Médicos confirman milagro que beatificará a Juan Pablo II

JUAN PABLO II La hermana Marie-Simon Pierre, nacida en 1962, tenía Parkinson desde 2001, pero la enfermedad, de manera médicamente inexplicable, desapareció en junio de 2005 de forma completa. Esa es la conclusión de la consulta médica de la Congregación para las Causas de los Santos.

Los expertos teólogos de la Congregación consideran además probado que es un milagro divino por intercesión de Juan Pablo II. Por lo tanto, ya sólo queda la aprobación de los obispos de la Congregación y la firma de Benedicto XVI y elegir fecha para beatificación a su antecesor, según adelanta el vaticanista Andrea Tornielli en el diario italiano «Il Giornale».

Atrás quedan las dudas que planteaba en marzo el neurólogo polaco Grzegorz Opala en el diario «Rzeczpospolita». ¿Y si Marie-Simon no había sufrido Parkinson, sino otra enfermedad neurológica de origen psíquico o por envenenamiento? Hay enfermedades similares que pueden remitir de forma espontánea. Pero pasados los meses y examinadas todas las posibilidades, los médicos dan por probado que la enfermedad era Parkinson, que desapareció sin dejar rastro, y que eso la ciencia no lo puede explicar.



La Hermana Marie-Simon vio recrudecerse su enfermedad en 2004 con temblores, rigidez, dolores e insomnio. En abril de 2005 ya no podía escribir ni conducir. Apenas podía ayudar en su trabajo, en una maternidad católica de París. Cuando veía a Juan Pablo II en la televisión, con su enfermedad compartida, le resultaba muy duro: «él me mostraba lo que yo sería al cabo de algunos años», afirmó. «Cuando fue anunciada la muerte de Juan Pablo II se me vino el mundo encima. Había perdido al amigo que me entendía». Sus hermanas de comunidad rezaban por ella pidiendo la intercesión del difunto pontífice. «El 2 de junio, por la tarde, fui a hablar con mi superiora, para pedirle que me dispensara de toda actividad laboral. Me pidió que resistiese todavía un poco y añadió: “Juan Pablo II no ha dicho todavía la última palabra”. Me dio una estilográfica y me pidió que escribiera “Juan Pablo II”. Eran las 17 horas. A duras penas, escribí “Juan Pablo II”. Ante la caligrafía ilegible, permanecimos largo rato en silencio. Tras la oración de la tarde, a las nueve de la noche, pasé por mi oficina. Sentí el deseo de coger una estilográfica y escribir, como si alguien me dijera: “Coge tu estilográfica y escribe”. La caligrafía era claramente legible, ¡sorprendente! Me tendí sobre la cama, estupefacta. Me desperté a las 4:30, sorprendida de haber podido dormir. Mi cuerpo ya no estaba dolorido, había desaparecido la rigidez». Ese mismo día dejó de tomar sus medicinas, y el 7 de junio su neurólogo quedaba estupefacto sin saber cómo explicarlo.

Benedicto XVI proclamó las virtudes heroicas de Juan Pablo II el 19 de diciembre de 2009.

Cuando los obispos de la Congregación para la Causa de los Santos den el visto bueno, y el Papa firme el decreto de beatificación, ya se podrá poner fecha a la ceremonia. Quizá sea el 2 de abril de 2011 (a los seis años de la muerte) o en octubre, en el aniversario de su pontificado. En cualquier caso, Roma se abarrotará.

La Razón – España