas estériles sobre el uso del pañuelo islámico en edificios públicos, Erdogán debería utilizar la mayoría absoluta de la que dispone en el Parlamento para hacer avanzar las reformas. Sin embargo, la UE había llegado a la conclusión de que Erdogán carecía de impulso político y personal para emprender esos cambios que deberían revitalizar el proceso de negociaciones, que está prácticamente congelado.

El presidente de la República, Abdulah Gül, miembro del AKP, estuvo en Bruselas la semana pasada para declarar que el ingreso en la UE sigue siendo un objetivo estratégico de Turquía. Los responsables comunitarios esperarán ahora a comprobar cuál es la reacción de Tayip Erdogán.

3. EE.UU.: OBAMA COMIENZA ESTE MARTES UNA PRIMERA Y AMBICIOSA GIRA POR EUROPA

Fuente: La República / Lima

Barack Obama comienza este martes su primera gira por Europa como presidente de EEUU, en la que quiere demostrar que comienza una nueva relación con los aliados al tiempo que intenta persuadirles de sus propuestas.

Obama partirá a las 8.30 horas locales (12.30 GMT) del martes de Washington y tiene prevista su llegada a Londres esa misma noche, a las 19.45 (18.45 GMT).

Durante su estancia en Londres, hasta el 2 de abril, se reunirá, entre otros, con el presidente chino, Hu Jintao, y el mandatario ruso, Dmitri Medvédev, antes de participar en una cumbre del G20 en la que buscará convencer a sus participantes de la necesidad de adoptar más medidas para estimular la economía, reformar el sistema regulador financiero y luchar contra el proteccionismo.

Estrasburgo (Francia) y Kehl (Alemania) serán las siguientes paradas, el 3 y el 4, para participar en una cumbre de la OTAN en la que demandará a los aliados una mayor implicación en Afganistán, en particular en lo que se refiere a la formación de las fuerzas de seguridad afganas y el apoyo a las elecciones en ese país.

La tercera etapa del viaje será Praga, entre el 4 y el 5 de abril, para una cumbre con la Unión Europea y para pronunciar un discurso sobre la proliferación nuclear.

En esa capital se reunirá con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en el primer encuentro entre gobernantes de los dos países en cinco años.

Según la Casa Blanca, ambos tratarán sobre asuntos como Afganistán, las misiones compartidas en los Balcanes, la lucha contra el terrorismo, el cambio climático y la crisis económica.

La gira europea de Obama concluirá en Turquía, donde en Ankara el día 6 se reunirá con las autoridades de ese país y en Estambul lo hará con autoridades culturales y mantendrá una mesa redonda con jóvenes europeos.

4. ‘LA ÉPOCA EN QUE NO ESCUCHÁBAMOS SE ACABÓ’, DICE EN CHILE EL VICEPRESIDENTE DE E.U., JOE BIDEN,

Fuente: El Tiempo / Bogotá

Llegó para participar en la Cumbre Progresista de Viña del Mar, que terminó el tiempo en que su país no escuchaba a América Latina, y planteó así un nuevo tono en las relaciones con el hemisferio.

El vicepresidente, junto a otros ocho líderes de América y Europa, analizó en el balneario respuestas para hacer frente a la recesión económica y evitar que degenere en una crisis social.

"La época en la que E.U. actuaba unilateralmente, la época en la que dictaba y no escuchaba, esa época se acabó", enfatizó el número dos de la Casa Blanca durante su primera visita oficial a un país latinoamericano.

"El presidente (Barack) Obama y yo estamos absolutamente comprometidos en trabajar estrechamente con nuestros vecinos en el hemisferio" señaló Biden. "Mi visita aquí es solo el comienzo de una nueva sociedad con las Américas", agregó.

Biden, que llegó a Chile dos semanas antes de la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago a la que asistirá Obama, dijo que llegó a Suramérica para "escuchar y comprometer" a los líderes para avanzar en la agenda del G-20.

El grupo, que reúne a naciones industrializadas y en desarrollo, se reunirá en Londres en cinco días más para debatir medidas frente a la crisis financiera internacional.

La presidenta Michelle Bachelet, de su lado, le dijo a Biden que su presencia es una señal de la voluntad de la nueva administración estadounidense de "construir un nuevo ambiente político mundial".

"Con su presencia (de Biden) el presidente Obama nos ha dado una señal muy fuerte sobre su decidida voluntad para que podamos ser capaces todos juntos de superar rápidamente la crisis", declaró.

Biden y la presidenta chilena Michelle Bachelet hablaron brevemente frente a la prensa en uno de los patios de la sede de gobierno, el Palacio de La Moneda, previo a una cena a la luz de las velas que sostendrían poco más tarde.

El gobierno e instituciones privadas se sumaron a la iniciativa de la Hora del Planeta, que implicaba apagar las luces durante 60 minutos.

Biden llegó a Chile el viernes y participó en Viña del Mar en la llamada Cumbre de Líderes progresistas, a la que también asistieron los primeros ministros de Gran Bretaña, Gordon Brown; de Noruega, Jens Stoltenberg; el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y los presidentes de Argentina, Cristina Fernández; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Uruguay, Tabaré Vázquez.

Biden era recibido ayer en Costa Rica donde se reunirá con mandatarios de América Central, en una visita destinada a hacer consultas para la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago del 17 al 19 de abril.

5. PERÚ: UNA MARCHA DE RESPALDO A FUJIMORI REÚNE A 10.000 PERSONAS EN LIMA

Fuente: El País / Madrid

Cerca de 10.000 personas han pedido hoy (madrugada de España) que la Justicia declare la inocencia del ex presidente Alberto Fujimori, que está sometido a juicio por atropellos a los derechos humanos durante su mandato (1990-2000). La sentencia se conocerá en las próximas semanas.

La fiscalía pidió 30 años de cárcel para Alberto Fujimori, al que acusa de instigar las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), que dejaron 25 muertos en total, así como los secuestros de un periodista y un empresario.

Convocados con cinco días de anticipación, los manifestantes se dieron cita en el llamado Campo de Marte, en Lima, y marcharon disciplinadamente con pancartas que rezaban Fujimori inocente, Chino libertad, y que expresaban también su apoyo para la hija del ex presidente, Keiko Fujimori.

Keiko, que no ha oficializado todavía su probable candidatura para los comicios presidenciales de 2011, apareció ante los manifestantes como la figura de una velada que el congresista Carlos Raffo, el principal organizador, llamó "la noche de la inocencia de Fujimori". Tras más de dos horas de desfile de las diferentes agrupaciones fujimoistas, Keiko se dirigió a los miles de seguidores llegados desde todas las regiones de Perú en decenas de autobuses.

"Estoy orgullosa por haberlos visto desfilar con fervor y fuerza. Hoy, con su cariño, con su presencia, están demostrando que el fujimorismo está vivo", ha proclamado Keiko desde un estrado en el que se encontraban muchos de los congresistas del grupo que ella encabeza. Tras asegurar que "no existe ninguna prueba en contra de mi padre, y no la va a haber porque mi padre es inocente", Keiko preguntó a la masa de acólitos: "¿se van a quedar con los brazos cruzados si es que sentencian a Fujimori?".

"A las calles, a las calles", respondieron al unísono sus seguidores.

EL GRAN TRIUNFO DE FUJIMORI

Y para evitar cualquier sospecha de manejo antidemocrático, Keiko les pidió que se comprometan "a defender (a Fujimori) hasta las últimas consecuencias, utilizando las armas democráticas, para conseguir su libertad", algo que ella misma ha prometido que hará. Keiko volvió a destacar como el gran triunfo de su padre el haber vencido al terrorismo. "Y por haber tenido la valentía de enfrentarlos (a los terroristas), está siendo acusado", ha expresado.

En la manifestación de los fujimoristas pudo verse a reservistas del Ejército, integrantes de las "rondas campesinas" (grupos armados de campesinos que se aliaron con el Ejército en la lucha anti-subversiva) y familiares de víctimas del terrorismo. La velada tuvo un tono festivo, con números musicales y un aire triunflista en el que, si bien planeó la duda de cuál será la sentencia para Fujimori, quedó patente la capacidad de organización, disciplina y convocatoria de Fuerza 2011, el nombre del partido que los fujimoristas han creado.

6. VENEZUELA: LA OPOSICIÓN SE DECLARA EN REBELDÍA MIENTRAS CHÁVEZ LE BLOQUEA SU SEÑAL

Fuente: Abc / Madrid

El frente unitario de la oposición se ha reunido hoy al mediodía para declararse en rebeldía y en “resistencia permanente” contra la recentralización y la persecución política, cuya rueda de prensa la tumbó sorpresivamente el presidente Hugo Chávez para transmitir en cadena de radio y televisión su propia reunión con los gobernantes regionales y diputados chavistas.

Esta confrontación mediática entre los dos bandos tiene lugar mientras se desarrollan protestas laborales y paros escalonados de los sectores petroleros, educación y sanitarios, que reclaman mejoras salariales y reenganche de los puestos de trabajo cesados.

Los analistas ya comienzan a palpar el despertar de movimientos sociales que en el peor de los casos podría desembocar en caos y explosión social, según vaya afectando la crisis económica. Las medidas anunciadas por Chávez parece que no han sido bien acogidas.

Todos los alcaldes y gobernadores y partidos políticos de la oposición se dieron cita en Caracas para anunciar las acciones que van a emprender con el objetivo de enfrentar la reforma, que para ellos es ilegal e inconstitucional, de la Ley de Descentralización, caso de la militarización de los puertos y aeropuertos, y la arremetida contra los dirigentes políticos, como es el caso, del ex candidato presidencial y alcalde de Maracaibo, Manuel Rosales.

En las elecciones del pasado 23 de noviembre la oposición ganó 5 de las 22 gobernaciones, que son las principales y un tercio de las 330 alcaldías. Chávez les ha declarado la guerra y desde el primer día ni el gobernador del Táchira, César Pérez Vivas, ni el Alcalde Mayor, Antonio Ledezma, han podido despachar desde sus sedes respectivas por el saboteo al que se encuentran sometidos.

El gobernador del Zulia, Pablo Pérez, sirvió de portavoz en la rueda de prensa de la oposición. Dijo que se encuentran en “emergencia y en resistencia ante el proceso de recentralización que está viviendo Venezuela”.

Recordó que el proceso autonómico de la provincia que en el país se llama descentralización “ha sido la verdadera revolución del siglo XX. Ha funcionado bien desde hace 20 años y el pueblo la apoyó de manera mayoritaria con la Constitución de 1999”.

Dijo que “la movilización y la resistencia democrática no cesará mientras exista un proceso de recentralización y de criminalización de la política en Venezuela”.

Añadió que la lucha por la resistencia es permanente y pacífica. “Con la resistencia democrática vamos a recuperar lo que nos han arrebatado a los municipios y gobernaciones”, pero no especificó las acciones que van a dar. El Consejo Legislativo del Zulia aprobó ayer la propuesta de convocar un referendo consultivo sobre el despojo de las autonomías.

Dijo que no le tienen miedo a las amenazas y persecución de Chávez. Este sábado comenzarán la campaña de concientización en el Táchira y luego otras provincias. “Mas temprano que tarde lograremos recuperar lo que nos han quitado”.

Henry Ramos Allup, secretario general del principal partido opositor Acción Democrática, dijo que se denunciará ante el secretario general de la OEA, la discriminación política y la violación de la Constitución venezolana, tan pronto les den la fecha de la audiencia.

También señaló que la Internacional Socialista acordó visitar Venezuela en los próximos días para analizar con los actores políticos lo que está ocurriendo. “Chávez intenta exportar un modelo que no tiene vigencia en ninguna parte”.

