Durante la presentación del documental “South of the Border” en Cochabamba, el cineasta Oliver Stone (que no es precisamente un crítico de los regímenes “bolivarianos”) se permitió sugerirle a Evo Morales que “debe ver más cine, no sólo Avatar”. Nos adherimos a la sugerencia y agregamos que la lista de películas a ver por el primer mandatario debería incluir “Dr. Zhivago”, inspirada en la novela del Premio Nobel de Literatura Boris Pasternak, sobre la represión en la Rusia bolchevique; “Los gritos del silencio” de Roland Joffe, sobre la Camboya ocupada por el sanguinario “Khmer rojo” de Pol Pot; y el documental “Nadie escuchaba” de Néstor Almendros, sobre las violaciones a los derechos humanos en la Cuba castrista. Eso para empezar.
Cayendo en todas las trampas
Hay opositores que parecen haberse especializado en caer en todas las trampas del oficialismo. Primero se prestaron a la comedia de las vociferaciones, cuando el gobierno necesitaba una resurrección de “la derecha” para desviar la atención de los conflictos sociales en el altiplano y reunificar sus alianzas políticas. Ahora corren a cuadrarse ante el emperador plurinacional en busca de indulgencias, brindándose al show seudoconciliador de Evo Morales para la prensa internacional, que le permitirá lavarse las manos pilatescamente cuando la justicia “independiente” suspenda a los gobernadores. En definitiva, estos opositores bailan al ritmo que impone el gobierno central mediante la táctica del “palo y la zanahoria”. Tiene razón Valverde: “no hay gobernadores de oposición, lo que hay son Asambleas opositoras (a los gobernadores)”.
“Era mejor no reeditarse”
Lo dijo el padre Eduardo Pérez Iribarne en Radio Fides y creemos que la frase encierra una gran verdad. Refiriéndose a los turbulentos inicios de la segunda gestión gubernamental de Evo Morales, el padre Pérez afirmó que “Era mejor no reeditarse. En Bolivia, el Dr. Paz en su tercer gobierno duró meses”. Vale también para ciertas autoridades departamentales, que insistieron en una perpetuación sin futuro.