Jodidos estamos todos

Fabian Restivo

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imageUna de las frases escritas más veces por Galileo Galilei, fue “yo creo en la razón”. Quizá por eso la inquisición, creando las bases de una estirpe violenta y autoritaria, lo condenó en nombre de la libertad de pensamiento, con el argumento más sólido que la iglesia consiguió construir durante cinco siglos “¡son herejes!”.



Mil quinientos años después, el Papa, Juan Pablo Segundo, pediría perdón a la humanidad “por la barbarie cometida”.

Claro que Galileo no había leído aun (por cuestiones que todos comprendemos) a Oscar Eid diciendo “jodidos estamos todos”. Si lo hubiera leído, quizá habría reflexionado sobre lo profético de la frasecita y otro sería el cuento.

Cuando comenzó en Santa Cruz la dramática e ineficaz resistencia contra el artículo 16, de la ley contra el racismo y la discriminación, le dije a un amigo que las instituciones cruceñas no podían negar su estirpe y su vena violenta. Y pregunté: ¿cómo van a negar ahora que son racistas?

La matemática le aporta a la sociedad factores básicos, como la suma y la resta. El ejemplo es: si sumamos violencia y racismo, en mis tablas da “autoritarismo”, una de las tantas deformaciones del ser humano. La suma da un resultado pobre, barato, miserable…pero existe. Existe así porque las “razones” que concurren a la discusión, también son pobres, baratas y miserables: La libertad está de duelo. Ley Mordaza. Socorro viene el comunismo…

Finalmente, ante el desparpajo mediático, un grupo de personas, periodistas serios, probos, responsables e independientes, forman una plataforma de discusión y dicen: “defendiendo los derechos de los periodistas y de la población, exigimos estar en las reuniones donde se discuta la reglamentación de la ley contra el racismo y toda forma de discriminación”.

La respuesta de los huelguistas nucleados a favor del insulto no se hizo esperar, con esa velocidad mental que los caracteriza gritaron a coro el argumento más sólido que consiguieron construir en cinco años: Son masistas!

De las muchas razones que escuché y leí de los integrantes de esta plataforma, una me pareció la más emblemática, quizá por su porción de sentido común: “No creo en el MAS, desconfío del MAS, por eso voy a estar ahí, vigilando, sé que me van a combatir, y no me importa, soy periodista y esta es mi guerrita”.

Se sabe que en la última huelga de periodistas en Santa Cruz, las opiniones estaban divididas. Y sabemos que “institucionalmente”, ganó por fuerza, sin consenso y con la orden del patrón, la opción más dura, irracional, violenta y racista: Nada con la Ley. Estamos a favor de la libertad de expresión. Y la mentira ganaba su primera batalla.

La pregunta siempre es la misma: ¿cuánto tiempo se puede sostener una mentira?

Los opositores a la ley antirracismo, se nuclean en nombre de la libertad y la democracia, defendiendo los principios del derecho a disentir. Y haciendo gala de su estirpe, desconocen a sus propios compañeros y llaman traidores a quienes, dentro de sus filas, pretenden discutir la ley. Piden a gritos sanciones para quienes asistan a las reuniones de reglamentación y les profetizan infiernos con azufre y desventuras eternas a quienes disientan con la posición democrática, principista y católica de defender el derecho al disenso en libertad y democracia.

Pregunta tonta: ¿censuran a sus pares en nombre de la libertad de palabra?

Si esa es la gente que decide lo que leemos en los diarios y lo que vemos en los noticieros, habrá que aceptar definitivamente que aunque Galileo tenía razón, Oscar Eid es un profeta: Jodidos estamos todos.

Respuesta de

Edward Serrate Peña

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Interesante y la apreciación y clarividencia del artículo, sobre todo porque sé que en éste espacio de discusión tengo el derecho de disentir y haciendo uso de ese derecho me permito diferir sobre aspectos que considero son de fondo.

Me sorprende la generalidad con la que el autor del artículo en cuestión cataloga y les asigna a las instituciones cruceñas una "estirpe y su vena violenta" para luego culminar con una draconiana sentencia: "¿cómo van a negar ahora que son racistas?". Dada que la afirmación ha sido tan contundente, yo como ciudadano simple y silvestre, me permito preguntar… ¿A qué instituciones se refiere?? ¿Es la institucionalidad en sí misma?? ¿O se refiere a personas que pasaron por esas instituciones? de ser así, ¿quiénes son los que produjeron esa mutación que mal-formaron la institucionalidad? Considero pertinente que dejemos de estar jodidos y digamos las cosas tal y como son. La verdad dura y descarnada, porque las generalizaciones no hacen más que destruir y colocan trabas en el camino de la reconstrucción.

Me sorprende el subjetivismo con el que se construyen tablas socio políticas a partir de una fórmula matemática de suma y resta. En todo caso, y recurriendo a la fórmula planteada, el resultado sería diferente, porque a mi entender si sumamos VIOLENCIA + RACISMO pienso que el resultado sería INTOLERANCIA y no así AUTORITARISMO que en todo caso sería el resultado de TOTALITARISMO + HEGEMONÍA.

Sobre las posturas mediática???? Insisto que el debate no deber circunscribirse al cliché de la "libertad de expresión". Mi preocupación va mucha más allá y me coloca en una situación en la que el ciudadano común (uno como yo) puede quedar en outside al momento de saber quién es racista y quién no. Siento que me están limitando la capacidad de decidir, la capacidad de discernir. Y esta afirmación la hago fuera de la insípida polarización entre gente de medios en pro y en contra. Considero que no por esconder la basura debajo de la alfombra la basura dejará de existir y por esa misma razón quiero tener la opción de identificar a los impulsores de conceptos tan retrogradas como el racismos. Un ejemplo para ser gráficos: Hace unos días nos revolvimos el estómago el ver las imágenes de partido de la AFA en donde a modo de insulto se lanzaban bolas de pan en referencia al "bolita" boliviano que es fanático de Boca Junior. Y acá viene el ejemplo…. Si suprimimos la transmisión de éstos partidos, ¿dejará de existir el racismo en Argentina? No lo creo, lo que si estoy seguro, es que ya sabemos que fanaticadas tienen un alto grado de racismo en sus miembros.

El debate es pertinente, empecemos con ponerle nombre y apellido, de no ser así, nunca dejaremos de estar jodidos.