CHÁVEZ EMPLAZA A OBAMA

El mandatario no permitió que la rueda de prensa de la oposición continuara. Criticó a los opositores de tener los medios de comunicación independientes a su disposición, algo que a él no le hace falta porque con una sola orden suya tiene a todos los medios encadenados. Y hoy miércoles duró seis horas con la cadena.

En referencia al modelo que intenta exportar, referido por el opositor Ramos Allup, el presidente Chávez dijo que “se inicia nueva doctrina como la de la Asamblea Constituyente. Después de la victoria del referendo del 15 de febrero reina un debate ideológico en todas partes”.

En Ecuador y Bolivia han prosperado las constituyentes copiadas del modelo venezolano. Y ahora la plantea el presidente Manuel Zelaya en Honduras. “Si el presidente Obama convocara un referéndum para consultarle a la población si quiere o no una constituyente, creo que un altísimo porcentaje de ese pueblo apoyaría la refundación de la República norteamericana”, dijo.

Refiriéndose al paro de los maestros afirmó que fue “un fracaso” porque supuestamente el 78 % de los estudiantes acudieron a las aulas. “Así que fue un rotundo fracaso la operación contrarrevolucionaria”. Chávez considera que este plan “contrarrevolucionario” está vinculado a los objetivos de la oposición de crear un supuesto “poder paralelo”, de ejecutar un plan “separatista”. Dijo que no permitirá que se instale un “Estado paralelo” porque “sólo hay un gobierno nacional, una sola República”.

7. FMI: LA SITUACIÓN ECONÓMICA EN AMÉRICA LATINA EMPEORARÁ

Fuente: Los Tiempos / Cochabamba

La situación económica de América Latina empeorará antes de mejorar, afirmó ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI) que prevé que el PIB de los países de la región se contraiga de media en 2009 entre un 0,5 y un 1 por ciento. Esa contracción estaría en línea con la media mundial.

“Puede que lo peor todavía no haya llegado o lo que es lo mismo (la situación en la región) empeorará antes de mejorar”, afirmó ayer en una rueda de prensa el director del Departamento para América Latina y el Caribe del FMI, Nicolás Eyzaguirre.

El ex ministro de Hacienda de Chile señaló que las grandes instituciones financieras seguirán reduciendo sus niveles de endeudamiento, un proceso que, según dijo, será probablemente “más intenso” en los países emergentes.

Indicó que no se puede descartar un deterioro adicional de la situación macroeconómica y financiera en la región.

8. BOLIVIA EN EL ÍNDICE DE INESTABILIDAD

Fuente: La Razón

The Economist explicó que para elaborar el Índice se tomaron en cuenta la profundidad de la crisis económica, la identificación de los responsables de la misma, la sospecha de que la crisis pueda ser más profunda y el factor de contagio. Bolivia está en el decimocuarto lugar.

La gobernabilidad es uno de los componentes esenciales para el buen funcionamiento de un Estado, de una sociedad, cualquier sea su signo político. Sin gobernabilidad, así como sin respeto a ella, el resultado es la anomia, es decir el caos y la anarquía. Algo más, de acuerdo con el diccionario de la lengua española, la anomia implica la ausencia de ley, lo que en buen romance significa inestabilidad.

Debe entenderse, en consecuencia, que es una forma de desorganizar a la sociedad, debido a la carencia, contradicción o incongruencia de las normas sociales establecidas. Al mismo tiempo, para que la inestabilidad no sea dominante, corresponde a los gobiernos crear las condiciones propicias para que en los países prevalezca la estabilidad pública y la paz social.

En consideración a que la inestabilidad frustra cualquier esfuerzo que se realice en procura del desarrollo y del crecimiento económico, así como torna vulnerable a la paz social, la revista británica The Economist, mediante su Unidad de Inteligencia, efectuó este año un Índice de Inestabilidad Política.

El estudio abarcó a 165 naciones: grandes, emergentes y pequeños, habiendo llegado a la conclusión de que existe un elevado descontento social, a tal punto de que es capaz de trastornar las economías e incluso derrocar gobiernos.

Entre los países de la región más expuestos a estos riesgos figuran Bolivia, Ecuador, Haití y la República Dominicana. De igual manera, pudo identificarse que la inestabilidad se está produciendo en seis países asiáticos y tres en la Europa del Este: Ucrania, Moldavia y Bulgaria. Algo que es más notable aún es que ni siquiera EEUU se halla exento de riesgo, aunque figura abajo en el Índice.

La relación de los 165 países sometidos a la compulsa la encabeza Zimbabue, en África, con un riesgo del 8,8, en una escala de 10, por lo que se estima que pueda confrontar graves desórdenes, capaces de poner en peligro el orden político que existe en este país.

Siguen en este orden Chad, Congo, Camboya, Sudán, Irak, Costa de Marfil y Haití. Este último ocupa el séptimo lugar, por lo que se le atribuye una puntuación de 7,8. Una posición similar la ocupan Pakistán, Zambia, Afganistán y la República Centroafricana. Bolivia y Ecuador comparten el decimocuarto lugar, con un índice de 7,7, seguidos de Angola, la República Dominicana (decimosexta posición) y Ucrania; a estos últimos, The Economist les atribuye un 7,7.

Venezuela figura en el puesto 29, con un índice de 7,3; Argentina y Panamá comparten el puesto 33, con un 7,1; Colombia y Perú se hallan en el puesto 38, con un índice del 6,8.

En el caso de Estados Unidos, que resulta llamativo que se encuentre incluido en el Índice de Inestabilidad, está en el puesto 109, con un puntaje del 5,3, de donde se desprende que se halla con un riesgo mayor de disturbios que países latinoamericanos como El Salvador, Uruguay y Chile.

The Economist explicó que para elaborar el Índice se tomaron en cuenta la profundidad de la crisis económica, la identificación de los responsables de la misma, la sospecha de que la crisis puede ser más profunda y el factor contagio. En el caso de Bolivia, tales indicadores son menores, pero el hecho de que se genere tensión pública desde el oficialismo, crea inestabilidad.

9. VENEZUELA: CHAVEZ PLANTEA SUSTITUIR A CONTRATISTAS DE PETROLERAS

Fuente: América Económica Venezuela

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha anunciado que planea sustituir a las contratistas mediante la creación de unas “empresas sustitutas” que realicen esos servicios de mantenimiento a los pozos en el país. Mientras Petróleos de Venezuela, Pdvsa, ha iniciado de manera gradual el pago de las deudas que mantenía con 56 compañías operadoras o de servicios.

Bloomberg, citando una investigación de Dow Jones, ha indicado que Pdvsa ha pagado a algunas firmas hasta 7% del dinero que debía. Paralelamente, el contratista petrolero estadounidense, Helmerich y Payne (H&P), ha afirmado que estudia suspender sus operaciones en Venezuela por la falta de pagos de Pdvsa.

El portavoz de H&P, Juan Pablo Tardío, ha indicado que "al 23 de marzo, cuatro de once taladradoras en pozos terrestres en Venezuela estaban paradas. Los restantes siguen activos".

Pdvsa tenía una deuda a esta empresa de suministros de material de extracción cerca de 100 millones de dólares (74 millones de euros) en enero. H&P afirma que Pdvsa ha pagado menos de 1% de sus deudas, por lo que la compañía está "cesando operaciones en pozos con la expiración de los contratos de perforación".

Pero ante estas insolvencias, en un momento en que el ingreso petrolero se ha desplomado, Chávez ha manifestado en una cadena nacional de radio y TV que estas contratistas se paralizaron durante el paro petrolero y aún tienen contratos y se que están llevando las grandes ganancias.

Aunque H&P ha indicado que tiene la intención de mantener sus operaciones en Venezuela, donde ha trabajado durante más de 50 años, y ha afirmado que si no hay pagos de forma regular y suficiente por parte de Pdvsa, los pozos quedarán inactivos a finales de julio.

Más de un centenar de empresas venezolanas del sector se han visto afectadas por el incumplimiento de Pdvsa en los pagos. Al parecer, la petrolera acumula en casi cinco meses una deuda por "facturas vencidas" con las empresas metalúrgicas locales de unos 100 millones a 150 millones de bolívares fuertes, equivalentes a unos 69,7 millones de dólares (53,24 millones de euros).

10. FINANCIAL POLICY DESPAIR

Fuente: Paul Krugman

Over the weekend The Times and other newspapers reported leaked details about the Obama administration’s bank rescue plan, which is to be officially released this week. If the reports are correct, Tim Geithner, the Treasury secretary, has persuaded President Obama to recycle Bush administration policy specifically, the “cash for trash” plan proposed, then abandoned, six months ago by then-Treasury Secretary Henry Paulson.

After all, we’ve just been through the firestorm over the A.I.G. bonuses, during which administration officials claimed that they knew nothing, couldn’t do anything, and anyway it was someone else’s fault. Meanwhile, the administration has failed to quell the public’s doubts about what banks are doing with taxpayer money.

And now Mr. Obama has apparently settled on a financial plan that, in essence, assumes that banks are fundamentally sound and that bankers know what they’re doing.

It’s as if the president were determined to confirm the growing perception that he and his economic team are out of touch, that their economic vision is clouded by excessively close ties to Wall Street. And by the time Mr. Obama realizes that he needs to change course, his political capital may be gone.

Let’s talk for a moment about the economics of the situation.

Right now, our economy is being dragged down by our dysfunctional financial system, which has been crippled by huge losses on mortgage-backed securities and other assets.

As economic historians can tell you, this is an old story, not that different from dozens of similar crises over the centuries. And there’s a time-honored procedure for dealing with the aftermath of widespread financial failure. It goes like this: the government secures confidence in the system by guaranteeing many (though not necessarily all) bank debts. At the same time, it takes temporary control of truly insolvent banks, in order to clean up their books.

That’s what Sweden did in the early 1990s. It’s also what we ourselves did after the savings and loan debacle of the Reagan years. And there’s no reason we can’t do the same thing now.

But the Obama administration, like the Bush administration, apparently wants an easier way out. The common element to the Paulson and Geithner plans is the insistence that the bad assets on banks’ books are really worth much, much more than anyone is currently willing to pay for them. In fact, their true value is so high that if they were properly priced, banks wouldn’t be in trouble.

And so the plan is to use taxpayer funds to drive the prices of bad assets up to “fair” levels. Mr. Paulson proposed having the government buy the assets directly. Mr. Geithner instead proposes a complicated scheme in which the government lends money to private investors, who then use the money to buy the stuff. The idea, says Mr. Obama’s top economic adviser, is to use “the expertise of the market” to set the value of toxic assets.

But the Geithner scheme would offer a one-way bet: if asset values go up, the investors profit, but if they go down, the investors can walk away from their debt. So this isn’t really about letting markets work. It’s just an indirect, disguised way to subsidize purchases of bad assets.

The likely cost to taxpayers aside, there’s something strange going on here. By my count, this is the third time Obama administration officials have floated a scheme that is essentially a rehash of the Paulson plan, each time adding a new set of bells and whistles and claiming that they’re doing something completely different. This is starting to look obsessive.

But the real problem with this plan is that it won’t work. Yes, troubled assets may be somewhat undervalued. But the fact is that financial executives literally bet their banks on the belief that there was no housing bubble, and the related belief that unprecedented levels of household debt were no problem. They lost that bet. And no amount of financial hocus-pocus for that is what the Geithner plan amounts to will change that fact.

You might say, why not try the plan and see what happens? One answer is that time is wasting: every month that we fail to come to grips with the economic crisis another 600,000 jobs are lost.

Even more important, however, is the way Mr. Obama is squandering his credibility. If this plan fails — as it almost surely will — it’s unlikely that he’ll be able to persuade Congress to come up with more funds to do what he should have done in the first place.

All is not lost: the public wants Mr. Obama to succeed, which means that he can still rescue his bank rescue plan. But time is running out.

