El suicidio de la Fuerzas Armadas

“Doctrina de Patriotas” se ha denominado a la estrategia que de manera inevitable conducirá a las Fuerzas Armadas a convertirse en una dependencia del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), al mismo nivel de las llamadas “organizaciones sociales” que controla el gobierno.

imageMilitares e indígenas de organizaciones sociales desfilan juntos en el aniversario de las FFAA.

Un aspecto muy preocupante de esta doctrina es que serán las propias Fuerzas Armadas las que formen a los grupos, camuflados bajo el denominativo de “Fuerzas de Seguridad Territorial”, que un día hasta podrían reemplazar a la propia institución porque no otra cosa significa la nueva doctrina que le obliga a entrenar a civiles, los cuales, por supuesto deberán acreditar muy bien su militancia masista.



Demás está decir que la “doctrina de patriotas”, tan ponderada por el vicepresidente García Linera no es más que una copia de la venezolana y viene a remachar la dependencia del gobierno y de las FFAA de Bolivia respecto del plan chavista, que a estas alturas ya es inocultable.

El comandante del Ejército, Antonio Cueto, que es evidente quiere asegurarse una buena pega luego de dejar el cargo de aquí a un año, no deja de sorprender y afirma que esa instrucción a civiles (masistas) daría la capacidad de encarar una “lucha prolongada” o dar una “respuesta masiva”. El problema radica ante quien. No existe posibilidad (ni capacidad)alguna de una confrontación a nivel internacional por lo tanto la mirada está dirigida hacia adentro, hacia la oposición de manera independiente que esta sea cívica, política, social o hasta religiosa.

Una fábrica de pobreza

imageUna vivienda de una familia pobre en la ciudad de La Paz.

La Bolivia real, esa que los discursos ni la propaganda gubernamental pueden ocultar, no es precisamente muy gratificante. Si nos atenemos a los resultados de un estudio auspiciado por Ayuda Obrera Suiza y la Organización Internacional del Trabajo, Bolivia sería nada más y nada menos que una fábrica de pobreza.

Ocurre que anualmente nacen en Bolivia 220 mil niños, de los cuales el 60 por ciento lo hacen en familias que están por debajo de la línea de pobreza, lo que indica que por año nacen 140 mil nuevos pobres.

Las cifras sobre la situación del empleo tampoco son tranquilizadoras. De los empleos, el 73 por ciento son informales, lo que en términos simples significa que casi tres cuartas partes de los bolivianos deben arreglárselas como puedan.

La verdad es que cuesta encontrar esa Bolivia idílica y bonancible que nos quiere mostrar una propaganda muy poco recatada y que al parecer solo tiene la credibilidad del propio Evo.