¡Carajo!

Walter “Puka” Reyesvilla

PUKA_thumb Ahora entiendo por qué Evo Morales dijo que hoy, 23 de marzo, se conmemora el “Día del Carajo”: mandó en los hechos y sin anestesia la famosa “Agenda de 13 puntos”, basada en la construcción de confianza mutua entre Bolivia y Chile, a dicho lugar; el Estado boliviano va a demandar al chileno ante estrados internacionales (¿La Haya?) y con ello dará al traste con la tal agenda, misma que fuera defendida a capa y espada por la Cancillería en la persona de David Choquehuanca. ¡Al carajo la “diplomacia de los pueblos”!

Es prematuro aun juzgar si el paso es correcto o no, toda vez que nunca se vio un resultado concreto –salvo los gestos de buena vecindad (exageradamente zalameros en algunos casos)- entre ambos países. Lo notable, sin embargo, es la constatación de la errática política marítima boliviana, no imputable exclusivamente a este gobierno, mientras la chilena es absolutamente clara.



Tal vez al régimen de Morales se le pueda imputar ingenuidad y demasiado romanticismo –si San Miguel casi nos vuelve a traer el mar en su bolsillo-, cosa muy bien aprovechada por nuestros vecinos, que se las saben todas.

Lo curioso es que hasta hace menos de 48 horas, tanto el Presidente como el Canciller proclamaban que la única vía de solución del diferendo era la política, descartando tajantemente cualquier otra (la judicial, que es por la que ahora se opta y la bélica, que realmente es impensable, por lo menos de nuestra parte).

Ahora bien, se me antoja que el giro que acaba de darse tiene más que ver con la agenda interna que con el propio curso de la externa.

Veamos:

El régimen de Morales pende de un hilo por sus monumentales desaciertos en materia económica. Más gente estaba bloqueando calles que espectando el paso de bellas guaripoleras. Asfixiados Morales y Cia. sacan este As de la manga con el que pretenden cohesionar a las 36 naciones ante “el invasor”, en burda repetición de lo que muchos de sus antecesores hicieron para obtener oxígeno político (antes, claro, formábamos una nación).

El deslucido acto del “Día del Carajo” incluyó obscenidades como la de la foto. Me pregunto. ¿Fue esa la enseña por la que Eduardo Avaroa ofrendó su vida? ¿Qué carajos es esto?