11. AFTER DE FALL: RE-ASSERTING THE INTERNATIONAL MONETARY FUND IN THE FACE OF GLOBAL CRISIS

Fuente: Doménico Lombardi

Under the pressure of the current crisis, the international community is carving out a new role for the IMF. But this is not the first time. Every decade or so, the institution has slightly changed the nature of its role in the global system. Almost 40 years ago, in the 1970s, it relinquished supervision of the Bretton Woods exchange rate system and lost its role as forum for global economic coordination.

Ten years later, it assumed the role of manager of the emerging debt crisis. When international financial risks related to the debt crisis waned, the IMF took on the “systemic transformation” in Russia and its former satellite states. That function, too, became obsolete, and the Fund re-asserted itself in the face of the Mexican, East Asian and other financial crises of the 1990s by engaging in large-scale emergency lending. Once that was no longer needed, the institution went through a period of inactivity, leading many to wonder if there was any role at all left for the IMF in the international monetary system.

Now, once again, policymakers are looking to the IMF to define a new, more meaningful role for itself. What exactly that should be is currently the subject of discussion in various groups such as the G-7, and, especially, the G-20. It is also what the Manuel Commission a group of experts chaired by South African Finance Minister Trevor Manuel is working on, in its report to be made available shortly.

In what follows, I draw some lessons from the current economic crisis, deduce the implications for IMF reform and, finally, share some concrete recommendations.

Lessons from the Current Crisis

This financial crisis can be attributed to the past seven years of low interest rates and high world growth. While macroeconomic forces were at work in the guise of low interest rates driving investors to seek out returns further down the credit quality curve, the financial system, partly in response to this, came up with new structures and financial instruments offering higher risk-adjusted returns, instruments in fact far riskier than they seemed. It was not long before market discipline fell short, as optimism prevailed and due diligence was outsourced to credit rating agencies.

In this setting, there has been fragmented surveillance with policy debates scattered across various fora such the Bank for International Settlements (BIS), G-7 and G-20, the Financial Stability Forum (FSF), and, of course, the IMF; insufficient cooperation among national financial regulators; and lack of engagement of world economic decision-makers in time to make a difference.

IMPLICATIONS FOR IMF REFORM

Not even amidst the red flags and distress signals was any real system of collaborative global action set in motion. For instance, the disorderly unwinding of global imbalances had long been recognized as a major systemic risk. Yet, collective action in that regard proved less than satisfactory: the IMF’s Multilateral Consultation of 2006-07 produced only the slightest interest of its participants. Once the crisis was in full swing, the policy response remained neither collaborative nor coordinated.

To be fair, this has been pretty much in line with the traditional response of the international community to the episodes of instability affecting the world’s monetary and financial system since the 1980s and for which the response has been conducted on a case-by-case basis, with an emphasis on domestic factors rather than on systemic determinants.

This just happens to reflect well the underlying contradiction in the vision of the IMF that the international community has held since the 1970s, following the end of the Bretton Woods era. On the one hand, powerful members of the IMF have been pushing for the Fund to do more surveillance, yet, on the other hand, these same members have not delegated the institution enough powers to conduct surveillance in ways that might be more effective. They have provided neither adequate authority to the Fund nor effective instruments of enforcement. They have been reluctant to endow the IMF with political capital, making it ineffective as a forum for multilateral solution finding.

For instance, in the latest round of IMF reform in the aftermath of the Asian crisis, the IMF was asked by its key shareholders to devise the Financial Sector Assessment Program (FSAP) with the aim to step up its financial sector surveillance. Yet, to date, neither the US nor China have undergone such an assessment. That same round of reform sought to resolve the loopholes in the financial regulatory regime, prompting the IMF to focus on off-shore financial activity in small, exotic islands, rather than on the toxic assets and financial vulnerabilities being accumulated in systemically-relevant economies.

Though the need for cooperation is now finally recognized, there is no central body to assume leadership for responses to systemic risks in the global economy, while the debate has shifted to smaller and more flexible groups. The Fund has not been effective in this debate so far partly due to lack of a truly representative and effective executive board and the International Monetary and Financial Committee (IMFC).

REFORMING THE IMF: RECOMMENDATIONS

Against this background, last November in Washington, the G-20 leaders off a process that could lead to a fundamental reform of the world’s monetary and financial system. Given the little time that there is until the London Summit of the G-20 on April 2, it is not clear yet how much they will be able to achieve.

But whatever they will come up with, it has to be assessed against the yardstick of whether or not their decisions provide the international monetary system with a credible institutional anchor, that is, whether or not the IMF will come out of these discussions with an enhanced mandate from its shareholders.

With that principle in mind, there are some proposals that I have had the privilege of discussing with my colleagues of the Bretton Woods Committee. As there is no time to review them in detail, let me flesh out the key underlying principles. The thrust of these recommendations is first to make the decision-making system of the IMF, but also of the World Bank, far more transparent and inclusive. An obvious way to institutionalize this requirement is to introduce the double majority requirement for major decisions. Incidentally, this would end the Euro-American dominance at the helm of the Bretton Woods Institutions, since smaller and poorer countries would have a stronger say in the leadership selection.

Inclusiveness and a greater sense of ownership of the Bretton Woods institutions does also require a more balanced distribution of the voting power between developed and developing economies. In this regard, it is important that the IMF continue to simplify and make its quota formula more responsive to the changing economic realities of the 21st century.

The ensuing reallocation of voting power will then spur a change in the composition of the executive boards, that is, the policy-making organs of the IMF and the World Bank, with developing countries enjoying a broader representation than is currently the case. That said, changes in quotas and representation on the executive board are not mechanically correlated. A more representative and effective board requires one key reform: that European countries consolidate their representation.

This could be accomplished in a number of ways such as, for instance, having one chair representing euro area countries and another chair representing all the EU non-euro area members.

The representation of the euro area chair(s) could be entrusted to the European Central Bank and the EU Commission or be a multi-country constituency where the concerned members would agree on their internal representation.

Whatever the variant chosen, the two basic premises are that: i) the Europeans must bring consistency in their representation on external monetary affairs, as they have done, for instance, with trade policy, and that ii) France, Germany, and the UK commit, either for Europe or for the world at large, to relinquish the “exorbitant privilege” of holding single-country appointing chairs.

12. A BANK BAILOUT THAT WORKS

Fuente: Joseph E. Stiglitz

The news that even Alan Greenspan and Senator Chris Dodd suggest that bank nationalization may be necessary shows how desperate the situation has become. It has been obvious for some time that a government takeover of our banking system–perhaps along the lines of what Norway and Sweden did in the ’90s–is the only solution. It should be done, and done quickly, before even more bailout money is wasted.

The problem with America’s banks is not just one of liquidity. Years of reckless behavior, including bad lending and gambling with derivatives, have left them, in effect, bankrupt. If our government were playing by the rules–which require shutting down banks with inadequate capital–many, if not most, banks would go out of business. But because faulty accounting practices don’t force banks to mark down all their assets to current market prices, they may nominally meet capital requirements–at least for a while.

No one knows for sure how big the hole is; some estimates put the number at $2 trillion or $3 trillion, or more. So the question is, Who is going to bear the losses? Wall Street would like nothing better than a steady drip of taxpayer money. But the experience in other countries suggests that when financial markets run the show, the costs can be enormous. Countries like Argentina, Chile and Indonesia spent 40 percent or more of their GDP to bail out their banks. For the United States, the worry is that the $700 billion appropriated for the bank bailout may turn out to be just a small down payment.

The cost to the government is especially important, given the legacy of debt from the Bush administration, which saw the national debt soar from $5.7 trillion to more than $10 trillion. Unless care is taken, government spending on the bailout will crowd out other vital government programs, from Social Security to future investments in technology.

There is a basic principle in environmental economics called "the polluter pays": polluters must pay for the cost of cleaning up their pollution. American banks have polluted the global economy with toxic waste; it is a matter of equity and efficiency that they must be forced, now or later, to pay the price of cleaning it up. As long as the banking sector feels that it will be bailed out of disasters–even ones it created–we will continue to have a moral hazard. Only by making sure that the sector pays the costs of its actions will efficiency be restored.

The full costs of those mistakes include not just the $700 billion bailout but the almost $3 trillion shortfall between the economy’s potential output and its actual output resulting from the crisis. Since we are not forcing banks to pay these full costs imposed on society, we should hear no complaints from them about paying for the much smaller direct costs of the bailout.

The politicians responsible for the bailout keep saying, "We had no choice. We had a gun pointed at our heads. Without the bailout, things would have been even worse." This may or may not be true, but in any case the argument misses a critical distinction between saving the banks and saving the bankers and shareholders. We could have saved the banks but let the bankers and shareholders go. The more we leave in the pockets of the shareholders and the bankers, the more that has to come out of the taxpayers’ pockets.

PRINCIPLES AND GOALS

There are a few basic principles that should guide our bank bailout. The plan needs to be transparent, cost the taxpayer as little as possible and focus on getting the banks to start lending again to sectors that create jobs. It goes without saying that any solution should make it less likely, not more likely, that we will have problems in the future.

By these standards, the TARP bailout has so far been a dismal failure. Unbelievably expensive, it has failed to rekindle lending. Former Treasury Secretary Henry Paulson gave the banks a big handout; what taxpayers got in return was worth less than two-thirds of what we gave the big banks–and the value of what we got has dropped precipitously since.

Since TARP facilitated the consolidation of banks, the problem of "too big to fail" has become worse, and therefore the excessive risk-taking that it engenders has grown worse. The banks carried on paying out dividends and bonuses and didn’t even pretend to resume lending. "Make more loans?" John Hope III, chair of Whitney National Bank in New Orleans, said to a room full of Wall Street analysts in November. The taxpayers put out $350 billion and didn’t even get the right to find out what the money was being spent on, let alone have a say in what the banks did with it.

TARP’s failure comes as no surprise: incentives matter. Bankers won’t restart lending unless they have a reason to do so or are forced. Receiving billions of dollars in bonus pay for racking up record losses is a peculiar "incentive" structure. Bankers have been accused of unbounded greed using hard-earned taxpayer dollars for bonuses and dividends, but economists more calmly observe: they were simply responding rationally to the incentives and constraints they faced.

Even if the banks had not poured out the money in bonuses as we were pouring it in, they might not have restarted lending; they might have just hoarded it. Recapitalization enables them to lend. But there is a difference between the ability to lend and the willingness to lend. With the economy plunging into deep recession, the risks of lending are enormous.

TARP did nothing to require or create incentives for new lending, focusing instead on cleaning up past mistakes. We need to be forward-looking, reducing the risk of new lending. Just think of what new lending $700 billion could have financed. Leveraged on a modest ten-to-one basis, it could have supported $7 trillion of new lending–more than enough to meet business’s requirements.

13. LA ACTUAL CRISIS FINANCIERA INTERNACIONAL Y SUS EFECTOS EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Fuente: CEPAL

Los factores determinantes de la actual crisis económica y financiera internacional son de naturaleza estructural. En primer término, las instituciones y prácticas de la denominada nueva arquitectura financiera internacional, compuesta por un sistema global de grandes bancos de inversiones, fondos de cobertura y vehículos especiales de inversión, están inadecuadamente reguladas o carecen de cualquier tipo de regulación.

En segundo lugar, la crisis se ha desatado en momentos en que se registran fuertes desequilibrios mundiales: entre el trabajo y la circulación de capitales, el déficit comercial de los Estados Unidos y el predominio del capital financiero sobre el capital productivo, entre otros. Así, la burbuja del mercado de crédito hipotecario de alto riesgo y la consiguiente deflación de la deuda, junto con el largo período de abundante liquidez y las bajas tasas de interés antes de la crisis, llevaron a los inversionistas a buscar mayor rentabilidad y a subestimar los riesgos.

