¿Adónde irá Brasil?

dilma-rousseff La victoria de Dilma Rousseff en la segunda vuelta electoral del Brasil estuvo dentro de los márgenes previsibles (10 puntos sobre José Serra). Sin duda, la campaña en sus dos fases fue desigual, como lo manifestó el candidato opositor, debido a la injerencia presidencial, con un Lula da Silva que violó olímpicamente la ley electoral para favorecer a su protegida, convirtiéndose él mismo en candidato virtual y priorizando la movilización sobre la gestión.

Debilidades relativas

Sin embargo, el PT ingresa a esta nueva etapa de gobierno con debilidades relativas: 1) no logró la victoria en primera vuelta que buscaba, con los 20 puntos de ventaja que pronosticaban las encuestas; 2) la escalada del PSDB desde el 29% que le auguraban las consultoras en primera vuelta hasta el 44% final consolida el bipartidismo brasilero y aleja las posibilidades de una hegemonía tipo PRI; 3) la bancada del partido oficialista no llega al 20% del parlamento, por lo que tendrá que consensuar con múltiples aliados y opositores; 4) casi la mitad de los gobernadores pertenecen a fuerzas de oposición, incluyendo algunos de los estados más importantes, como Sao Paulo, Minas Gerais y Paraná; y 5) la dureza de la segunda vuelta terminó de instalar en el país las sospechas sobre una hiper-corrupción del PT, por lo que se prevé una gestión estrechamente fiscalizada por los medios de comunicación, donde cualquier irregularidad será detectada. A propósito de esto, varios analistas brasileros han expresado sus dudas sobre la capacidad que pueda tener Rousseff para contener a los elementos más corruptos de su partido, que podrían pasar a una fase de descontrol.

El papel de Lula

Otra de las grandes dudas que se abren es la referida al papel que asumirá Lula da Silva. Mucho se ha rumoreado sobre sus intenciones de buscar un rol al frente de algún organismo internacional, y no faltó la “evada” del mandatario boliviano proponiéndolo como si nada a la secretaría general de la ONU. La que podría estar muy a mano para el presidente saliente del Brasil es la secretaría general de Unasur, vacante tras el deceso de Néstor Kirchner. No obstante, Lula ha declarado -en entrevista con el periodista argentino Jorge Lanata- su intención de “trabajar con los sindicatos y movimientos sociales de América Latina”, lo que podría significar que tomaría las riendas del Foro de Sao Paulo de una manera más activa. Pero la hipótesis más plausible es la de un eventual co-gobierno en Brasil, donde Lula da Silva se convierta en el poder detrás del trono, a la manera de lo que sucedía en Argentina hasta pocos días atrás.



El futuro del PSDB y el Partido Verde

En el seno del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), el ciclo de José Serra parece llegar a su fin, luego de dos derrotas consecutivas. El liderazgo emergente podría corresponder al ex gobernador de Minas Gerais y ahora senador, Aécio Neves (50 años), el político con mayor aprobación popular del Brasil junto con Lula, nieto de Tancredo Neves y hombre de diálogo que propone llegar a futuro a un gobierno de coalición con los dos grandes partidos del país. Por otra parte, la líder del Partido Verde Marina Silva también se perfila como una poderosa alternativa dentro de cinco años.

Dilma y los medios

La relación de Lula da Silva con los medios se caracterizó por cierta tensión, aunque sin llegar a los extremos conocidos en Venezuela y Bolivia. Una frase lanzada por Dilma Rousseff esta noche parece anunciar un tono más conciliatorio: “Prefiero el ruido de una prensa libre al silencio de la dictadura”. Esperemos que sean palabras sinceras y que, sobre todo, sean tenidas en cuenta en los países mencionados.

Medidas de ajuste

Otro elemento a tener en cuenta en los meses siguientes es la necesidad de hacer ajustes en las finanzas públicas del Brasil, lo que abre el interrogante de si esto será abordado por Lula en sus últimos meses de mandato, a riesgo de erosionar su alta popularidad, o si quedará como presente griego para el inicio de gestión de Dilma Rousseff.

[email protected]