“Estoy soñando… ayúdenme a soñar”

danielpasquierDaniel A. Pasquier Rivero

La frase ayuda a entender en parte las acciones del gobierno. La pronunció el mismo presidente del Estado Plurinacional (EP), llevado por el entusiasmo ante la perspectiva que genera la explotación e industrialización del litio en el país. Nada mejor que una actitud optimista para enfrentar oportunidad y desafío de tal magnitud. Propios y extraños especulan, conscientes de la importancia de este elemento en la industria del futuro a escala planetaria pues, quien más quien menos, ha oído algo sobre chips, transmisiones, comunicaciones, crisis energética y fuentes alternativas, energía limpia o ecológicamente responsable. Por último, que en el Salar de Uyuni se concentra el 60-70% de las reservas mundiales de litio.

El presidente habrá pensado, Suiza está cada vez más cerca. Pero no es la primera noticia sobre el litio en Bolivia. Hace años levantó polvareda, se hicieron comentarios parecidos, aparecieron los que se oponen como siempre a todo, también los que se toman la leche antes de la ordeña y, finalmente, cuando la llamada racionalidad se impuso exigiendo capitales, tecnología, conocimiento, seguridad jurídica a las inversiones, etc., frenazo, indecisión y frustración. Las ofertas se trasladan a Argentina y Chile, quienes con menos cantidades de litio sin embargo ofrecen mejores condiciones para desarrollar proyecto e inversiones. ¿A buscar culpables?



Quién asesora al presidente, decíamos al comentar su reiterada declaración sobre “el fallecimiento del capitalismo” (ED 28/10/2010). Él no tiene porqué saberlo todo, pero sus especializados asesores, sí. Se les paga, para diferenciar información técnica de decisiones políticas y más, de las que están teñidas de colores fuertes ideológicos. Si no, la desilusión, en el país de las oportunidades infinitas, desde hace siglos. Es posible que la lección más dura sea YPFB en el vital proyecto del gas, desde 2006 no da pie con bola. Se vino a pique, peor con la decisión de Petrobras de construir cuatro plantas para industrializar lo mismo y, con el gas boliviano. Brasil tiene el mercado y quiere ser autosuficiente en diez años, para garantizar su posición de liderazgo en la producción de alimentos. Lo va a conseguir, ya demostró “saber hacer” en el rubro.

Nada mejor que un salvavidas cuando te estás ahogando. El litio es el futuro, tan tan tan suena el tambor día y noche. A repetir la historia. La novedad es el vice, que intenta dar cátedra de química hablando del procesamiento de la salmuera de Uyuni hasta extraer carbonato de litio como el descubrimiento del EP guardado en “secreto”; los pasos siguientes de transformación industrial son las Etapas 2,3, etc., casi nada. En unos años otra empresa estatal anunciará el éxito, como la ESM en el Mutún, que subastará por primera vez hierro en bruto, encima del cerro, por 5 MD después de repetir por tres años “2.100 MD de inversión e ingresos cercanos a los 500 MD anuales”.

¿Lo intuye el presidente? Si no podés meter el gol, al menos tirá la pelota lejos. Se ha negociado con empresas líderes para explotar el litio, alguna forma de industrialización inmediata, dejando las más sofisticadas por razones técnicas y de mercado a desarrollarse en otras latitudes, pero no hubo acuerdo. Entonces, como tenemos litio para abastecer al mundo por 5.000, hasta 7.014 años, el EP se asocia a Irán, el mismo que hace años anunció invertir 1.000 MD que nunca llegaron; ahora, junto al litio, montarán lecherías, tractores, un banco binacional, ¿para qué?, hasta el más ingenuo se pone susceptible, como cuando ve florecer casas de juego casi al mismo ritmo que se incrementa el narcotráfico.

Olvidaron que más allá de cualquier proyecto de poder, está la pobreza, problema que debería absorber todas las energías de éste y de cualquier gobierno. Cifras más, cifras menos, aquí la gente pasa hambre, y tanta que algunos hasta se mueren. La pobreza está en los índices de desnutrición, mortalidad materno infantil, morbo-mortalidad por patologías totalmente controlables y previsibles, bajos niveles en educación y profesionalización, todo lo que encierra el círculo maldito del estancamiento en el tercer mundo. No es solución a largo plazo el recurrir a la migración masiva al extranjero de los mejores talentos para beneficiarse con las remesas o, taparse un ojo ante el fenómeno deslumbrante del tráfico de corrupción, dolor y muerte que conlleva pertenecer a la cadena productiva de coca-cocaína.

En 7.014 años la pobreza de “estos” pobres se habrá resuelto, pero estarán presentes “otros”. Como rezar por los chinitos mientras se esquiva el sueldo a los dependientes, no se reinvierten utilidades por favorecer viajes de quinceañeras “caña libre”, o se agotan las “chelas” y las mamaderas vacías. Otra dimensión de responsabilidades, pero similar, es ignorar que no hay unos miserables cisternas para controlar incendios y salvar vidas, que el 90% de personal es voluntario. Que no se hagan represas pequeñas en todo el país para resolver de una buena vez problemas de sequía, forraje, inundaciones, energía, desarrollo del campo y de los campesinos. Que la gente y su producción carecen de un pequeño puente o unos kilómetros de camino consolidado. Que se importan alimentos cuando se ha frenado su producción controlando centavos y permitiendo ganar decenas y centenas al contrabando. Que se cierran miles de empleos sólo porque caen mal los chocos a unos cuantos. Y todo, mientras se compran o se fían aviones, satélites, armas, y hasta planta nuclear.

Sr. presidente, Ud. lo solicita, “ayúdenme a soñar”, sí, con un país de economía diversificada, con industrialización en marcha de productos tradicionales y no tradicionales, donde el título más noble sea el del trabajo, donde se respete lo legalmente adquirido y no se fomente a los que quieren todo gratis, donde impere la justicia, la solidaridad, el cumplimiento de los deberes y el respeto a los derechos ciudadanos. Todos podemos soñar.