Inflación y escasez de alimentos provoca saqueos en el norte de Potosí

Protesta contra el alza de precios. Dos ayllus saquean en Llallagua y víctimas organizan su defensa. La violencia desatada destruyó 30 locales comerciales. Los ayllus Sicoya y Chullpa salieron en una marcha de protesta que terminó en el asalto a tiendas de la ciudad minera. Aseguran que devolverán lo sustraído pero los comerciantes no les creen y se alistan para su autodefensa.

El Potosí y Erbol

Inflación provoca saqueos en el norte

AYLLUS DICEN QUE DEVOLVERÁN TODO LO SUSTRAÍDO. LLALLAGUA VOLVIÓ A VIVIR VIOLENCIA AYER



Rechazo a alza de precios provoca saqueos de tiendas en Llallagua

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El norte potosino volvió a vivir un clima de violencia ayer cuando una manifestación. El Potosi

contra el alza de precios protagonizada por miembros de los ayllus Sicoya y Chullpa se desbordó y degeneró en saqueos en la población minera de Llallagua.

Más de 30 tiendas comerciales fueron saqueadas y por lo menos diez de ellas quedaron destruidas por los manifestantes, informó el subcomandante departamental de Policía, Edwin Durán.

Según las agencias EFE y ANF, la manifestación fue convocada por los mineros cooperativistas y los ayllus se plegaron a esta; sin embargo, Durán detalló que no hubo una sino dos marchas. La primera habría sido la de los cooperativistas que, pese al uso de dinamita, terminó sin mayores incidentes mientras que la segunda fue la de los ayllus y degeneró en robos y violencia.

Los peores sucesos ocurrieron en la calle Linares que es la más comercial de Llallagua, municipio del norte potosino que tiene casi 37.000 habitantes.

Antes de las marchas, las tiendas fueron cerradas herméticamente pero, pese a ello, los manifestantes las asaltaron sin contemplación.

“En este momento (10:35) estamos viendo que acaban de abrir otra tienda más de abarrotes y los enardecidos manifestantes se lo están sacando todos los alimentos. Están lanzando piedras, hay puertas metálicas forzadas, vidrios rotos por doquier”, relató el periodista de la radio Pío XII, Dilver Herrera.

Los manifestantes se apropiaron de abarrotes, electrodomésticos y celulares, detalló Durán al explicar que la Policía no intervino para no causar un enfrentamiento con los manifestantes.

“Hubo ruptura de vidrios y de puertas metálicas”, dice el informe que llegó al Comando Departamental de la Policía de Potosí.

Los trabajadores de la prensa local que estaban cubriendo los violentos hechos también fueron víctimas de la turba. Uno de ellos fue golpeado por los manifestantes y otros amedrentados para que no tomen fotografías ni filmen los disturbios.

“También estamos viendo a colegas que fueron golpeados, como un trabajador del Canal 6, a quien casi le quitan su cámara filmadora”, reportó el periodista de Pío XII.

Otro trabajador de prensa de un medio local, de nombre Benito, dijo que se comunicaron con los dirigentes de los pobladores para calmar los ánimos exaltados de los movilizados. “pero ellos aseguraron que ya no pueden controlar a sus bases”.

Intervención del Ejército

El alcalde de Llallagua, Tomás Quiroz, pidió a las autoridades gubernamentales autorizar la intervención del Ejército boliviano para evitar mayores desmanes.

Aparentemente, el escaso personal policial es insuficiente frente a la multitud que aún permanecía concentrada ayer en la plaza central de esa población en el norte potosino.

El clima de tensión aún se mantiene pues el alza de precios de la canasta familiar, motivada por el fallido gasolinazo del Gobierno, afectó a toda la población de ese municipio según los testimonios recogidos por la radio Pío XII que integra la red Erbol.

“Por favor queremos que el presidente Evo Morales venga a solucionar esta situación, supuestamente convocaron a una marcha pacífica, pero esto es vandalismo”, manifestó un vecino cuyo nombre no fue incluido por dicha red.

El dirigente de la federación de maestros urbanos, Jaime Arosqueta, dijo que no había justificativo alguno para que estalle la violencia pues en la mayoría de las tiendas comerciales los precios bajaban y “por unos cuantos pecaron otros”.

