Periodista español Julio Cesar Alonso estuvo preso por narcotráfico en Argentina

El periódico El Mundo de Madrid, en su edición del 28 de noviembre de 1997 menciona el asunto en un comentario suscrito por Soledad Mayoral en la sección cultural y de  espectáculos de este medio escrito.

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EL MUNDO

Madrid

TELEVISION

Viernes, 28 de noviembre de 1997

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El infierno del alma

«La noche temática» muestra cómo transcurre la vida en la cárcel desde el punto de vista de los presos

SOLEDAD MAYORAL

MADRID.- «La cárcel es un infierno del alma más que físico». El periodista Julio César Alonso nunca pensó que algún día iba a poder definir con tanta precisión lo que se significa la falta de libertad, y mucho menos que lo haría apoyándose en su propia experiencia.

«Me propusieron hacer un reportaje de la mafia policial bonaerense. La aventura terminó con la vida de mi compañero, que apareció muerto, y yo me encontré con siete kilos de cocaína en la maleta».

Este incidente cambió su vida. La juez no creyó su versión de los hechos y los 12 años de condena le llevaron a Carabanchel. Durante su estancia aprendió algo, pero no sabe qué. Y ahí empezó a gestarse un reportaje que hoy emite La noche temática. Palabra de preso acerca el mundo de la cárcel a los espectadores, pero lo hace desde dentro, recogiendo los testimonios de los propios condenados. Esta vez ningún equipo de televisión ha visitado momentáneamente la cárcel, han sido los propios internos quienes han abierto su hogar y sus almas.

El programa se inicia con Nosotros los culpables, una radiografía de Carabanchel, y continúa con La prisión interior, un retrato más subjetivo de la cárcel francesa La Santé.

Entre los dos documentales se emite la película Mc Vicar, el enemigo público nº1.

Nosotros los culpables tardó dos años y medio en rodarse. «Trabajar desde dentro es más complicado, las dificultades se multiplican por 10. Además, parte del equipo no había cogido una cámara antes», asegura Julio César Alonso.

El rostro del periodista se hará familiar para los espectadores. El mismo cuenta ante la cámara lo que sintió cuando le cayó la condena, «el momento más duro», y cómo aprendió a tragarse las lágrimas. Su protagonismo le impidió grabar las entrevistas. «Yo aparezco como un personaje más, no podía hacer las preguntas porque estaba demasiado implicado. Para mí fue una forma de vomitar todo».

Las imágenes se acercan a la cotidianidad de Carabanchel, donde el tiempo es el peor enemigo del prisionero y los relojes se convierten en sádicos instrumentos que hacen más pesada la espera. Allí, las caras de los internos se confunden, al igual que los olores. «Como todos comemos lo mismo y nos lavamos con el mismo jabón, llega un momento en que todos olemos igual», reconoce un preso.

No se habla de las condenas y apenas se mencionan los delitos, es el turno de los prisioneros. «Hemos querido que sea así, porque si se comentara lo que han hecho, el público les prejuzgaría, y son seres humanos», matiza Julio César Alonso.

También hay ausencias: no está la parte más oscura de la cárcel, la más dura, no están los vis-à-vis ni los funcionarios.

«A mí la cárcel me decepcionó, yo venía de la guerra de la ex Yugoslavia y había visto más dureza, y descubrí aún más violencia entre los policías bonaerenses. No tuve que pegarme a la pared para que no me violasen y no me hice de una banda. Los funcionarios no aparecen porque no queríamos que se les oyera sin que mostrasen sus rostros y, si lo hubiéramos hecho, podrían morir. Tampoco hablamos de los vis-à-vis, no sabíamos cómo abordarlos. Cómo explicar la temperatura de esos abrazos», añade.

La noche temática finaliza con el documental francés La prisión interior. El reportaje da una imagen más subjetiva de la cárcel. Las imágenes son fotografías fijas que se apoyan en el sonido directo, en las conversaciones cotidianas de los presos. Los protagonistas se muestran más reflexivos, algunos se han reconciliado con la muerte, les gusta escribir, leer…

Pero la banda sonora es la misma: el sonido metálico del acero contra el acero, cuando los cerrojos y las puertas se cierran y las luces se apagan.

