¿Un albañil de 15 años? El derrumbe del Málaga desnuda deficiencias

foto_portada.php Los equipos de rescate recuperaron la noche del miércoles el cuerpo de un adolescente de 15 años, una familia llora la muerte de su deudo dos días después de haberse comunicado con él y una reina de belleza, cuyo padre está también atrapado en el edificio derruido, pide “pantalones” para optimizar el rescate a través de una vivienda contigua a la construcción colapsada.
Ésas son sólo algunas situaciones que rodean el ambiente de desesperación, angustia y esperanza que viven familiares, rescatistas, autoridades y personas piadosas y curiosas cuatro días después del derrumbe del edificio en construcción Málaga, en Santa Cruz, la noche del lunes.
Hasta el mediodía de este jueves, seis cuerpos fueron recuperados de los escombros, entre éstos el de Johnny Kairo Calizaya Egüez, de 15 años de edad. Aunque llora la desgracia, la familia del adolescente aún tiene la esperanza de encontrar a otro de los suyos, Luis Antonio (24), también entre los bloques de cemento. El tercer hermano, Fernando, salvó la vida; se retiró de las obras a las 18.00 del día fatal, dos horas antes del accidente.
El muchacho trabajaba en el lugar, en el afán de apoyar a la economía familiar. “Se prohíbe el trabajo forzado y la explotación infantil (…)”, establece el parágrafo 1 del artículo 61 de la Constitución Política del Estado. Entretanto, si bien el Código del Niño, Niña y Adolescente fija en su artículo 126 los 14 años como “edad mínima para trabajar”, la norma precautela la salud física de los menores.

El dolor también afecta a la familia Encinas. La madrugada del miércoles 26, “Plata”, otro trabajador atrapado en los escombros, se comunicó con los parientes de José Luis Encinas, para decirles que éste necesitaba oxígeno. En la charla también reveló que eran 16 las personas bajo la estructura dañada.
Un día después, José Luis fue rescatado de la rampa de acceso al sótano, según relató Guillermo Saucedo, director de Seguridad Ciudadana de la Gobernación de Santa Cruz. La víctima yacía junto con otro trabajador, José Luis Camacho, que también fue liberado sin vida la mañana del jueves.
Los equipos de emergencia no pudieron socorrerlos con oxígeno, aunque este jueves los ímpetus estaban concentrados en abrir un orificio en medio de los bloques de cemento para suministrar aire vital, alimentos y medicamentos a los sobrevivientes.
Aunque se doblan los esfuerzos por alcanzar con las víctimas, la reina del Carnaval de Santa Cruz 2005, Maricruz Ribera, cuestionó las tareas de rescate. Ella es hija del ingeniero Armando Ribera, también bajo los bloques derruidos.

“Lo que no hay es los pantalones necesarios”, dijo la mujer, que renegaba sobre cómo los rescatistas y las autoridades no ordenaban todavía una intervención en el edificio destruido a través de las paredes de casas vecinas, por donde se presume que el ingreso al sótano sería menos complicado.
La muchacha cargaba en su mochila planos de la construcción, que cuando se lo requerían mostraba a los periodistas. “No se animan (entrar por las viviendas aledañas), dicen ‘todavía no’”, contaba a los periodistas.



El martes, los bomberos encontraron el cuerpo sin vida de David Enrique Alarcón. Un día después, los de Félix Alberto Montaño Pizarro y Jhonny Cairo Callisaya Égüez. La madrugada de este jueves, la desgracia tocó a las familias de José Luis Encinas, José Luis Camacho y Luis Antonio Égüez.
El accidente con un saldo parcial de seis fallecidos ha movilizado a autoridades locales, departamentales y nacionales. Incluso el Gobierno, a través del vicepresidente Álvaro García Linera, adelantó que un equipo de expertos mexicanos llegará al país en el curso de las próximas horas.
Entretanto, el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, admitió que la empresa que construía el edificio “ha tenido el valor de asumir las responsabilidades” del accidente. Sin embargo, consideró que el evento resultó “un campanazo y un llamado de atención a todos”, ante las deficiencias en la atención de desastres y la carencia de equipos y recursos para incidentes de esa magnitud.

Por su lado, la fiscal de Distrito, Arminda Méndez, informó a los periodistas que ya existen fiscales trabajando en esta investigación y el reconocimiento de cadáveres. Sobre los responsables de la tragedia aseguró que tareas periciales posteriores permitirán “establecer lo que corresponda de acuerdo a ley”.
Santa Cruz no había experimentado un accidente de ese tipo. Éste puso en apuros a las autoridades municipales en sentido de ser más rigurosas a la hora de aprobar solicitudes de construcción de edificios.
El edifico Málaga en construcción estaba ubicado entre las calles Manuel Ignacio Salvatierra y Gabriel René Moreno, a cuatro cuadras de la plaza 24 de Septiembre.

Fuente: Erbol