«Santa Cruz ha avanzado, a pesar de las logias»

Reymi Ferreira Justiniano. Se prepara para lanzar la segunda edición de su libro Las logias en Santa Cruz en un momento de alta sensibilidad por las críticas a grupos de poder. El hombre que conduce la universidad pública revela los supuestos vínculos de una fracción logiera con el terrorismo

image Reymi Ferreira

Tuffí Aré Vázquez, El Deber



– ¿La segunda edición del libro Las logias en Santa Cruz qué novedades propone?

– Hace un año asumimos la tarea de desarrollar el tema de las logias, en vista de que no habían desaparecido y que todavía tenían importante influencia en la sociedad cruceña. Hubo pérdida de espacio en materia económica, por la llegada de las transnacionales, en la década del 90, y por el engrandecimiento de emporios familiares con medios. Éstos las hicieron retroceder, pero de todas formas siguieron haciendo parte de la élite.

En una primera parte del libro explicamos la operación de desestabilización en 1994 de la gestión de Percy Fernández, en la que se unieron las logias Toborochi y Caballeros del Oriente. En la acción denominada Amanecer Oriental usaron como instrumento a Guido Nayar, que era diputado afín a los Caballeros, y fue financiada por gente de Sergas y Cotas. Dio sus frutos porque finalmente Percy fue derrocado, en una operación que culmina con la asunción de Johnny Fernández.

– ¿Johnny Fernández fue un producto de las logias?

– No, hizo un pacto. Incluso coloca al oficial mayor Mario Darío Vaca Pereyra, como parte de ese esquema. Johnny Fernández cogobierna y es funcional a las logias, que demuestran su pragmatismo, porque éste no era de su agrado, pero sí un freno al mal mayor llamado Percy, que se convirtió en el principal combatiente de las logias. Derrocado Percy, muchos creyeron que el movimiento contra ellas iba a desaparecer, pero una serie de negociados en Cotas generan tal indignación y molestia que se arma el Movimiento de los Socios de Cotas, en octubre de 1997. La preside José Gutiérrez Gutiérrez, que lideriza un movimiento de la sociedad civil impresionante. Quedó demostrado que en Santa Cruz no todos somos fascistas ni logieros, sino democráticos, con movilizaciones que se hicieron todos los jueves, y en diciembre de 1997 se le sacó tarjeta roja a las logias. En esa época hubo cuestionamientos a las tarifas de CRE, al millón de Saguapac y la ola de protestas alcanza a la Cainco. Se demuestra la corrupción y la mala administración de estos grupos, que se preciaban de ser un ejemplo de gestión.

A final, hacemos un análisis de lo que pasó con ellas en el siglo XXI. El capítulo se llama  la reestructuración al terrorismo. Hay que admitir que a partir del 2000 se da una apertura de las logias, que dejan los ritos, o por lo menos pasan a un segundo plano. Muchos empiezan a militar en la masonería, sobre todo los Caballeros del Oriente. Esa flexibilidad genera cambios interesantes en las cooperativas, como mayor apertura y transparencia.

El proceso de Cotas del 97 generó una autocrítica muy profunda. Vieron que si no se transparentaban iban a ser arrasados por otra ola mayor y que no iba a haber un Banzer o un Johnny para protegerlos. Vienen las grandes movilizaciones y la polarización, tras la caída de Goni en 2003. Esto hace que las logias reviertan sus pasos, y no hay que olvidar que la filosofía de las logias es recuperar la libertad y el poder para los pueblos orientales. Aquí viene un enfrentamiento étnico-cultural, que es parte de la ideología de las logias. Si bien no tienen el poder que tienen otros grupos más grandes, tienen poder de movilización en las clases medias, fraternidades, comparsas, cooperativas y los círculos profesionales. Como los partidos entran en quiebra, quien queda como vocero de la oposición regional es el Comité Cívico, manejado por las logias. Entonces recuperan poder ideológico, político, administrativo, y entran en alianza con los grandes grupos empresariales, en una primera instancia con las petroleras.

Debido a la coyuntura y la polarización, las logias, aprovechan su hermetismo, estructura y poder de movilización para convertirse en ariete de los cabildos, de las luchas autonómicas, y una fracción de ella, de los Caballeros, establece el vínculo de la defensa de Santa Cruz a través de la lucha armada con Rózsa.

– ¿Por qué algunos pasan a la masonería?

– No sé, he querido consultar, pero parece que es una consigna ampliar en otros niveles especulativos el rito, pues ellos lo dejaron.