El alto nivel de endeudamiento del sector privado, sobre todo de los hogares estadounidenses, es más bien un síntoma, que refleja los factores estructurales de la crisis, tanto financieros como no financieros, que constituyen la esencia de las economías contemporáneas.

En los Estados Unidos, la crisis estuvo determinada por incentivos perversos y riesgos excesivos en el “sistema financiero sombra”, que incluye a intermediarios financieros escasamente regulados y estructuras e instrumentos de securitización complejos y poco claros (tales como los canjes de riesgo de incumplimiento del deudor y obligaciones de deuda garantizadas) que no se valoraron correctamente.

El alto grado de apalancamiento y el amplio riesgo sistémico generados con este sistema traspasaron la frontera estadounidense y provocaron tensiones de un alcance inédito no observado en las últimas tres cuartas partes del siglo. Conviene puntualizar que el riesgo sistémico se fue incrementando de manera progresiva en el sistema y que este incremento pasó inadvertido hasta que fue demasiado tarde, lo que puede atribuirse a la innovación financiera durante el auge económico.

Tras la conmoción en el mercado de las hipotecas de alto riesgo y la pérdida de valor de una enorme cantidad de derivados construidos sobre la base de dichas hipotecas, las condiciones económicas mundiales sufrieron un marcado deterioro desde mediados de septiembre de 2008, con lo cual las perspectivas y el contexto externo para América Latina y el Caribe también empeoraron. Este deterioro comenzó en realidad a mediados de 2007, cuando el aumento de la tasa de desempleo de los Estados Unidos provocó el colapso del mercado de las hipotecas de alto riesgo.

La crisis de este mercado comenzó a repercutir rápidamente en los estados financieros de instituciones financieras sólidas, que tenían y vendían derivados con hipotecas de alto riesgo como activos subyacentes. Al mismo tiempo, las fuertes alzas de los precios de los alimentos y la energía golpeaban a la economía mundial, lo que llevó a algunos bancos centrales a aumentar las tasas de interés para controlar las presiones inflacionarias, mientras otros simplemente mantenían las estrictas condiciones monetarias adoptadas en la etapa de prosperidad.

La CEPAL predijo que la gran volatilidad de los precios de las materias primas, sobre todo alimentos e hidrocarburos, era un fenómeno global atribuible a una combinación de factores. Algunos de ellos son de índole estructural: el aumento de la población y de los ingresos, a su vez asociado a la creciente demanda de alimentos; la rápida industrialización de Asia, que promovió la demanda de materia prima y energía, y el otorgamiento generalizado de subsidios a la producción de biocombustibles en Europa y los Estados Unidos, que se agrega a la presión sobre los precios en los mercados agrícolas.

Hay otros factores de naturaleza más especulativa, como el exceso de liquidez y la influencia de los fondos de cobertura, que cada vez se orientan más hacia los mercados de los productos básicos. Si bien el reciente descenso de precios de algunas materias primas refleja cuánto influyen los movimientos especulativos en la volatilidad de esos mercados, aún no se ha definido claramente el peso relativo de los factores estructurales y especulativos en las fluctuaciones de precios.

A continuación se enumeran tres fenómenos interrelacionados que sacuden a la economía mundial y se refuerzan mutuamente: la crisis financiera, la desaceleración del crecimiento y los cambios de los precios relativos internacionales. La quiebra de Lehman Brothers marcó el comienzo del derrumbe de los mercados financieros mundiales, al evaporarse la confianza entre las instituciones financieras. Tras el colapso de esa entidad, los mercados monetarios mundiales a corto plazo se paralizaron y las transacciones comerciales a corto plazo se volvieron sumamente onerosas.

El mercado de títulos comerciales a corto plazo se paralizó y nadie estaba dispuesto a prestar. Desde entonces, los diferenciales de crédito se ampliaron significativamente, las bolsas se desplomaron y las economías del mundo tambalean. El contagio financiero se extendió al resto de la economía y al mundo en general. La respuesta a la crisis se centró en desbloquear el crédito y evitar mayores daños a la economía mundial, pero la crisis ya golpea a la región de América Latina y el Caribe y reina la incertidumbre.

Si bien los países del G-20 acordaron un conjunto de principios para transformar los mercados financieros, la reforma del sistema regulatorio mundial deberá esperar a que se aclare el panorama en cuanto a lo que se ha aprendido de esta crisis y hasta qué punto la regulación debe ser transnacional. La Cumbre sobre Mercados Financieros y la Economía Mundial, realizada en noviembre de 2008, fue el primer paso para definir el marco adecuado para la arquitectura financiera internacional del siglo XXI y tiene un carácter simbólico, ya que parece indicar que, en el futuro, el G-20 puede reemplazar al Grupo de los Ocho como “comité directivo” de la economía mundial.

Pese a que esta vez los mercados emergentes no fueron los que provocaron la crisis, hoy su demanda agregada es más vulnerable a una contracción de la actividad económica mundial debido a la dependencia de la demanda externa y la inversión extranjera. Las instituciones financieras y los fondos de cobertura de las economías desarrolladas rápidamente retiraron grandes sumas de dinero de los mercados emergentes, lo que causó problemas a los bancos y mercados locales. Las líneas de crédito, fundamentales para las transacciones internacionales, también se congelaron, lo que afectó el comercio y redujo los ingresos de exportaciones.

Los gobiernos de las economías emergentes también han actuado con decisión, bajando las tasas e inyectando liquidez a los sistemas bancarios. Si bien en algunos países se podrían aplicar más estímulos fiscales, no es el caso de los más pobres, que no tienen suficiente margen fiscal para implementar políticas anticíclicas. La asistencia internacional es importantísima, por eso es preciso que los países desarrollados cumplan con los compromisos asumidos de aumentar la asistencia a los países en desarrollo.

Cabe preguntarse si la actual crisis financiera internacional es un accidente ocurrido en un sistema financiero global básicamente bien diseñado o representa una ruptura fundamental y estructural con el sistema actual, que exige un nuevo orden financiero internacional. Sea cual fuere la respuesta, en épocas de contracción los formuladores de política deberán poner más énfasis en la elaboración de políticas anticíclicas para enfrentar las peores condiciones económicas y financieras.

La CEPAL siempre ha insistido en la importancia de la diversificación de la estructura productiva, tanto en términos de composición de la producción como de mercados de exportaciones, para lograr un crecimiento económico sólido y sostenido.

Independientemente de otros elementos, este tipo de estructura productiva subraya la necesidad de crear las bases necesarias para aumentar las inversiones en el capital físico y humano y en la productividad total de los factores. Sin ellas, la región no podrá insertarse con éxito en la economía mundial ni consolidar una trayectoria de crecimiento sostenible.

En definitiva, la conclusión de este debate es que la región necesita formular una nueva agenda de desarrollo, que deje atrás el denominado consenso de Washington y permita eliminar los permanentes obstáculos del crecimiento económico. El desafío que hoy se plantea es enorme y exigirá más que pequeños ajustes en el sistema de inserción de la región en la economía mundial.

CANALES DE TRANSMISIÓN

Se prevé que el impacto de la crisis económica y financiera mundial en las economías de América Latina y el Caribe se canalizará por cinco vías: i) contagio financiero y endeudamiento externo, ii) inversión extranjera directa, iii) demanda externa, iv) remesas de los trabajadores y v) cambios de los precios relativos (sobre todo de los productos básicos). Los efectos de la crisis se propagarán tanto a nivel macroeconómico como microeconómico y los grupos sociales más vulnerables serán los más afectados. Se espera un aumento de la pobreza, sobre todo debido al incremento de los precios de los alimentos y la energía y al deterioro de las condiciones del mercado laboral. El empleo será la variable de ajuste y el resultado final dependerá del marco económico, social e institucional propio de cada país.

Tras la quiebra de Lehman Brothers, la crisis tuvo un impacto aún mayor en los mercados financieros de América Latina y el Caribe. En los últimos cuatro meses de 2008, la entrada de inversiones de cartera a la región experimentó una desaceleración para después comenzar a disminuir.

Asimismo, los mercados bursátiles se desplomaron y las monedas se depreciaron drásticamente, en parte como resultado de posiciones especulativas previas basadas en expectativas de apreciación de las monedas latinoamericanas. Las empresas con deuda en moneda extranjera sufrieron un impacto negativo en sus balances a raíz de la devaluación de varias monedas de la región. A diferencia de otras crisis, en esta ocasión el sector privado parece haber sido el más expuesto a la volatilidad del tipo de cambio en muchos países. Además, el costo del endeudamiento externo se disparó, sobre todo para las empresas, pero también para los deudores soberanos, y el incremento de las primas de riesgo soberano en la región ha sido algo menor que en otras crisis, aunque con diferencias significativas entre un país y otro.

Pese a que la actividad financiera de la región no ha estado expuesta a activos “tóxicos”, los problemas del mercado interbancario internacional y el impacto de la restricción del crédito externo en los mercados de crédito locales traspasaron a la región parte de la confusión reinante en los mercados financieros de los países desarrollados. Sin embargo, la dimensión de este impacto aún no se conoce a cabalidad. Motivo de especial preocupación son las condiciones de acceso al crédito de algunas grandes empresas locales que suelen buscar financiamiento en los mercados internacionales. Teniendo en cuenta la restricción del crédito y su encarecimiento en los mercados financieros globales, será más difícil cumplir con los requisitos para acceder a un préstamo.

La reducida disponibilidad del financiamiento externo obligará a las empresas privadas más grandes a recurrir a los mercados internos, que probablemente tendrán problemas de liquidez. Este hecho, sumado al aumento de la incertidumbre, pondrá en aprietos a las pequeñas y medianas empresas que deseen acceder a recursos financieros. El endeudamiento interempresarial a lo largo de la cadena de producción también ha registrado un marcado descenso en la región, paralizando los proyectos de inversión y las prácticas establecidas y afectando seriamente la posición financiera de un creciente número de empresas.

La restricción de las condiciones financieras internacionales también tendrá un efecto negativo en la entrada de inversión extranjera directa, que en los últimos años era una importante fuente de financiamiento para algunos países y que en 2009 se espera que se reduzca. En 2008, la inversión extranjera directa que ingresó a los países del Caribe, en su mayoría vinculada al turismo, representó entre el 15% y el 25% del PIB.

En Costa Rica, Panamá y la República Dominicana, se situó entre el 6,5% y el 8% del PIB y en Chile y el Perú fue de alrededor del 5% del PIB. La inversión extranjera directa total que ingresó a la región fue levemente menor que la cifra registrada en 2007, como consecuencia de un aumento estimado del 7% en los países ricos en recursos, especialmente en América del Sur, y un descenso previsto del 25% en las economías más dependientes de las exportaciones, sobre todo de manufacturas, y el turismo, como las de México, Centroamérica y los países del Caribe.

A medida que el crecimiento económico mundial pierde impulso, lo mismo ocurre con la entrada de inversión extranjera directa. La desaceleración de los países desarrollados reduce la necesidad de inversión extranjera directa destinada a la búsqueda de la eficiencia y de recursos en la región, mientras que la desaceleración de las economías de la región reduce los incentivos para la inversión extranjera directa destinada a la búsqueda de mercados. Además, la crisis de liquidez limita la capacidad de las empresas de financiar operaciones de fusión y adquisición, que constituyen la forma más importante de inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe.

La recesión en los mercados desarrollados y la significativa desaceleración en las economías emergentes reducirán la demanda de exportaciones de la región. La posición de los Estados Unidos como importador de productos de América Latina y el Caribe ha variado considerablemente La actual crisis financiera internacional y sus efectos en América Latina y el Caribe según el país. Las importaciones no petroleras desde México comenzaron a desacelerarse a mediados de 2007 y continuaron bajando hasta registrar una contracción interanual del 2,4% en el tercer trimestre de 2008.

