El Estado del Gasolinazo y el Cocainazo

Daniel A. Pasquier Rivero

daniel-pasquier1 Cinco años de esfuerzo para poner la coca por delante del Estado. La intención está reflejada en toda la Constitución, porqué ahí se incluyeron los argumentos, de lo más variopinto, para imponer usos y costumbres de la cosmovisión andina. Recurriendo a lo ancestral para imponerla al resto del país, multiplicando derechos a favor de unos en desmedro de otros. Se confundieron normas para un Estado con folclore.

Mientras tanto en el país la inflación ha tenido un incremento sostenido, a pesar de las “correcciones oficiales” a que fue sometida la lista de precios de la canasta familiar. Para el ama de casa los precios no engañan, de comprar una docena de panes con 1 Bs, pasó a recibir sólo dos; el kilo de azúcar en los camiones de EMAPA cuesta 8 Bs, antes eran 3.5, y peor la recomendación del Presidente, la miel a 40; la carne de res, el pollo, el arroz, lo que come el pueblo, ha duplicado y triplicado su valor.



Se ha perdido el tren de la oportunidad. Pocas veces han coincidido demanda y precios altos para nuestros principales productos de exportación. Un sueño, en un año: la onza de oro en 1.394.50 $US, la plata saltó de 17.34 a 33.29 $US, el zinc de 1.03 a 1.11 la libra, el estaño (nuestro gran aliado) de 7.96 a 14.30 (precios al 25/02/2011). Esto no por mérito del equipo económico del gobierno, sino por una dádiva del cielo no aprovechada, porque en realidad la producción ha disminuido (erróneas decisiones políticas, conflictos innecesarios con el sector privado y cooperativo).

El gasolinazo para cerrar el 2010 puso en tela de juicio todo el discurso triunfalista del gobierno. Su terco accionar contra la inversión y la empresa privada había hundido las perspectivas del desarrollo e industrialización del país, al hacer fracasar al sector del gas y los hidrocarburos. Los avances logrados en décadas se fueron a pique desde mayo del 2006. La política de subvenciones no se puede mantener sin poner en riesgo la totalidad de la economía del Estado. Seguir importando hidrocarburos caros (ronda de nuevo los 100 $US el valor del barril de petróleo), aunque sea del correligionario venezolano, drena las arcas públicas de alrededor de 600 millones de dólares (MD) anuales; lo comido por lo servido. Y está la amenaza cierta de no poder cumplir con los compromisos de exportación de gas ya comprometidos a Brasil y Argentina. YPFB no tiene la plata para invertir y revertir el rumbo. Un frenazo a la aspiración de cambiar la matriz energética del país y promover el uso intensivo del gas que, en teoría, poseíamos en abundancia. Sin inventar nada nuevo, Perú, sólo con Camisea, ha ahorrado en gasto de energía a los peruanos, en los cinco años de gobierno del MAS, por encima de los 13.768 MD. En Bolivia se da la paradoja: taxis que pasaron de usar gasolina a gas (80% de ahorro en combustible), subieron las tarifas.

Pero la ceguera y la soberbia son de tal magnitud que el Vicepresidente llega a la conclusión de que “hemos dado cátedra de economía al mundo”, cuando ya se doblan esquinas haciendo colas para conseguir los alimentos esenciales. Siguiendo los pasos de los socios de ALBA. Venezuela con inflación del 27% (y los mismos trucos), importando el 85% de los alimentos, y el 97% de las exportaciones dependen del envío de petróleo a EEUU, es decir, no produce nada. Para un estudio reciente, Perspectivas de América Latina 2011, es una sorpresa como “aguanta un año más”. A Venezuela le queda el consuelo después de 12 años con H. Chávez en el “des”gobierno el haber mantenido la transferencia de los 90.000 barriles de petróleo/día a Cuba, apoyando una causa y una economía declarada “en quiebra” por ocho equipos de consultores de países amigos.

El as bajo la manga del Estado Plurinacional: la economía de la coca. Pasando por alto que para una inteligencia ligeramente informada científicamente la coca es cocaína y que la coca fuera de los Yungas (y parte de ésta) va al narcotráfico, un somero análisis de las hectáreas de coca excedentaria, de las toneladas de hoja de coca cosechada por el 0.5 % de su contenido en cocaína, arrojan cifras entre 180 Ton (cerca de las oficiales) a 380 Ton (cifra posible) de cocaína por año. La transformación de esa droga en dinero deja atónito a cualquiera y explica, aunque no lo justifica, el poder alcanzado y ejercido por el narcotráfico. Alrededor de 1.000 MD mueven la economía de un país pobre como el nuestro. Ingresos desproporcionados a la producción y al estado del aparato productivo que enfrenta a un gobierno intervencionista hasta el ridículo, que termina trayendo azúcar en avión desde Colombia. ¿Y el análisis de costos?

Se acabó la excusa de acudir a un estudio serio sobre la cantidad de coca requerida para satisfacer a los adictos a la pequeña cantidad de cocaína extraída en el acullico. O, que las fronteras están desprotegidas, cuando hay militares de sobra ocupando la Chiquitania, sólo para quitarles el medio de vida a los lugareños, sólo para sentar soberanía (entendida como “sometimiento”), ya que para los centralistas estos pueblos “no tienen cultura de obedecer al Estado”. ¡Iyambae!, siempre fueron libres y quieren seguir viviendo en libertad. Eso, hoy, es delito. Pero algo no se dice. Brasil reclama: 60% de la cocaína entra por esas fronteras.

Cierra capítulo. Detienen en Panamá al General Jefe de Inteligencia en la lucha contra el narcotráfico del Estado Plurinacional. Esta medida trasciende el cuántos kilos llevaba o había introducido a EEUU. ¡Que el gobierno del MAS haga esfuerzos, sin resultado, por evitar su extradición! Inaudito. ¿Para presentarlo a los fiscales y jueces que llevan los casos del Hotel Las Américas, Canal 9 en Yacuiba, Porvenir y otros? Se cayó la estantería: el narcotráfico ha perforado profundamente la estructura del Estado. Para Filemón Escobar, uno de los ideólogos fundadores del MAS, “hay que acabar con la coca para salvar a Evo”. Del gasolinazo al cocainazo. El silencio del Presidente y del Vice, parece confirmar que así lo han entendido.