El mayor valor del libro es su parte final. Concluyo que el gran daño que han hecho las logias es matar líderes, o trancarles el paso en diferentes instancias y que sea un circuito muy cerrado, el privilegiado, el que haga un pasanaku del poder. La gente afín a ellos, sin capacidad de gestión o de liderazgo, sólo requiere ser parte de la estructura. Han permitido lo que Fernando Prado llama una sociedad feudal moderna, que económicamente está muy adelantada, pero que políticamente está con un pensamiento feudal. Santa Cruz es económicamente una potencia y se adapta a los cambios, pero en lo político es una sociedad estamentaria, con cofradías, con logias, con comparsas, con fraternidades, con una segmentación clasista impresionante. Gracias a la actuación de las logias estamos por perder nuestro capital social, las cooperativas y las instituciones creadas trabajosamente en la década del 50, porque estos grupos se apoderaron de ellas. El tercer elemento es que han estigmatizado todo lo que sea cruceño, con su discurso radical.

– El hecho que el rector de la Uagrm presente un libro con estas revelaciones en un momento tan delicado, ¿le puede generar un costo?

– Sin duda, pero el año 1994 era concejal, con condiciones muy adversas. No había fallo judicial que no ganen las logias y había un Poder Ejecutivo que trabajó muy bien con las logias. Dos hechos determinaron la operación Nuevo Amanecer, uno fue el tema de Sergas, cuando se apoyó en el Concejo al alcalde para que se rompa con Sergas, y otro fue el libro que sacamos. Inmediatamente después empezó una campaña que no paró hasta que tumbaron a Percy. Tuvo un precio, pero era un contexto diferente. Hoy hay la esperanza de tener un nuevo Poder Judicial y que habrá elecciones transparentes con  la Corte Electoral en las cooperativas, ya no por grupitos del comité de movilizaciones, como ahora. Existe una mayor conciencia ciudadana respecto a nuestros derechos. Entonces, si en Santa Cruz, que dice defender la democracia, yo me callo, ¿en qué democracia vivo?

– ¿La influencia de las logias llegó también a la Universidad pública de Santa Cruz?

– No. En mi primer libro dije que el único espacio donde las logias no pudieron entrar es a la Alcaldía, excepto un breve interregno con Johnny Fernández, y a la Universidad pública, por una razón fundamental, el voto. Si bien las logias influenciaban a los partidos, pues los Toborochi se metieron al MIR y una parte al MNR, y los Caballeros a ADN y una parte a la UCS, era un poder intermediado, pues tenían que negociar con los líderes políticos, pero nunca pudieron copar los partidos, excepto ADN, del 97 al 99, que fue tomado por los Caballeros. En cambio, en la U y la Alcaldía, por ser voto democrático, no funcionan.

– Para ser rector de la Uagrm, ¿usted necesitó de la bendición de un grupo de poder?

– No, pero debo admitir  que tuvimos apoyo. Hemos tenido en el tema autonómico contactos con el Comité Cívico y dirigentes de todos los sectores. No puedo decir que no hemos recibido apoyo. Además, la fundación Nova, que yo critico, nos publicó un libro sobre Andrés Ibáñez.

– ¿No tiene temor de que conocido el contenido del libro le pasen la factura?

– No. En ese momento los grupos de poder estaban abriéndose y lo que había que hacer era ayudar a que se abran, hablamos de 2003-2004. Personalmente no tengo ningún cuestionamiento contra ellos, no es personal el tema, es ideológico. No puedo negar que soy amigo personal de varios miembros de las logias y  algunos amigos me han apoyado. Pero una cosa es que sea amigo y otra que sea socio de una estructura.

En el caso de Percy Fernández, indiscutiblemente las logias lo han apoyado y ganó pese a las logias. Sin las logias iba a ganar igual. Amigos de las logias me apoyaron, pero no comparto lo que a partir de 2005 comienzan a hacer, peor en 2008.

– Algunos adversarios de Percy dicen que sus últimas gestiones son producto de los grupos de poder. ¿Qué opina?

– No, son paradojas de la vida. El Percy de ahora es un Percy ya cansado, más pragmático, menos quijotesco, más ocupado en hacer una gestión técnica. Aquí hay que ver el rol que han jugado las constructoras, que han sido la bisagra entre los grupos de poder y él, pero Percy no ha cambiado en su posición democrática. La mejor prueba del fracaso del modelo logiofeudal es Percy. Han tenido que recurrir al que satanizaron y derrocaron, porque no han sido capaces de parir un líder de su estatura. Lo mismo que Rubén Costas, pues las logias le dieron el visto bueno forzadamente al final, porque no les quedaba otra, pues iban a perder la Prefectura.

– Gente del Gobierno vincula al gobernador electo con las logias. ¿Usted lo cree?