Por su parte, las importaciones provenientes de los países centroamericanos se comportaron prácticamente igual que las de otras regiones del mundo, lo que puede atribuirse a que, pese a que hay indicios de una desaceleración e incluso una contracción de las manufacturas de Centroamérica destinadas al mercado estadounidense, este descenso se ha visto compensado por el aumento de precios obtenido en las exportaciones de productos básicos.

Las importaciones de los Estados Unidos provenientes de los países andinos y el MERCOSUR (en su mayoría productos básicos) aumentaron conjuntamente con los precios de estos productos desde mediados de 2007 hasta el tercer trimestre de 2008, cuando comenzaron a estabilizarse. Las importaciones de China desde América Latina y el Caribe, que provienen en su mayoría de los países andinos y el MERCOSUR, siguieron una trayectoria similar. Este país asiático también enfrenta una caída de la demanda de sus productos manufacturados por parte de los mercados desarrollados, lo que socavará su vitalidad económica y por ende su demanda de los productos básicos que exporta la región.

Cabe esperar que el descenso de las exportaciones de mercadería tenga un mayor impacto en el crecimiento de las economías más abiertas, de las que realizan más transacciones comerciales con los países desarrollados y, sobre todo, de las que venden una mayor proporción de bienes manufacturados a los mercados desarrollados, porque será más difícil encontrar rápidamente mercados alternativos para esos productos. Por otro lado, parte del impacto negativo en el crecimiento de algunos países de la región obedecerá a una reducción de la demanda de servicios, especialmente del turismo, cuya demanda es muy elástica respecto de los ingresos. Los países del Caribe y algunas economías centroamericanas pueden estar entre los más afectados por la contracción de la actividad económica en este sector.

El debilitado mercado laboral de las economías desarrolladas tendrá un efecto negativo en las remesas que los trabajadores emigrantes envían a sus familias en sus países de origen. Las remesas han sido una importantísima fuente de ingresos externos para América Latina y el Caribe, ya que ayudan a mejorar el bienestar de las familias de bajos ingresos.

En algunos países de Centroamérica y el Caribe en orden decreciente, Haití, Honduras, Jamaica, El Salvador, Nicaragua y Guatemala las remesas de los trabajadores representan entre un 15% y un 40% del PIB. En Belice, Bolivia, el Ecuador, Granada y la República Dominicana, estas entradas representan entre un 5% y un 10% del PIB. Por consiguiente, cualquier reducción de las remesas afectará la situación de las familias de bajos ingresos de esos países. Se trata de un factor determinante en términos del impacto de la crisis económica y financiera mundial en el empleo y la pobreza de la región.

La caída de los precios de los productos básicos tras la desaceleración del crecimiento mundial redundará en un deterioro de los términos de intercambio de la región en su conjunto, aunque con diversos efectos en los distintos países.

La tasa de aumento de los precios de los productos básicos se incrementó a un ritmo constante entre mediados de 2007 y mediados de 2008. Si bien se registró un aumento generalizado del precio de estos productos, el incremento fue especialmente llamativo en los casos del petróleo, de algunos metales, como el cobre, y de ciertos alimentos, como la soja, el maíz y el trigo.

El índice de la mayoría de las exportaciones de la región llegó a su punto máximo entre junio y agosto de 2008 y desde entonces se observaron fuertes descensos, que anunciaron la nueva fase de recesión y deflación de la crisis internacional. Hacia fines de noviembre de 2008, los precios del petróleo eran similares a los registrados a fines de 2004, mientras que los de los metales eran parecidos a los de fines de 2005. Los precios de los alimentos, que antes habían mostrado un incremento menor, registraron un descenso menos marcado y los niveles de noviembre de 2008 fueron similares a los de mediados de 2007.

Los productos básicos constituyen una proporción considerable de la canasta de exportaciones de muchos países de América Latina y el Caribe y en algunos también son una importante fuente de ingresos públicos. Por lo tanto, se espera que el descenso o la volatilidad de los precios de los productos básicos provoquen la paralización de uno de los recientes motores del crecimiento regional. Para la región en su conjunto, los términos de intercambio habrán mejorado un 0,8% en 2008 y se prevé que empeoren un 7,8% en 2009.

En Chile y el Perú, ambos exportadores de metales, se estima que los términos de intercambio han sufrido un deterioro en torno al 8% en 2008 y que bajarán un 30% en 2009. En los países exportadores de combustible, se prevé que los términos de intercambio mejoren un 13% en 2008, antes de registrar un descenso en torno al 20% en 2009.

En cuanto al MERCOSUR, donde los alimentos constituyen gran parte del total de exportaciones, el alza de 2008 será casi compensada en su totalidad por el descenso proyectado para 2009. En México, se espera que los términos de intercambio registren una leve mejora en 2008 y un descenso de más del 2% en 2009. En cambio, como Centroamérica y el Caribe son importadores netos de productos básicos, la caída de los precios del petróleo, los metales y los cereales alivia, y en parte compensa, las consecuencias de la desaceleración económica mundial y la mencionada reducción de las remesas.

El impacto sobre las condiciones de empleo y pobreza en la región se canalizará por todas estas vías de transmisión, cuya mayor o menor importancia relativa dependerá de la estructura productiva de los distintos países. A corto plazo, se espera que el desempleo aumente en varios países y que el salario real se estanque. A mediano plazo, la tasa de participación laboral podría bajar dado que las dificultades para encontrar empleo desincentivan la búsqueda activa de puestos de trabajo.

Al mismo tiempo, por la desaceleración de las economías de América Latina y el Caribe, bajará la demanda de mano de obra de las empresas más grandes, lo que a su vez aumentará el empleo en los sectores de baja productividad, sobre todo cuando no existe seguro de desempleo. Pese a los recientes avances, la tasa de informalidad en la región ronda el 52%. Los trabajadores informales suelen ocupar puestos de trabajo de mala calidad, es decir, inestables, mal remunerados y sin cobertura de seguridad social. Además, como tradicionalmente las pequeñas y medianas empresas son las que crean más puestos de trabajo, el impacto en el empleo dependerá, en gran parte, de la resistencia de estas empresas a las condiciones adversas actuales.

El aumento del empleo en el sector informal aumentará la proporción de trabajadores pobres o muy pobres, es decir, los que no ganan lo suficiente para mejorar las condiciones de vida de sus familias. En 2006, el 33,2% de los trabajadores informales eran pobres, en comparación con el 15,9% de los trabajadores formales. Dado el fuerte vínculo que hay entre informalidad y pobreza o pobreza extrema, hay un alto riesgo de que la pobreza y la pobreza extrema aumenten si la actual crisis mundial afecta las condiciones de empleo y crece la informalidad.

Además, si los hogares de menores ingresos pierden otras posibles fuentes de ingresos (como las remesas), sin duda aumentarán la pobreza y la pobreza extrema. Si bien la CEPAL prevé que la magnitud de estos incrementos será moderada, 2008 puede haber marcado el fin de un quinquenio de descenso de la incidencia de la pobreza y la pobreza extrema en la región. Según estimaciones de la CEPAL, la pobreza extrema bajó del 19,4% al 12,6% entre 2002 y 2007 y se mantuvo en 12,9% en 2008.

LAS POLÍTICAS ADOPTADAS PARA ENFRENTAR LA CRISIS

Los países de América Latina y el Caribe han adoptado diversas medidas para enfrentar la crisis financiera. Aunque sus fundamentos macroeconómicos son mucho más firmes que en otras épocas, la región no será inmune a los efectos de la inestabilidad de los mercados financieros mundiales ni a la recesión en las economías desarrolladas.

La variedad de medidas adoptadas es bastante amplia, ya que los efectos difieren de un país a otro y los instrumentos necesarios también varían debido a las diferencias de recursos disponibles en los países y de su capacidad para implementar las iniciativas. En general, los instrumentos y recursos de que dispone un país dependen del espacio fiscal para financiar las medidas que suponen el uso de fondos públicos o la realización de transacciones en moneda extranjera. También dependen de los activos externos disponibles o del acceso al crédito en moneda extranjera. En las actuales circunstancias, esto último se limita a las gestiones con instituciones financieras internacionales. Cabe señalar que si bien el estímulo fiscal de tipo

keynesiano (que incluye, entre otras cosas, aumentar el gasto público en proyectos de infraestructura) puede ser una solución positiva, los encargados de formular políticas deben asegurarse de que el paquete de estímulos se implemente en el momento adecuado, a fin de lograr un nivel de credibilidad suficiente para ahuyentar preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda.

Más allá de cualquier consideración, teniendo en cuenta el impacto que estas medidas pueden tener en el resto de la economía, el análisis completo de la capacidad de los países debería abarcar otros elementos, como el grado de monetización, la profundidad del mercado financiero y el saldo en cuenta corriente de la balanza de pagos. Cabe recordar que, además de tener un cierto impacto fiscal, una estrategia de impulso a la demanda y basada en el aumento del gasto público puede ampliar el déficit externo a un nivel difícil de financiar. En este caso, la disponibilidad de recursos en moneda extranjera será una restricción, aunque haya suficiente espacio fiscal de maniobra.

A corto plazo, las políticas monetarias y financieras suelen producir una reacción rápida en la economía y su objetivo central es evitar el contagio de la inestabilidad financiera externa. Entre estas medidas se incluye la reducción del encaje, el otorgamiento de líneas de crédito a bancos nacionales, la intervención de instituciones financieras en problemas y los acuerdos de recompra de bonos del gobierno.

Es posible diseñar medidas para otorgar liquidez en moneda nacional o extranjera. Estas medidas suelen utilizarse junto con otras, tales como instrumentos a corto plazo para evitar una mayor pérdida de confianza, suministrar liquidez y permitir que los mercados de crédito locales operen normalmente y proporcionar fondos en caso de que los mercados no puedan. Pese a que en general la economía reacciona rápidamente a estas medidas, no queda claro si dan resultado para promover un crecimiento real. Además, pueden estar limitadas por la escasa disponibilidad de activos externos o créditos en moneda extranjera, el grado de monetización de la economía y la profundidad del mercado financiero.

La política fiscal puede servir como instrumento anticíclico para llevar la economía a su nivel de crecimiento potencial; en general sus efectos se observan después de un tiempo más prolongado que con las políticas monetarias. Estas medidas suelen presentarse en dos modalidades: recortes impositivos o aumentos de los subsidios.

Entre otras medidas que también tienen efectos positivos sobre la demanda a mediano plazo se incluyen la política comercial (mediante modificaciones de los aranceles, restricciones a las importaciones o financiamiento de las exportaciones), la política sectorial (dirigida a sectores específicos, como la agricultura, las pequeñas y medianas empresas, el turismo, la industria y la construcción) y la política social y laboral para ayudar a los más afectados por la contracción de la actividad económica.

Si bien los resultados no son inmediatos, estas medidas tienen un gran efecto sobre la demanda interna y sirven como medidas compensatorias esenciales. Sin embargo, su puesta en práctica puede afectar las cuentas públicas dado que, si se financian con nueva deuda pública, puede aumentar la ya elevada deuda de las economías de la región. Por último, pueden ejercer presión sobre las cuentas externas, lo que conduce a una situación insostenible de déficits gemelos.

Por último, existen otras medidas que no tienen muchos beneficios inmediatos, pero contribuyen al crecimiento económico a largo plazo. Entre ellas se incluyen las inversiones en infraestructura, la creación de sistemas educativos y sanitarios, las políticas explícitas de creación de capacidad —dirigidas no solo a la educación y la capacitación sino también a alimentar y formar a determinados actores corporativos, las reformas estructurales esenciales (en el área electoral, laboral, energética y otras) y la promoción de la cooperación y la integración regionales.