La noche temática se emite hoy, a las 22.30 horas, en La 2.

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Periodista Alonso acusa a John Arandia de robarle información privada, éste lo niega

image Periodista Alonso acusa a John Arandia de robarle información privada, éste lo niega.

ERBOL

La Paz, 21 Jul (Erbol).- El periodista español Julio César Alonso acusó la tarde de martes al periodista John Arandia de robarle información privada de su flash memory cuando fue invitado a su programa televisivo, acusación que fue negada por el aludido, quien afirmó que pidió permiso para emitir los documentos privados a través de la Red Uno.

“El que se ha llevado la información flash es un periodista que se llama John, yo le deje mi memoria flash para que sacara unas imágenes, él (refiriéndose a Arandia) nada más lo contó ayer, él solo ha hecho paste y copy y ha metido toda la información en su ordenador”, aseveró.

Alonso expresó su indignación al señalar que su pasaporte fue exhibido sin su permiso en el programa “Que no me pierda” que dirige Arandia en la Red Uno de Bolivia.

“Yo tenía documentos personales, ayer ha sido exhibido mi pasaporte sin ningún permiso, yo creo que siendo benévolo, fue un despiste, no voy a entrar en una lucha en la que pretenden que entre, pues cada uno tiene que asumir sus actos”, dijo.

Julio César Alonso relató que “antes del programa yo le autoricé que muestre los videos, no le autorice sobre los documentos. En el programa, y como no tengo nada que ocultar, me pregunta si podemos hablar de una carta de mi productora y otro documento de Word que puede ser alterable”.

Pidió que se le devuelva el material que fue extraído de su memory. “Me gustaría que me devolviese el contenido de la memoria flash que se ha borrado, estaba en el ordenador de ese señor, no la carta que yo le autorice que muestre, sino el pasaporte, esto no me parece de periodista sino de propaganda. Cómo tuvo él (Arandia) el descuido de enseñar mis documentos privados de manera oficial, yo le pido que me mande el contenido de mi flash que ha desaparecido”, aseveró.

Sobre esta acusación el periodista aludido, John Arandia, aclaró que utilizó la documentación con el respectivo permiso de Julio César Alonso.

“El señor Alonso llegó a la entrevista del día viernes al programa Que no me pierda faltando unos minutos para que empiece y; entonces, ese flash que debía ir a producción para que se saque las imágenes, paso directamente a mi computadora, me dijo cópialo, como no sabía si las imágenes iban a faltar y no podía preguntarle cuál era el video que se iba a emitir, le pongo copy paste y copio a mi ordenador”, relató.

Arandia explicó que “evidentemente esa información se quedó en mi computadora, yo abrí una de las cartas de este señor, lo que no considero que haya estado mal, sino que lo haya sacado sin su autorización, eso si hubiera estado mal, que me hubiera aprovechado de alguna documentación mal obtenida para provecho propio nunca. Anoche en el programa yo le dije cuánto tiempo me dio el flash, 5 minutos, y él me responde fue menos, y le digo hallé una carta que me interesaría debatir con su autorización ¿puedo mostrar esa carta? Y él respondió si puede, la mostré todo con la absoluta autorización de este señor. Exhibí el pasaporte en el marco de la educación, él (refiriéndose a Alonso) me mostró su pasaporte antes en vivo y directo en el canal, él mostró incluso las visas de ingreso y de salida a otros los países en los que había cubierto el tema de las guerras”.

Arandia aseguró que no teme algún proceso judicial y más bien convocó a los que se sienten afectados a asumir las acciones que vean convenientes.

“Como se habla español y como se habla el castellano, claro que en algunas entonaciones se puede ir en tono de denuncia, si este señor quisiese levantar demanda o cualquier usufructo de todo documento privado, está en su pleno derecho. Lo que se yo es que anoche se fue (refiriéndose a Julio César Alonso) contento del trabajo que hicimos”, enfatizó.