– No, no es miembro de las logias. Él dijo en una entrevista que no es, pero lo han apoyado. Rubén Costas y Percy son la mejor prueba de que los ‘logios’ no han sido capaces, por su modelo de selección de miembros y de promoción, de poner líderes alternativos y han tenido que recurrir a figuras como Percy o como Rubén, que no son de ellos, aunque han recibido su apoyo. Discrepo con las declaraciones del fiscal Soza. Costas no ha sido de las logias, al igual que Branko Marinkovic. A este último lo han apoyado, pero no necesitaba, pues hay otros poderes económicos más fuertes que las logias.

– ¿Usted cree que las logias fueron un aporte al desarrollo de Santa Cruz?

– De ninguna forma. Las logias no son ningún aporte positivo. Lo único que queda claro es que estos grupos le han hecho mucho daño al liderazgo cruceño. ¿Dieron más transparencia? ¿Dieron más democracia? ¿Hicieron mejor selección de líderes? ¿Dónde están? Pese a las logias, Santa Cruz ha avanzado. Estuviéramos mejor sin ellas porque no hubiera esa disparidad entre lo económico y lo político.

– ¿Las logias se han debilitado ahora en relación a 1994?

– Sin duda. Llegaron a hegemonizar La Torre y a tener fuerza, porque la polarización hace que la gente se radicalice. En esa polarización, asumieron protagonismo. Pero cuando hemos visto que con la toma mataron la autonomía, nos han hecho daño y su poder está en caída. Lo que me da mucha pena es que las logias no desaparezcan fruto de los cruceños y que tenga que ser un fiscal colla el que tenga que meterse en nuestros temas. 

– ¿Cuál es el futuro de estas organizaciones?

– Ya están de capa caída. Con la nueva CPE las elecciones de las cooperativas ya no serán manipuladas, sino que la Corte las controlará. Será el principio del fin de estos grupos de poder. El Comité o cambia o desaparece. Aquí está muriendo el liderazgo elitario, tradicional, de una casta. Pero el liderazgo cruceño se va a fortalecer. Van a surgir cientos de líderes de los barrios, de las zonas, de la colonización, líderes cruceños. A mí me molesta que a los intereses económicos se les ponga la sagrada verde y blanco. La bandera cruceña no es papel higiénico, es sagrada. No es para defender latifundios, a gente que no da la cara y que se escapa, o para negociados. Debe ser sagrada en beneficio del pueblo. Que no se crea que todos los cruceños somos racistas.

– ¿Una investigación como la del fiscal Soza o un libro como el suyo no son funcionales a una estrategia del Gobierno?

– No. Yo no soy masista. Este libro lo vengo trabajando hace un año. No lo sacamos antes de las elecciones para que no se piense que teníamos algún interés en el tema electoral. Yo tampoco puedo seguir callándolo. No porque alguna gente diga funcional al Gobierno me voy a quedar callado. Soy coherente con mi conciencia.

“Estuve en La Torre, pero me retiré”

– Un año después ¿cómo evalúa el caso Rózsa?

– Un error ha sido la generalización. El fiscal ha metido a gente que no tiene nada que ver en este tema. Debería centrarse en los que escaparon y en el pequeño núcleo de los Caballeros del Oriente y otros grupitos que apoyaron. Hay un altísimo grado de deslealtad en los que escaparon, porque con su silencio y su fuga permiten que enloden a toda la institucionalidad cruceña. En vez de no dar la cara deberían asumir si lo hicieron o si fueron embaucados. Uno de los méritos de Rubén Costas es que está aquí. Pero hay otro error mayor. Es que los que están escapados no se defienden ni por correo electrónico y hay gente que con la bandera cruceña los quiere defender.

– ¿Hay diferencias entre la tesis de su libro y las del fiscal Soza?

– Hay varias. No creo que el Grupo La Torre haya financiado conscientemente a Rózsa. Un pequeño grupo, muy seleccionado conocía, pero la inmensa mayoría de aportantes no sabía. Es un error generalizar que el que aportó a La Torre aportó a Rózsa. Lo segundo es que no están las dos logias metidas. No creo que los Toborochis estén metidos, ni siquiera todos los Caballeros del Oriente están metidos, sólo una fracción. Tercero, no creo que esté metido Rubén Costas, ni Germán Antelo, ni Luis Núñez. Se manejó a un nivel mucho más reservado y en una nueva generación de los logieros júniors. La cuarta diferencia es que se ha implicado a gente, sin motivo. La quinta, creo que las investigaciones debieron hacerse ante un juez cruceño. Y sexta, la politización del caso.

-¿Como rector de la U estuvo en La Torre?

-Hemos estado para ver el tema del IDH, en reuniones en la Prefectura, con todas las instituciones cruceñas para coordinar. Yo iba como rector y ahí  nunca se habló de lucha armada. Eran reuniones de todas las instituciones, que me parecieron bien y participé hasta el momento antes de las tomas. He estado en los cabildos, pero cuando vinieron las tomas era algo que no podía compartir, porque eran métodos fascistas. Por eso me retiré.