Seguridad. La ciudad se ha convertido en un “dulce” para el narcotráfico tras la aplicación de nuevas recetas para fabricar cocaína que han simplificado la producción de droga. En la última semana se halló una nueva casa que acopiaba y procesaba pasta base.
Oferta al paso. Una mujer detenida “in fraganti” vendiendo sobres con cocaína, en la avenida Blanco Galindo.
Los “narcobasureros” son apenas la punta del iceberg del narcotráfico urbano –el paso de la poza a las moledoras–, que ha comenzado a expandirse con más fuerza con la tecnificación de la producción de la cocaína.
Basta con caminar seis kilómetros hacia el sur o norte para encontrar vestigios de las fábricas urbanas de cocaína.
En Sacaba y Quillacollo se repite el fenómeno con el hallazgo de una casa de acopio a tan sólo dos cuadras de la plaza Bolívar.
Pero también se puede encontrar droga en las calles de la ciudad. Según los propios registros de la Felcn, se han hecho decomisos de sobres con cocaína en plena plaza 14 de Septiembre.
El caso más reciente es el de una “narcocasa” descubierta en el barrio El Molino el 24 de noviembre tras una balacera.
El inmueble servía para procesar y acopiar pasta base de cocaína. Aunque los vecinos sentían frecuentemente un olor a “masa podrida”, desistieron de hacer cualquier denuncia por temor a represalias del dueño de casa, un ex convicto.
En tanto, en Pampa San Miguel, en el extremo sur de la ciudad, los residuos de las fábricas se echan a orillas del camino, en basurales al aire libre y dentro de torrenteras. Para los pobladores, es un misterio la procedencia de los quintales que aparecen de la noche a la mañana con coca molina y húmeda, y les es más desconocida la consecuencia que la acumulación de estos desechos tendrá en sus suelos.
En el otro extremo de la ciudad, en Tirani, un incendio confirmó las sospechas de los pobladores de la existencia de narcotraficantes en la zona. Su dirigente, Juan Mérida, contó que después de que se apagaron las llamas se encontraron todos los enseres de los “narcos”.
Al poco tiempo, muy cerca de la escuela de la zona, se detectó una casa en la que se acondicionaban autos para transportar paquetes con droga.
A mediados de junio (15), una explosión en el surtidor Cochabamba derivó en el hallazgo de 16.565 kilogramos de sulfato base de cocaína que estaban en un doble fondo del taxi que se acercó a cargar gas natural y estalló.
Actividad violenta
La violencia es otro rasgo del narcotráfico urbano. El 11 de septiembre en Quillacollo una pareja fue interceptada. El conductor, Juan Senzano Vallejos (26), murió con 11 impactos y su acompañante, una mujer embarazada, sobrevivió a tres disparos. Un mes después, la Felcn encontró residuos de sulfato en un doble fondo de su camioneta.
En enero, una balacera entre “narcos” y volteadores en Villa Moderna de Quillacollo, a dos cuadras de la plaza Bolívar, develó la existencia de una casa en la que se pesaban y distribuían paquetes de droga.
El caso culminó con un ex policía muerto. A fines de 2009 en Quillacollo se desbarató una casa sobre la calle Pacheco.
“Siempre ha existido este fenómeno pero con el cambio tecnológico se dio el boom en la ciudad”, expresó el docente investigador del Instituto Sociales y Económicos Fernando Salazar.
NUEVA RECETA
A partir de 2008 aproximadamente se dio un giro tecnológico en la producción de pasta y clorhidrato a partir de la popularización de la receta o “método colombiano”.
Este cambio generó un incremento de los aparatos electrodomésticos como licuadoras, lavadoras y microondas. Esta oferta se percibe en los mercados y en las tiendas. Sin embargo, los comerciantes son reacios a hablar sobre el vínculo.
El método colombiano permitió obtener más cocaína con menos coca y en menos tiempo. El propio viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, declaró a medios paceños: “Los expertos dicen que hay más cocaína en Bolivia, falso. Lo que pasa es que la tecnología colombiana permite extraer más cocaína, pero no es problema de la producción de coca”.
Se estima que antes con 400 kilos de coca de Chapare se obtenía un kilo de pasta base; en cambio, ahora se producen dos kilos.
AGENDA PENDIENTE
Las anteriores experiencias del narcotráfico –periodo dictatorial– permiten elaborar predicciones como que la economía del narcotráfico tarda al menos 10 años en consolidarse dependiendo de las condiciones que tiene, apuntó Fernando Salazar, docente investigador del Instituto Sociales y Económicos de la UMSS.
Sin embargo, remarcó que el narcotráfico es un problema estructural que requiere una respuesta a ese nivel y para ello se requiere dejar de verlo como un tema sólo de seguridad, porque está conectado a otros fenómenos.
Como el narcotráfico se afianza en la zona urbana y ha transcendido de lo rural, se requiere una política que defina las metas del control social, el estudio del mercado de la coca y estrategias de rehabilitación.
Se estima que al menos el cinco por ciento de la población económicamente activa participa en el circuito.
TENDENCIAS
Son más las propiedades incautadas al narcotráfico en la ciudad que en el campo. Según un informe de la Dirección de Bienes Incautados (Dircabi), entre 1997 y 2010 se confiscaron 831 casas en la zona urbana de Bolivia y 324 en el área rural. Sólo en Cochabamba hay 169 inmuebles incautados, sin embargo, un 80 por ciento de ellos son administrados por el entorno del procesado bajo diferentes modalidades como el alquiler.
DESTRUCCIÓN E INCAUTACIONES
FÁBRICAS 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Total 790 1,006 1,420 1,769 2,254 1,006 4,070 4,076 4,988
Chuquisaca 0 0 0 2 4 0 12 4 2
La Paz 25 9 35 37 53 9 169 205 114
Cochabamba 744 987 1,350 1,599 1,976 987 3,767 3,752 4,484
Santa Cruz 17 3 30 105 184 3 72 78 299
POZAS 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Chuquisaca 0 0 0 4 4 0 12 4 4
La Paz 4 60 72 50 95 60 241 297 156
Cochabamba 744 1,204 1,784 2,237 2,795 1,204 5,808 6,079 6,929
Santa Cruz 17 13 82 212 336 13 132 97 361
DROGA 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006
Total 9,3 11,6 13,8 21,4 36,9 46 13