La pesadilla kafkiana de Leo

Josef K. es arrestado una mañana por una razón que desconoce. Desde este momento, el protagonista se adentra en una pesadilla para defenderse de algo que nunca se sabe qué es. Las acusaciones en su contra llegan a ser surrealistas y una y otra vez encuentra que las más altas instancias a las que pretende apelar en realidad son parte de un engranaje diseñado ex profesamente para condenarlo.

imageLeopoldo Fernández se defiende en una de las audiencias del proceso que se ventila en La Paz. (foto Afka)

Ese es en pocas palabras el argumento de El Proceso, una inquietante novela de Franz Kafka pero como suele ocurrir, en ocasiones la realidad supera a la ficción. Resulta que el ex prefecto de Pando, Leopoldo Fernández fue detenido acusado de ser el promotor de la llamada “masacre de Porvenir” y trasladado de manera expeditiva a La Paz, donde está preso desde hace más de dos años, sin el debido proceso y sin sentencia.



El pasado miércoles se efectuó una audiencia cuyos pormenores hubieran horrorizado al propio Kafka. Y no nos olvidemos que en su homenaje se acuño el término de “pesadilla kafkiana”.

Ocurre que tanto al fiscal Eduardo Morales como la abogada acusadora (muy bien pagada por el Ministerio de Gobierno), Mary Carrasco olvidaron de qué estaba acusado Fernández y limitaron sus exposiciones a indicar que fue “un mal administrador” en el ejercicio de sus funciones, que convocó ilegalmente a un referéndum autonómico y no se refirieron en momento alguno a los supuestos sangrientos delitos que originaron su detención.

Sucede que los familiares de las supuestas víctimas de Porvenir, al parecer se cansaron de la manipulación de la que fueron objeto y sencillamente se hicieron humo dejando con los crespos hechos a los acusadores que, ahora más que nunca, carecen de un argumento medianamente sólido para hacer una acusación formal.

Naturalmente esto no libra al opositor político del actual gobierno, Leopoldo Fernández, ya que de la misma forma que Josef K. está condenado a ser condenado, así sea por haberse pasado en alguna oportunidad la luz roja.

Asambleístas de adorno

imageLos “levantamanos” del oficialismo

Ya teníamos la certeza pero lo que no sabíamos era que la situación llegara a semejantes extremos. La función de los asambleístas del MAS se limita a levantar la mano para aprobar las leyes que les envían desde el Ejecutivo sin cambiar ni una coma. No les interesa siquiera conocer su contenido.

Pero el constatar que esta situación se prolonga hasta el propio presidente de la Cámara de Diputados, Héctor Arce sencillamente causa pavor. Muy suelto de cuerpo admitió que no conocía los “detalles técnicos” del proyecto de Ley de Pensiones lo cual dice muy mal acerca de su idoneidad. La pregunta es obligada ¿la asamblea legislativa realmente está legislando? Hay versiones en sentido de que no lo está haciendo ya que esta función ha sido delegada a un reducido grupo que trabaja en la Vicepresidencia del Estado Plurinacional bajo el “asesoramiento” de unos cuantos españoles que llegaron al país para ensayar la aplicación de un modelo indígena-socialista que luego será objeto de análisis en reuniones de sociólogos y antropólogos mientas que los que hicimos de conejillos de Indias sufriremos las consecuencias.