Infiltrados

Una resolución de la asamblea de los ayllus Chullpas y Sicoyas da cuenta que en la manifestación hubo gente infiltrada que habría sido responsable de los desmanes en Llallagua.

Esa resolución llegó ayer por la tarde a las manos del subcomandante departamental de Policía, coronel Edwin Duran. En ese documento, los principales dirigentes de los ayllus se comprometen a devolver todo lo sustraído pero resaltan que los que iniciaron los desmanes fueron gente infiltrada.

Presuntamente con varios delincuentes infiltrados, la marcha de los ayllus retornó a los centros comerciales con palos y piedras en mano para continuar saqueando los pocos productos que aún quedaban en las tiendas, refiere Erbol.

Dos ayllus saquean en Llallagua y víctimas organizan su defensa

Protesta: Chullpas y siquyas se manifestaron ayer contra el alza de precios. A su paso, destruyeron 30 locales comerciales.

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Multitud: la calle Linares de Llallagua, ayer, llena de comunarios enardecidos

La Prensa

Comunarios de los ayllus Chullpa y Siquya protagonizaron ayer el saqueo de entre 30 y 40 establecimientos comerciales situados en la calle Linares, la más importante de la población potosina de Llallagua. Los afectados, las juntas vecinales y el Comité Cívico local se organizaron ayer para repeler eventuales nuevas agresiones.

Llallagua es la población más importante del norte potosino, a pesar de que Uncía es la capital de la provincia Rafael Bustillo, de ese departamento.

Los 69 efectivos policiales permanecieron ayer acuartelados en esa localidad, mientras la muchedumbre cometía los desmanes. Por la tarde, recibieron refuerzos provenientes de Oruro, la capital departamental más próxima.

El periodista Édgar Balderrama, de radio Pío XII, informó que la comandancia del Regimiento Illimani, asentado en Uncía, a unos siete kilómetros del lugar, dijo que los militares sólo actuarían en caso de recibir una orden escrita del presidente Evo Morales.

Virgilio Urquieta, corregidor titular del ayllu Chullpa, explicó que desde que el Gobierno promulgó el “gasolinazo”, se registró un alza de precios que no se revirtió desde su abrogación.

“Dimos 72 horas de plazo para que se rebajen los artículos más importantes. Nosotros no somos asalariados”.

Cumplido ese término, los comunarios de ambos ayllus decidieron marchar por las calles de Llallagua.

En forma paralela, afiliados a la Federación Regional de Cooperativas Mineras de Llallagua convocaron a otra marcha para protestar contra la elevación del costo de la vida.

La alcaldesa interina, Arminda Mamani (MSM), confirmó que los precios de algunos productos, tales como el arrocillo, se incrementaron de 90 a 180 bolivianos y la bolsa de cemento se cotizaba hasta en 100 bolivianos en el mercado local, mientras que no se encontraba azúcar a ningún precio.

Ante ello, el Concejo Municipal emitió una ordenanza que obligaba a rebajar precios y colocar una lista de éstos en un lugar visible. Pocos cumplieron esa disposición edil.

“La gente estaba enardecida y, lamentablemente, inocentes han pagado por los especuladores”. La autoridad municipal no pudo estimar el monto saqueado, pero el periodista Balderrama refirió que entre 30 y 40 locales fueron atacados por la turba enfurecida.

“Es difícil decirlo, pero creo que había unos 5.000 campesinos y unos 2.000 cooperativistas mineros. Era mucha gente y los policías son pocos”.

Tres agencias distribuidoras de bienes de primera necesidad, un local que vende teléfonos celulares y otro de electrodomésticos fueron vaciados por completo.

Otros almacenes sufrieron algunos robos, mientras que hubo otros en los que las puertas y ventanas fueron dañados en mayor o menor medida.

No se salvaron siquiera las casas particulares de la calle Linares. El profesor Benjamín Martínez denunció a radio Pío XII que la multitud entró en su casa para sustraer muebles, los juguetes de sus hijos y otros enseres.

“También es verdad que hubo personas mareadas, en estado de ebriedad, que se infiltraron en la marcha. Fue esta gente la responsable de los destrozos”.