LOS DESAFÍOS DEL FUTURO Y EL PAPEL DE LA CEPAL

El marco de estabilidad y dinamismo económico que prevaleció entre 2003 y 2007 está cambiando notablemente y han reaparecido restricciones externas al crecimiento que parecían superadas. Las asimetrías entre la extrema movilidad del capital y la falta de regulación de los mercados financieros, por un lado, y la rigidez de la estructura productiva, su limitada diversificación y dependencia de las ventajas comparativas estáticas en la producción de bienes de uso intensivo de recursos, por el otro, amenazan el crecimiento económico y el desarrollo de la región. Dada la fuerte desigualdad en la distribución de los ingresos, esta contracción de la actividad económica podría perjudicar seriamente los avances logrados en cuanto a la democracia como forma de gobierno en la región.

Junto a estas inquietudes que requieren de urgente atención se plantea la necesidad de revisar los acuerdos globales. En este contexto, el Secretario General Ban Ki-moon ha reafirmado el papel indiscutible de las Naciones Unidas como foro universal para asegurar el suministro de bienes públicos mundiales relacionados con el desarrollo, como la estabilidad financiera, la salud de las personas a nivel mundial, la seguridad alimentaria y la estabilidad climática. Para reducir la desigualdad es preciso avanzar hacia una sociedad basada en el conocimiento y la innovación, que permita el pleno acceso a una educación de calidad para todos.

Ello supone encontrar un nuevo equilibrio entre el Estado, el mercado y la ciudadanía. Este legado tiene cuatro aspectos que pueden resultar de interés: en primer lugar, la importancia de crear y reinventar instituciones, ya sean públicas o privadas, basadas en la solidaridad o vinculadas con la comunidad; en segundo término, la creación de mejores formas de organización y evaluación de la gobernanza pública para asegurar la responsabilidad y la transparencia; en tercer lugar, cabe destacar que el rediseño institucional abarca instituciones tanto a nivel nacional como local e internacional; por último, esta tarea tiene como factor subyacente la construcción de lo que la CEPAL ha denominado el pacto fiscal, o sea, el establecimiento de acuerdos políticos explícitos o implícitos sobre el nivel, la composición y las tendencias en materia de financiamiento y gasto público.

La CEPAL mantiene el compromiso de apoyar a los países de la región en la ampliación del concepto de desarrollo, de modo que este sea verdaderamente sostenible en todos los aspectos, mediante una combinación más adecuada de investigación aplicada, cooperación técnica y capacitación, y su gran poder de convocatoria a nivel regional es un elemento importante en esta tarea.

El poder de convocatoria y la capacidad analítica y política mencionadas cobran especial importancia en las condiciones económicas imperantes tanto a nivel mundial como regional y son de gran valor a la hora de lograr un consenso efectivo sobre asuntos tan cruciales para la región como la coordinación de propuestas para la gestión macroeconómica mediante políticas anticíclicas, la promoción y el manejo de acuerdos comerciales sobre la base del concepto de regionalismo abierto, la modernización de las estructuras productivas centrada en la economía real, así como en la tecnología y la innovación, la urgente necesidad de hacer un amplio replanteamiento del papel del Estado y la coordinación de acciones destinadas a lograr una mejor adaptación al cambio climático y una mitigación de sus efectos.

En otras épocas, la CEPAL destacó que, pese al éxito generalizado de la industrialización, persisten problemas como el nivel insatisfactorio de integración internacional, los recurrentes cuellos de botella externos, el crecimiento bajo e inestable, el desempleo, el subempleo y la pobreza y la creciente brecha de los niveles de riqueza e ingresos entre el centro y la periferia. Si bien en el nuevo contexto el mensaje es similar, en vez de abogar por la industrialización como único motor del crecimiento y el cambio técnico, la nueva estrategia de cambio estructural que defiende la CEPAL se vincula conceptualmente a la idea de diversificación de la producción y las exportaciones, agregando valor mediante la innovación y ampliando y fortaleciendo las estructuras productivas.

Los marcos analíticos formulados recientemente por la CEPAL transmiten esta misma idea, que se destaca aún más por la perspectiva de las oportunidades creadas por diversas vías para el adelanto técnico en varios sectores productivos, sobre la base de la estructura de especialización de la producción de los países, más allá de la del sector manufacturero. De no lograrse la ejecución de una estrategia de cambio estructural, la inserción de la región en la economía mundial seguirá siendo insuficiente, las dificultades para competir con los países asiáticos aumentarán y se alzarán más cuellos de botella externos que entorpecerán el crecimiento y no permitirán la creación de suficientes puestos de trabajo, la superación de la pobreza y de la desigualdad ni la reducción de la divergencia en relación con los países desarrollados.

Si bien la CEPAL adaptó su línea de pensamiento al nuevo contexto, los conceptos analíticos empleados en las primeras etapas mantienen plena vigencia. De hecho, su reciente interpretación intelectual del crecimiento económico y el comercio internacional representa una progresión en el análisis y la sistematización del conocimiento empírico y se basa en su marco analítico clásico. En otras palabras, el proceso de producción del conocimiento refleja la importancia de la estructura tradicional y se adapta a la actual era de la globalización.

UNA AGENDA DE SIETE PUNTOS PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE CENTRADA EN LA ECONOMÍA REAL

Hasta el momento, la respuesta a la crisis se ha centrado en desbloquear el crédito y evitar mayores daños a la economía real. No obstante, en toda economía de mercado hay algunos sectores los más importantes entre ellos son energía, transporte, finanzas y telecomunicaciones que pueden afectar a toda la economía o, lo que es peor, paralizarla. Los efectos de los ciclos económicos y las crisis en el sector real han sido objeto de frecuentes análisis en términos de variables globales: producto, empleo y demanda.

No obstante, también existen efectos microeconómicos que influyen en el desarrollo económico. De modo que es momento de repensar las instituciones y normas que rigen los mercados financieros, así como las políticas que operan en el campo de la tecnología y la diversificación industrial, sobre todo en las economías que “cierran la brecha”. Todas las razones a favor de la intervención en el sistema financiero también valen para el sistema industrial y la importancia de adoptar políticas adecuadas para la creación de capacidades tecnológicas no puede ignorarse en un período de crisis financiera; de hecho, son más necesarias que nunca.

A continuación se presenta una agenda de siete puntos centrada en la economía real, que no es exhaustiva para América Latina y el Caribe:

1. La crisis financiera entraña más que un impacto sistémico en las variables macroeconómicas agregadas y conduce a la recomposición de la estructura microeconómica, lo que a su vez determina la respuesta de la economía a la crisis.

2. En situaciones de crisis, las empresas y sectores readaptan sus capacidades, procesos de aprendizaje y estrategias de producción e inversión. La reorganización de la estructura productiva puede traer aparejada la destrucción de determinadas capacidades productivas, tecnológicas y humanas.

3. Las estructuras industriales y tecnológicas no son menos sistémicas que las finanzas y los efectos dominó también están presentes en la economía real. La rigidez de las capacidades tecnológicas y productivas supone que estos efectos sean más difícilmente reversibles en la economía real que en los mercados financieros.

4. Las capacidades de los nuevos paradigmas de ciencia, tecnología y producción servirán para salir de la crisis actual y determinarán el reposicionamiento de la región en la economía mundial.

5. Enfrentar la crisis significa pensar en el futuro y entender que, hoy más que nunca, es preciso aplicar políticas industriales y tecnológicas activas.

6. Una buena combinación de políticas consiste en medidas para evitar la destrucción de las capacidades tecnológicas y productivas y nuevos incentivos para la acumulación y adopción de nuevas tecnologías.

7. Para enfrentar la incertidumbre es necesario anticiparse en el ámbito tecnológico a fin de tener un panorama completo de los futuros paradigmas de producción, estableciendo asociaciones entre científicos, ingenieros, industriales y funcionarios públicos.

CONCLUSIONES

El principal problema que se plantea ahora es cómo reforzar los vínculos que siempre han sido tan esquivos en la región entre el desarrollo económico, el desarrollo social y la sostenibilidad ambiental. Hay que reconocer que estas tres dimensiones son igualmente importantes y deberían avanzar juntas, reforzándose unas a otras.

Se espera que las economías de América Latina sufran en 2009 una importante desaceleración del crecimiento económico, cuyo aumento previsto no superará el 2%, tras cinco años de expansión constante. Si bien en un principio la crisis pareció repercutir solo en los países más integrados a los mercados financieros y la economía internacional (como la Argentina, el Brasil, Chile, Colombia y México), hoy se prevé que como consecuencia de una nueva fase de la crisis también se vean afectados los precios de los productos básicos. Mientras que esto perjudicaría mucho a la Argentina, Bolivia, el Ecuador, el Perú y la República Bolivariana de Venezuela, en Centroamérica y el Caribe, ambos importadores netos de productos básicos, la baja de los precios de estos productos mitigaría y compensaría parcialmente las consecuencias de la desaceleración económica mundial.

El diseño de respuestas coordinadas para enfrentar las actuales condiciones económicas conlleva la búsqueda activa de complementariedades entre crecimiento y equidad y entre competitividad y cohesión social, entre estos dos pares de objetivos y el desarrollo democrático y entre el desarrollo económico y la sostenibilidad ambiental. Si bien estas metas a menudo entran en conflicto y plantean múltiples dilemas vinculados al diseño de políticas, es necesario encontrar maneras creativas de alcanzarlas en forma simultánea a mediano o largo plazo.

Por tanto, la respuesta adoptada por cualquier país ante la actual crisis financiera mundial debe implicar la responsabilidad ética de reconocer y fortalecer las interrelaciones entre las políticas económicas, sociales y ambientales, sumada al igualmente importante progreso democrático de la región. Esto es crucial en el contexto actual de incertidumbre respecto de los beneficios económicos y sociales de la democracia, la integración económica mundial y el progreso desigual hacia la integración regional y subregional.

14. LA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL: FALLOS SISTÉMICOS Y REMEDIOS MULTILATERALES

Fuente: UNCTAD

La crisis económica mundial todavía no ha tocado fondo. Las principales economías industriales se encuentran en una profunda recesión, y en el mundo en desarrollo se está registrando una abrupta desaceleración del crecimiento. No puede descartarse que muchas economías importantes terminen por caer en una trampa deflacionaria. Sigue siendo imprescindible atender a los problemas puntuales que van surgiendo, pero no es menos urgente determinar las causas subyacentes de la crisis y acometer una profunda reforma del sistema de gobernanza económica mundial.

Los factores causantes de esta crisis son, por supuesto, más complejos de lo que sugieren algunas explicaciones simplistas que apuntan a supuestos fallos de los gobiernos. Ni un "exceso de liquidez" como resultado de una "política monetaria expansionista en los Estados Unidos" ni una "saturación mundial de ahorro" bastan para explicar la situación próxima al colapso del sistema financiero.

Lo mismo cabe decir de las conductas fraudulentas individuales. Es cierto que, sin el concurso de demasiados operadores avariciosos que trataban de obtener ganancias de dos dígitos en un sistema económico que sólo puede sostener tasas de crecimiento de un dígito, la crisis no habría estallado con tanta fuerza. Sin embargo, unas buenas políticas económicas deberían haber tenido en cuenta que los seres humanos pueden ser avariciosos y cortos de miras.

La súbita corrección de las posiciones especulativas en prácticamente todos los sectores del sistema financiero fue desencadenada por el estallido de la burbuja inmobiliaria en los Estados Unidos, pero esa burbuja, como otras similares, era insostenible y tenía que estallar tarde o temprano. No es aceptable que los responsables de la formulación de las políticas, que deberían haber actuado con mayor cautela, echen ahora la culpa a la avaricia desenfrenada o a reguladores que "se durmieron al timón".

