Atezolizumab neoadyuvante más quimioterapia en el adenocarcinoma gástrico y de la unión gastroesofágica

 

 



 

Resumen

 

Los cánceres gástrico y de la unión gastroesofágica (G/GEJ) tienen un mal pronóstico y, a pesar de los avances recientes, la mayoría de los pacientes mueren a causa de su enfermedad. Aunque el bloqueo de los puntos de control inmunológico se convirtió en parte del estándar de atención para pacientes con cánceres metastásicos G/GEJ, su eficacia y su impacto en el microambiente tumoral (TME) en las primeras etapas de la enfermedad siguen siendo en gran medida desconocidos. . Verschoor,et.al.,(Nature Medicine 30, 519–530 2024) ,se plantearon la hipótesis de una mayor eficacia de la inmunoterapia neoadyuvante más quimioterapia en pacientes con cáncer G/GEJ no metastásico. En el ensayo PANDA de fase 2, los pacientes con tumores G/GEJ resecables no tratados previamente (n = 21) recibieron tratamiento neoadyuvante con un ciclo de atezolizumab en monoterapia seguido de cuatro ciclos de atezolizumab más docetaxel, oxaliplatino y capecitabina. El tratamiento fue bien tolerado.

Hubo eventos adversos relacionados con el sistema inmunológico de grado 3 en dos de 20 pacientes (10%), pero ningún evento adverso relacionado con el sistema inmunológico de grado 4 o 5, y todos los pacientes se sometieron a resección sin retrasos relacionados con el tratamiento, cumpliendo con el criterio de valoración principal de seguridad y viabilidad. El tejido se obtuvo en múltiples puntos temporales, lo que permitió el análisis de los efectos del ligando 1 de muerte celular antiprogramada (PD-L1) como agente único y la posterior combinación con quimioterapia en el TME. Veinte de 21 pacientes se sometieron a cirugía y fueron evaluables para criterios de valoración de respuesta patológica secundaria y supervivencia, y 19 fueron evaluables para análisis traslacionales exploratorios.

Se observó una respuesta patológica importante (≤10 % de tumor viable residual) en 14 de 20 (70 %, intervalo de confianza del 95 %: 46–88 %) pacientes, incluidos 9 (45 %, intervalo de confianza del 95 %: 23–68 %) patológico completo. Respuestas. En una mediana de seguimiento de 47 meses, 13 de los 14 que respondieron estaban vivos y libres de enfermedad, y cinco de los seis que no respondieron habían muerto como resultado de la recurrencia. En particular, la infiltración basal de células T anti-muerte celular programada (PD-1)+CD8+ fue significativamente mayor en los que respondieron versus los que no respondieron, y la comparación de las alteraciones de TME después de la monoterapia anti-PD-L1 versus la combinación posterior con quimioterapia mostró un aumento inmunológico en el bloqueo del eje PD-1/L1 con un solo agente. Sobre la base de estos datos, la monoterapia anti-PD-L1 antes de su combinación con quimioterapia justifica una mayor exploración y validación en una cohorte más grande de pacientes con cáncer G/GEJ no metastásico.