Las autoridades originarias intentaron evitar los desmanes y llegaron a usar sus chicotes contra algunos saqueadores, pero sus esfuerzos fueron inútiles.

Por la tarde, jilanq’os, segundas mayores y corregidores se reunieron con concejales, la Alcaldesa interina, dirigentes vecinales y cívicos, así como representantes de los comerciantes afectados, a quienes ofrecieron garantías.

Sin embargo, las víctimas del vandalismo no creyeron esos ofrecimientos y se organizaron para defender su propiedad, aunque no se mencionó el mecanismo para enfrentar una nueva agresión, en caso de que esta se efectúe.

Por la tarde, Fidel Colque, presidente de la Federación Regional de Cooperativas Mineras, negó que su sector hubiese participado en los saqueos y pidió disculpas a la población por la violencia.

Consultadas fuentes del Ministerio de Gobierno, aseguraron que autoridades de esa cartera evaluaban la situación, en tanto que por ausencia de su titular, Félix Gonzales, la Gobernación de Potosí tampoco dio a conocer una posición oficial sobre este caso.

“Que pague el Gobierno”

El presidente del Comité Cívico de Llallagua, Jesús Camacho, solicitó ayer, a través de la red radial Erbol, que el Gobierno asuma el costo de la pérdida sufrida por los comerciantes y vecinos de la calle Linares, de Llallagua, por considerar que es responsable del alza de los precios de diversos productos.

Entretanto, el alcalde titular de ese municipio nortepotosino, Tomás Quiroz (MSM), dijo a la misma red, que solicitó la intervención del Ejército para evitar nuevos saqueos. “Voy a pedir nuevamente a las autoridades gubernamentales asumir su responsabilidad e instruir al Ejército, para persuadir y evitar más desmanes en Llallagua, porque en este momento, los pobladores están atemorizados, yo sólo no puedo hacer todo”.

Quiroz se encontraba ayer en La Paz, donde negociaba acuerdos de cooperación con representantes diplomáticos alemanes para diversos proyectos de desarrollo local.

Al conocer los hechos, “fui al Palacio de Gobierno, pero ningún ministro estaba, me dijeron que por Alasita estaban en otros actos, pero logré hablar por teléfono con los ministros Wálter Delgadillo y José Pimentel; al salir me encontré con el viceministro Wilfredo Chávez, después me comuniqué con su colega (Marcos) Farfán, que me dijo que todo estaba controlado”.

La Policía no hizo nada

El comandante en ejercicio de la Policía de Potosí, coronel Edwin Durán, justificó ayer que ninguno de los 69 uniformados destinados a Llallagua intervino en los asaltos y saqueos a los centros comerciales, para evitar enfrentamientos con los manifestantes en contra del alza de precios.

“La Policía no intervino para evitar un posible enfrentamiento con los marchistas, pero en este momento (cuando las tiendas de la calle Linares de Llallagua ya habían sido saqueadas), los uniformados ya están haciendo el patrullaje en las calles para evitar mayores desmanes”.

Sin embargo, Durán aseguró que alertaron a los comerciantes no abrir sus tiendas. “La Policía ya les comunicó con anticipación para que se abstengan de abrir sus puestos de venta, pero algunos no hicieron caso al aviso policial; han seguido atendiendo sus locales y tuvimos que lamentar los saqueos”.

Agregó que en el momento de los violentos hechos, que se registraron prácticamente durante toda la mañana, 69 policías estaban en Llallagua acuartelados, al igual que otros 52 efectivos en Uncía, población contigua.

Para destacar

La población civil de Llallagua se encuentra a 200 metros del centro minero de Siglo XX y a un kilómetro de Catavi.

En proximidades de esa localidad se halla el ingenio de Cancañiri. En 1967 fue escenario de la “Masacre de San Juan”.

La capital de la provincia Rafael Bustillo, Uncía, se halla a siete kilómetros de ese municipio nortepotosino.

Es el centro comercial más importante del Norte potosino por estar próximo a Oruro y Cochabamba.

En agosto de 2010, la Federación de Sindicatos Campesinos del Norte de Potosí y la de Ayllus pidieron crear un departamento.

La región se encuentra muy lejos de la capital potosina, y para llegar a Llallagua es preferible viajar previamente a Oruro.