La desregulación financiera, impulsada por una creencia ideológica en las virtudes del mercado, ha favorecido la aparición de instrumentos financieros "innovadores" sin vinculación alguna con actividades productivas en el sector real de la economía. Esos instrumentos propician actividades especulativas que se basan en información aparentemente convincente, pero que en realidad no representa sino una extrapolación al futuro de las tendencias actuales. De esa manera puede sostenerse a sí misma durante algún tiempo- una actividad especulativa basada en la expectativa de rentabilidades excesivamente elevadas.

Muchos agentes que disponen de grandes cantidades de dinero (a menudo prestadas) apuestan al mismo resultado "plausible" (por ejemplo, un aumento ininterrumpido de los precios de los bienes raíces, del petróleo o de las acciones o de la paridad de determinadas monedas). Puesto que los medios de difusión, los denominados analistas y los responsables de la formulación de políticas confirman esas expectativas, apostar al crecimiento ininterrumpido de los precios no se percibe como una temeridad, sino como un comportamiento sin riesgo.

En contra de la opinión más extendida en la teoría económica, ese tipo de comportamiento especulativo no tiene efectos estabilizadores, sino que desestabiliza los precios. Puesto que en un mundo caracterizado por la incertidumbre objetiva no es posible conocer el precio "verdadero", no se cumple la condición fundamental para que la especulación resulte estabilizadora. Las expectativas uniformes, pero equivocadas, sobre la evolución de los precios a largo plazo terminan tarde o temprano chocando con la realidad, puesto que los fondos no se han invertido en la capacidad productiva de la economía real, donde podrían haber generado incrementos del ingreso real.

Cuando el entusiasmo de los mercados financieros topa con la situación objetiva de la economía real, caracterizada por un crecimiento relativamente lento, resulta inevitable un ajuste de las expectativas exageradas de los participantes en los mercados financieros.

En esa situación, el desempeño de la economía real se ve determinado en gran medida por el monto de la deuda pendiente: cuantos más agentes económicos han participado directamente en actividades especulativas basadas en el apalancamiento con fondos prestados, más doloroso resulta el proceso de desapalancamiento, es decir, el proceso por el que el nivel de los empréstitos se adapta a la reducción de los ingresos.

Al tratar los deudores de mejorar su situación financiera vendiendo activos y reduciendo gastos, provocan una ulterior disminución de los precios de los activos, mermando considerablemente los beneficios de las empresas y provocando un nuevo proceso de deflación por sobreendeudamiento, que puede conducir a la bajada de los precios de los bienes y servicios al reducir la capacidad de consumir y de invertir en el conjunto de la economía.

Por consiguiente, los intentos de algunos agentes económicos de reducir su deuda dificulta el servicio de la deuda de otros. La única salida a esa situación es la intervención pública para estabilizar el sistema recurriendo a medidas inflacionarias financiadas por endeudamiento público.

Es interesante recordar el fin del sistema de Bretton Woods, al amparo del cual el mundo disfrutó de dos decenios de prosperidad y estabilidad monetaria. Desde entonces, la frecuencia y la magnitud de los desequilibrios y las crisis financieras en la economía mundial han aumentado drásticamente, para culminar en la crisis actual.

Como los desequilibrios de la balanza por cuenta corriente se traducen en esequilibrios de la balanza por cuenta de capital, tienen el efecto de propagar rápidamente la crisis financiera entre los países. Los países cuya balanza por cuenta corriente es excedentaria han de prestar de una forma u otra a los países deficitarios la diferencia entre sus ingresos por exportaciones y sus gastos en importaciones. El drástico aumento de las relaciones de deudor a acreedor entre países también guarda relación con la forma en que, tras las crisis financieras de mediados de los años noventa, las economías en desarrollo intentaron resguardarse de las inclemencias de los mercados mundiales de capitales.

Las pérdidas financieras de los países deficitarios o su incapacidad de reembolsar sus préstamos repercuten directamente en los países excedentarios y hacen peligrar su sistema financiero. El contagio por esa vía es particularmente difícil de evitar en el mundo de hoy, en que la regulación de las relaciones monetarias y financieras internacionales brilla por su ausencia. Otra causa importante de los crecientes desequilibrios son las fluctuaciones de los precios relativos de los bienes que son objeto de comercio internacional como resultado de la especulación en los mercados cambiarios y financieros, que provoca grandes desajustes de las paridades monetarias.

La especulación en los mercados de divisas propiciada por los diferenciales de los tipos de interés provocó un exceso de gasto en los países receptores de capitales, lo que condujo a su vez a la actual corrección. Como resultado de las entradas de capital atraídas por altos rendimientos, las monedas de los países receptores de capital (caracterizados por tasas de inflación y tipos de interés más elevados) se apreciaron en términos nominales y reales, lo cual provocó grandes variaciones de las ventajas absolutas o del nivel de competitividad general de ciertos países con respecto a otros.

La desconexión creciente entre las variaciones de los tipos de cambio nominales y las variables fundamentales de la economía (principalmente el diferencial de inflación entre los países) ha sido una de las causas principales de la agravación de los desequilibrios mundiales. Para que el incremento del bienestar económico sea sostenible, tiene que poderse compartir sin alterar la posición competitiva relativa de los países.

Las empresas que ganan cuotas de mercado a expensas de otras son un componente esencial del sistema de aprovechando su superior posición competitiva, se plantean inevitablemente problemas. Si las naciones "ganadoras" no están dispuestas a aceptar que se reequilibren plenamente las posiciones competitivas a largo plazo, fuerzan a las naciones "perdedoras" a entrar en mora. Éste es el "problema de la transferencia" que planteó J. M. Keynes hace unos ochenta años y cuya lógica sigue teniendo vigencia hoy en día.

Además de todos esos factores, en los últimos cinco años el vertiginoso aumento de los precios de los productos básicos generó en los países exportadores de estos productos excedentes de cuenta corriente -a veces muy cuantiosos. Sin embargo, cuando llegó el momento de la "corrección", la situación de muchos productores de productos básicos de los países más pobres y más pequeños se deterioró rápidamente.

Hay cada vez más indicios de que la financialización de los mercados de futuros de productos básicos fue un factor determinante de la magnitud y el grado de inestabilidad de los mercados. En muchos mercados físicos de productos básicos, el alza de los precios puede deberse al simple hecho de que todos prevén que van a seguir aumentando los precios, pronóstico que a su vez puede ser resultado del incremento de los precios de los futuros a consecuencia de los vaivenes del poder de especulación entre los mercados financieros, los mercados de futuros de productos básicos y los mercados de divisas.

La crisis financiera mundial se desató en una situación marcada por la incapacidad de la comunidad internacional para dotar a la economía globalizada de reglas mundiales creíbles, especialmente en lo referente a las relaciones financieras internacionales y las políticas macroeconómicas. Las burbujas especulativas, empezando por la burbuja inmobiliaria de los Estados Unidos, fueron el fruto de una política de desregulación activa de los mercados financieros a escala mundial, ampliamente respaldada por gobiernos de todo el mundo.

La distribución de los riesgos y su segmentación -así como la de la información al respecto- se vieron facilitadas por la "titulización" mediante instrumentos tales como valores respaldados por hipotecas inmobiliarias, que parecían satisfacer a los inversores ávidos de ganancias de dos dígitos. Sólo en ese momento entraron en juego la codicia y el despilfarro. Una regulación más adecuada habría hecho imposible concebir expectativas de que instrumentos puramente financieros rindieran utilidades de dos dígitos.

Habida cuenta de que en la mayor parte de los países desarrollados la tasa de crecimiento real no superaba el 5%, esas expectativas carecían de fundamento desde el principio. Quizá sea humano olvidarse de los fracasos del pasado, pero los expertos, los organismos de calificación crediticia, los reguladores y los asesores de los gobiernos saben que no todo el mundo puede registrar ganancias superiores a la media y que la economía real tiene una capacidad limitada para asimilar ingresos generados por la sobrevaloración de los precios de los bienes inmobiliarios y los productos básicos y por los desajustes cambiarios.

Esto es algo que se debería haber aprendido de los auges bursátiles de la "nueva economía", pero no fue así. Por el contrario, gran número de participantes en los mercados financieros empezaron a invertir en fondos de cobertura e "instrumentos financieros innovadores". Para mantener altos niveles de rendimiento, esos fondos no podían dejar de asumir riesgos cada vez mayores, valiéndose de complejísimos modelos informáticos para determinar las hipótesis más plausibles sobre el futuro, lo cual no hacía sino aumentar la opacidad de muchos instrumentos. Sólo ahora, con la experiencia de la crisis, muchos participantes y autoridades están empezando a comprender lentamente la importancia del crecimiento económico real y la necesidad de que la tasa de rendimiento del capital se sustente en él.

La crisis ha puesto claramente en evidencia que la globalización del comercio y de las finanzas exige una cooperación y una regulación mundiales. Pero para salir de esta crisis y evitar fenómenos parecidos en el futuro es necesario ir más allá de la regulación bancaria y financiera y abordar la cuestión fundamental de cómo reactivar y extender el multilateralismo en un mundo en proceso de globalización.

En los mercados financieros, la conducta similar de muchos de los participantes y la cantidad limitada de información por la que se guían justifican un aumento considerable de la intervención estatal. Al contrario de lo que sucede en los mercados atomizados de bienes y servicios, caracterizados por la cantidad colosal de datos independientes entre sí que influyen en la formación de los precios, la mayor parte de la información que determina la conducta de los especuladores y los operadores de cobertura es del dominio público, y la interpretación de esos datos sigue unas pautas de razonamiento bastante simples. Ni los participantes en el mercado ni los gobiernos pueden conocer los precios de equilibrio de los mercados financieros.

Sin embargo, ese no es un argumento válido contra la intervención, ya que ahora sabemos que los participantes en los mercados financieros no sólo desconocen la situación de equilibrio, sino que siguen pautas de conducta que tiende sistemáticamente a alejar del equilibrio los precios financieros. Los gobiernos tampoco conocen la situación de equilibrio, pero son en última instancia los mejor situados para determinar cuándo está el mercado en desequilibrio, especialmente si se adopta como criterio primordial de la regulación la eficiencia funcional y social.

Aunque el mal funcionamiento de los mercados financieros ha destruido la ingenua creencia de que la liberalización financiera irrestricta y la ausencia deliberada de intervención estatal maximizarían el bienestar, la crisis ofrece una oportunidad que se debe aprovechar.

Los gobiernos, los órganos de supervisión y las instituciones internacionales han de desempeñar un papel esencial para que toda la sociedad pueda disfrutar de los beneficios potenciales de un sistema de mercado caracterizado por la adopción descentralizada de las decisiones.

Para que los mercados atomizados de bienes y servicios puedan funcionar eficientemente, es necesaria una intervención coherente y enérgica en los mercados financieros por parte de instituciones conocedoras del riesgo sistémico, lo que requiere una perspectiva muy diferente de la evaluación del riesgo de un inversor particular.

