El presidente boliviano, Evo Morales, agradeció el sábado en Tiquipaya, el apoyo que recibió de su homólogo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que dejará la presidencia de ese país el primero de enero de 2011, y aseguró que sus sugerencias siempre fueron importantes para Bolivia.
En un acto público en la ciudad de Cochabamba, donde entregó recursos económicos para varios proyectos en poblaciones del área rural, Morales pidió un aplauso para Lula y agradeció públicamente su solidaridad y apoyo.
"Lula lamentablemente o será felizmente el primero de enero deja la presidencia después de dos gestiones. Sus recomendaciones, sus sugerencias han sido importantes, agradezco y ojalá pueda escuchar. Agradecer a Lula", remarcó.
Pidió un fuerte aplauso para "ese compañero obrero que la próxima semana ya no será presidente".
Morales ratificó que asistirá a la transmisión de mando que se realizará el primero de enero, ceremonia a la que fue invitado por Lula y por la presidenta electa Dilma Rousseff.
Lula, un ex obrero metalurgista, entregará el mando después de gobernar Brasil 8 años y ganar dos elecciones con amplia mayoría.
En ese tiempo ha visitado Bolivia en varias oportunidades apoyando con recursos al desarrollo boliviano y ha encarado obras conjuntas con Morales, como la implementación de un corredor interoceánico que unirá el océano Atlántico con el Pacífico, proyecto del que Chile también es participe.
El corredor interoceánico atravesará las regiones bolivianas de Santa Cruz, Cochabamba y Oruro y unirá los puertos de Santos (Brasil), sobre el Atlántico, con los de Arica e Iquique (Chile), en el Pacífico.
En agosto de 2009, Lula y Morales firmaron un convenio por el que Brasil concederá un crédito de 332 millones de dólares para la construcción de una carretera de 306 kilómetros que unirá Villa Tunarí, en el trópico de Cochabamba con San Ignacio de Moxos, en la Amazonia, un proyecto anhelado más de 150 años.
Brasil es el principal comprador del gas boliviano y recibe en promedio 30 millones de metros cúbicos diarios que alimentan al menos el 80% de las necesidades energéticas de la poderosa industria de Sao Paulo. ABI