Milicias paramilitares ¿quienes están por detrás?

Hay alguien que está jugando con fuego en el gobierno y está dispuesto a llevar al país a un enfrentamiento cuyas consecuencias serán funestas. El que civiles, miembros de las “organizaciones sociales” afines al MAS estén recibiendo entrenamiento militar en las unidades castrenses no es asunto que deba ser tomado a la ligera. Se trata de un entrenamiento al margen de toda norma, realizado en forma clandestina y que fue descubierto nuevamente gracias a la acción de los medios de comunicación.

imageMujeres de movimientos sociales reciben instrucción militar en el Regimiento de Fuerzas Especiales 12 Manchego. Otros 300 civiles ya fueron entrenados en Cochabamba.(foto)

El argumentar que se trata de entrenar a campesinos y miembros de los movimientos sociales (militantes masistas) “para defender a la patria ante cualquier eventualidad” resulta francamente ridículo. Es claro también que referirse a la “inminencia” de un enfrentamiento bélico resulta absurdo, a menos que se trate de una confrontación interna promovida desde el mismo gobierno, como virtualmente ha ocurrido en Porvenir, Pando. 



Lo que ocurre es que se está copiando el modelo venezolano a pie juntillas. En este caso se está replicando a las llamadas Fuerzas de Defensa que no son nada más que grupos paramilitares que se encargan de reprimir cualquier movimiento de protesta contra el régimen chavista.

Y no lo decimos nosotros; jefes militares del Ejercito admitieron que comenzó un programa de instrucción en manejo de armas a civiles en diferentes regiones del país con el fin de enseñar “civismo y defensa de la patria”.

Se trata de un programa similar al desarrollado en Venezuela para organizar  las “milicias populares y de la reserva” que componen los Comités de Defensa Integral, a imagen y semejanza de los Comités de Defensa de la Revolución Cubana.

En Bolivia, la decisión de dar instrucción militar a grupos determinados de masistas surge de la constatación de que “organizaciones sociales” clave para el gobierno y que antes fueron su sustento principal, se están tornando críticas y no se puede esperar que en un momento dado se movilicen para defender al gobierno o para imponer sus decisiones como ocurrió en pasados años con los “cercos” al parlamento.

Evidentemente el plan gubernamental encierra muchos peligros y nos acerca a una confrontación interna que nadie desea ni busca, excepto, claro está, algunos radicales de mentes retorcidas muy bien ubicados en la cúpula del poder.

Al parecer la iniciativa no proviene del presidente Evo Morales, que sabe muy bien que sus opciones son esencialmente políticas y un asunto de esta índole lo único que haría es inquietar a los países de la región donde mantiene una imagen aceptable.

Entonces la pregunta es inevitable ¿ Quien en el gobierno mantiene esas concepciones basadas en la lucha armada para la toma del poder? No podemos evitar pensar en alguien que en la década de los 90 formó parte de un grupo armado y ejerció el terrorismo contra el gobierno democrático de entonces; y que en la actualidad ha acumulado un indudable poder para la ejecución de un plan que contempla el aniquilamiento de toda fuerza contraria al modelo stalinista que quiere aplicar en Bolivia.

Pues sí. Todas las evidencias se dirigen hacia el vicepresidente Alvaro García Linera quien a pesar de todas sus declaraciones de fe democráticas, en los hechos no ha abandonado los criterios que lo llevaron a ser parte del EGTK y en forma solapada esta aplicando sus métodos de confrontación que inevitablemente llevarán a la violencia.

García Linera mantiene una relación muy estrecha con el actual comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Gral. Ramiro La Fuente, quien durante los años 90 fue miembro de una agrupación secreta de oficiales de izquierda radical que fue conocida como “Vivo Rojo”.

Se sabe que ambos mantienen permanentes reuniones secretas y a la luz de los acontecimientos se puede deducir fácilmente que es lo que trataban. Los indicios son cada vez mas consistentes en relación a que el vicepresidente está metido en algo muy turbio. Evo Morales debiera percatarse que la verdadera amenaza contra su gobierno no viene de la “derecha” ni del imperio sino de un poder paralelo muy cercano a él.

Es inadmisible que los mandos militares se estén prestando a una aventura que de consumarse, tendrá como primera consecuencia la destrucción de la institución castrense para convertirla en el brazo armado de un partido, y lo que es más grave, el surgimiento de grupos paramilitares o milicias armadas para la represión del propio pueblo boliviano.