El laissez-faire de los últimos veinte años, inspirado por un fundamentalismo de mercado, ha fracasado estrepitosamente. El nuevo proceso de regulación de los mercados financieros ha de tener presentes las ineludibles lecciones de la crisis, entre las que cabe destacar las siguientes:

Ø La eficiencia financiera debe definirse como la capacidad del sector para estimular el crecimiento económico a largo plazo y para ofrecer servicios que faciliten la distribución del consumo en el tiempo. Un objetivo esencial de la reforma normativa es instaurar un sistema que permita suprimir los instrumentos financieros que no contribuyan a la eficiencia funcional o social;

Ø Para evitar el arbitraje regulador es necesario que los reguladores puedan abarcar el conjunto del sistema financiero y supervisar todas las transacciones financieras en función del riesgo que engendren;

Ø La regulación prudencial a nivel macroeconómico debe completarse con políticas prudenciales a nivel macroeconómico tendentes a constituir reservas de amortiguación durante las épocas buenas para evitar la desaparición de liquidez en los períodos de crisis;

Ø A falta de un sistema internacional verdaderamente cooperativo, los países en desarrollo pueden aumentar su resistencia frente a las conmociones externas manteniendo un tipo de cambio competitivo y limitando los desajustes de paridades monetarias y de plazos de vencimiento en los balances públicos y privados. Si fracasan otras medidas, puede recurrirse a políticas de contingencia, como controles de capital compatibles con las leyes del mercado, para limitar la acumulación de riesgos en las épocas de bonanza.

Ø Los reguladores de los países en desarrollo deben desarrollar sus sectores financieros gradualmente, para evitar el ciclo de auge y recesión;

Ø Los reguladores de los distintos países deben intercambiar información, tratar de establecer normas similares y evitar la igualación hacia debajo de la regulación financiera.

En cuanto al aumento de la presencia de inversores financieros en los mercados de futuros de productos básicos, se han indicado varias esferas en las que podrían mejorarse inmediatamente la regulación y la cooperación mundiales:

Ø Es necesario que se proporcione información completa sobre las transacciones con el fin de que se puedan fiscalizar las operaciones importantes en "look-alikes" o contratos similares a los de futuros, que afecten potencialmente a los mercados regulados, y de que los reguladores estén en condiciones de interpretar debidamente los movimientos de los precios e intervenir cuando alguna transacción les parezca problemática;

Ø Para que la reforma normativa sea eficaz debe colmarse el vacío jurídico en lo referente al corretaje de swaps, a fin de que los reguladores puedan corregir los efectos indeseables de los mercados extrabursátiles sobre las bolsas de productos básicos. Los reguladores deben poder intervenir cuando las posiciones de los corredores de swaps sobrepasen los límites fijados para las posiciones especulativas y puedan incurrir en "especulación excesiva".

Ø Otro aspecto esencial de la regulación consiste en la inclusión de datos sobre más productos en los informes de posición detallados de las bolsas de productos básicos de los Estados Unidos y exigir que reúnan datos similares los mercados no estadounidenses en los que se negocian "lookalikes". Si se les otorga más poder, los reguladores pueden impedir que conductas comerciales que originan burbujas afecten negativamente al funcionamiento de los mercados de futuros de productos básicos;

Ø Es necesario renovar los esfuerzos en pro de un arreglo institucional mundial, respaldado por todos los países interesados, consistente en el establecimiento de una reserva material mínima de cereales (para estabilizar los mercados y atender las emergencias y las crisis humanitarias) y de un mecanismo de intervención. Ha de disponerse la intervención en los mercados de futuros cuando una institución mundial competente considere que los precios de mercado se alejan significativamente de una banda dinámica de precios basada en los parámetros fundamentales del mercado. Ese mecanismo mundial debe poder apostar en contra de las posiciones de los fondos de cobertura y de otros grandes participantes en el mercado, y asumir la función de "creador de mercado".

En una economía globalizada, las intervenciones en los mercados financieros exigen la cooperación y la coordinación de las instituciones nacionales y la supervisión de las actuaciones nacionales por instituciones especializadas con un mandato multilateral. En plena crisis esa concertación resulta todavía más importante que en situación normal.

No parece apropiada la tendencia de muchos gobiernos de volver a confiar a los mercados financieros la función de juez o jurado del proceso de reforma, del que depende el destino de naciones enteras.

Es indispensable estabilizar los tipos de cambio mediante una intervención pública directa y coordinada, respaldada por mecanismos de supervisión multilateral, en vez de confiar en el poder de autorregulación del mercado y de tratar de "convencer" a los participantes en el mercado de la "credibilidad de las políticas" del país cuya moneda se ha depreciado, lo que suele conllevar la aplicación de políticas procíclicas, como recortes del gasto público y aumentos de los tipos de interés.

Para resolver los problemas de exceso de actividad especulativa en el sector financiero es necesario enfocarlos de manera integrada. Por ejemplo, si se abordan únicamente los aspectos nacionales del nuevo proceso de regulación para impedir el resurgimiento de burbujas inmobiliarias y la creación de instrumentos financieros de alto riesgo conexos, sólo se conseguirá intensificar la especulación en otros ámbitos, como las bolsas.

Al prevenirse la especulación sobre las divisas mediante un nuevo sistema monetario mundial con mecanismos de ajuste automático de los tipos de cambio, puede ocurrir que la especulación en busca de ganancias rápidas se reoriente hacia los mercados de futuros de productos básicos y aumente su volatilidad. Análogamente, el éxito de una región en la lucha contra la especulación puede colocar a otras regiones en el punto de mira de los especuladores. Si no se cierra el gran casino, no habrá solución duradera.

15. AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE TENDRÁN CRECIMIENTO MÁS LENTO EN LOS PRÓXIMOS CUATRO AÑOS

Fuente: BID

BID SONDEA A LÍDERES DE LA REGIÓN SOBRE EL IMPACTO DE LA CRISIS FINANCIERA MUNDIAL

Líderes de América Latina y el Caribe esperan una caída o un crecimiento escasamente superior al ingreso per cápita en el período 2009–2012 y anticipan que los gobiernos dependerán más del financiamiento de las instituciones internacionales, según un sondeo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Las expectativas contrastan con el reciente rendimiento económico de la región, donde el producto per cápita creció 4,1 por ciento anual en los últimos cinco años.

Los líderes de la región esperan que los gobiernos mantengan o incrementen su influencia en la economía y señalaron a la lucha contra la pobreza y la desigualdad como los retos más complejos para los próximos cuatro años, seguidos de cerca por la reducción de la violencia y el crimen y el mejoramiento de la calidad de la educación.

“El sondeo muestra que los líderes de América Latina y el Caribe se encuentran muy preocupados por la economía mundial y el posible impacto de la crisis en relación con la pobreza”, dijo Luis Alberto Moreno, presidente del BID.

“Las organizaciones multilaterales, como el BID, tienen un importante rol anticíclico que desempeñar y deben intensificar aún más su apoyo en los próximos años para satisfacer las crecientes necesidades de la región”, agregó.

El BID debatirá los resultados del sondeo y las respuestas políticas a la actual crisis financiera mundial, durante su quincuagésima asamblea anual de gobernadores a llevarse a cabo en Medellín, Colombia, del 27 al 31 de marzo. Representantes de los 48 países miembros del Banco, entre los cuales se incluye este año por primera vez a China, también discutirán las formas en que el BID puede incrementar su apoyo a la región.

El BID sondeó a 317 personalidades influyentes del gobierno, sector privado, organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación y académicos de 26 países miembros de América Latina y el Caribe entre noviembre de 2008 y enero de 2009.

El sondeo busca medir la percepción sobre la economía entre los formadores de opinión, políticos, funcionarios gubernamentales, profesores universitarios, miembros de la sociedad civil y ejecutivos empresariales.

El sondeo será presentado durante el seminario “Los Desafíos Más Grandes de Nuestro Tiempo”, el 28 de marzo, donde el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, será el moderador y Enrique V. Iglesias, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos, será uno de los panelistas.

LOS MÁS PESIMISTAS Y LOS MÁS OPTIMISTAS

EXPECTATIVAS DE INGRESO PER CÁPITA: 2009-2012

clip_image00292 por ciento de los líderes de la región esperan un crecimiento del producto interno bruto menor o escasamente por encima del incremento en la población, de acuerdo al sondeo. Los líderes de Nicaragua, Haití y El Salvador se encuentran entre los más pesimistas. Más de dos tercios de los líderes entrevistados en esos tres países aguardan una caída del ingreso per cápita en los próximos cuatro años.

Perú y Chile se encuentran en cambio entre los más optimistas. Un tercio de los líderes entrevistados en Perú y más de un quinto de los sondeados en Chile, dijeron que confiaban en un incremento del ingreso per cápita, superior al crecimiento de la población por varios puntos porcentuales.


FINANCIAMIENTO

Casi la mitad de los líderes sometidos al sondeo esperan que sus países se apoyen más en organizaciones internacionales como el BID para financiar sus cuentas y presupuestos actuales. Los países de América Central y el Caribe se encuentran entre aquellos países donde la mayoría de los líderes esperan en los próximos cuatro años un incremento de la dependencia financiera, en relación con las organizaciones internacionales.

En países más grandes tales como Brasil, Chile y México, la mayoría de líderes confía en que la dependencia del financiamiento internacional cambie un poco. Sólo en Nicaragua y Haití, la mayoría de líderes espera que disminuya el financiamiento de organizaciones internacionales en los próximos cuatro años.

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DEPENDENCIA DEL FINANCIAMIENTO DE ORGANIZACIONES INTERNACIONALES 2009–2012

Más del 90 por ciento del total de líderes entrevistados esperan que el gobierno incremente o mantenga su influencia sobre la economía en los próximos cuatro años, con un 49 por ciento opinando que cambiará poco y un 43 por ciento esperando que haya un mayor rol del gobierno. Todas las personas entrevistadas en Bolivia, Ecuador y Venezuela esperan que el gobierno incremente su rol en la economía.

INFLUENCIA DEL GOBIERNO EN LA ECONOMÍA 2009–2012

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LOS MAYORES DESAFÍOS DEL DESARROLLO

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La crisis ha cambiado la percepción de algunos de los desafíos más grandes que confrontará el desarrollo en la región en los próximos cuatro años.

El sondeo pidió a los líderes elegir cinco de los más impor-tantes desafíos de su país para el desarrollo, a partir de una lista con 16 opciones.

El cambio más grande tiene que ver con la situación de la economía y las instituciones financieras, las cuales se encuentran ahora entre las cinco fuentes de preocupación más grandes de la región. En un sondeo similar llevado a cabo en 2006, esos temas no aparecían ni siquiera entre los 10 más votados.

La pobreza e la desigualdad recibieron la mayor cantidad de votos de los líderes que participaron en el sondeo de 2009, en comparación con la educación, que terminó en el primer lugar tres años atrás. La violencia y el crimen, ligados particularmente al tráfico de drogas, es la segunda fuente de mayor preocupación entre los líderes de la región, avanzando dos puestos desde el cuarto lugar en el sondeo de 2006.

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La lista de los desafíos más importantes del desarrollo varió ampliamente, dependiendo del país. Para países más grandes y ricos, tales como Brasil y Chile, la educación es el problema número uno. En cambio, para países como Venezuela y Ecuador, la situación de la macroeconomía es la principal fuente de preocupación, mientras que para El Salvador y Guatemala, la pobreza y la desigualdad es el mayor desafío para el desarrollo.

16. HUMOR

LA POMADITA

Un hombre va a casa de una amiga para echar una  canita al aire.

A la hora de la hora, el pene no le  responde, así que, un poco preocupado, le dice a la  amiga que lo espere un momento.

Va al baño y en la oscuridad  busca en el botiquín algo que le ayude a solucionar el problema.

Encuentra una pequeña cajita con  pomada, se la unta y, ¡oh maravilla!, le devuelve al instante su vigor juvenil.

El tipo vuelve a  la cama y le hace el amor a la amiga quien queda extasiada ante tal vigor.

Una  vez terminado todo, al hombre le entra la curiosidad de saber qué se había untado. Se levanta, va al baño,  enciende la luz y busca la pomadita.

Después de un  buen rato la amiga entra al baño y lo encuentra desmayado en el suelo, con una cajita en  la mano en la que se lee:

"Pomada Bayer para callos:

Se endurece, se seca, se pudre y se cae.. 

Si es BAYER, ¡¡es bueno!!"

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