Las rebeliones árabes y la hipocresía mundial

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Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: África en llamas

  2. El Día: Negras nubes

  3. El Día: No hay nada nuevo bajo el sol…

  4. El Día: Bolítica

  5. El Día: El mensaje de Soza

  6. El Día: El país de los experimentos

  7. Los Tiempos: LAS REBELIONES ÁRABES Y LA HIPOCRESÍA MUNDIAL

  8. El Deber: Necesaria recuperación

  9. Cambio: Sin pasado no hay futuro

  10. La Prensa: La Paz parada

  11. El Diario: Las universidades y la estrategia de dividir

  12. El Mundo: Vital

  13. Opinión:

  14. Clarín, Argentina: La depuración de fuerzas policiales


El Día: África en llamas



La ciencia ha demostrado que el origen del hombre está en África. Es posible que la fascinación que siente el ser humano de otras latitudes al estar en ese territorio tan diverso y cautivante se deba a que siente que ha vuelto a las fuentes. En ella encuentra una casi sobrenatural fiereza, una naturaleza salvaje que causa éxtasis. En África tres reinos planetarios han demostrado su poder y riqueza desde el origen de los tiempos. El reino animal tiene desde las más diminutas criaturas a los seres más colosales del mundo. El reino vegetal habla por sí mismo, y se expresa en todas las tonalidades de la vida verde. El reino mineral ha dado muestras de su fabulosa e increíble riqueza.

Resulta admirable que se sepa que antiguamente África se denominaba Libia, según la mitología griega. Libia era la esposa del dios Poseidón -el Neptuno latino- y era hermana de Asia. No extraña que entre estas dos hermanas se haya tejido gran parte de la historia de la humanidad y se encuentre los más grandes misterios que la atormentan. Los que saben dicen que África es un fuego permanente, ya sea en la jungla como en el desierto. Afirman que en ese fuego se cocina el destino del mundo. Ha sido en ese continente se ha dado el mayor mensaje de confraternidad y convivencia humana. Basta recordar la lucha de Nelson Mandela y el fin del “apartheid” en la convulsa Sudáfrica.

Sin embargo, África es tierra de contrastes. También en ella han tenido lugar los más horrendos baños de sangre entre seres humanos, que ni se diga. Hoy por hoy, para lamento de los seres sensibles, cae sobre la tierra árida una lluvia de fuego en nombre de la paz y el fin de la muerte, cruel paradoja para quienes saben que todo sucede por obra y gracia de los que dominan el mundo por medio de la injusticia y la violencia. Aún reinan en tierra africana reyezuelos y tiranos y existe en el ambiente una intolerancia insoportable a las creencias religiosas y culturales, que casi siempre termina en tragedia.

Los imparciales- si los hay- afirman que tampoco es tolerable encender la hoguera de la guerra solapada entre naciones por hacerse del oro negro africano, el petróleo. A los ojos de la historia, nadie podrá justificar las lluvias de fuego para apagar los incendios que los seres humanos provocan en su mezquina visión de la sociedad. Ya un pensador afirmó tajantemente: “Todavía estamos viviendo la prehistoria de la humanidad”. A la luz de los hechos, no queda otro remedio que darle la razón. Pese al adelanto de la tecnología y la ciencia, salta a la vista que nos comportamos como seres primitivos.

Ahora que llueve fuego en la tierra árida –significado de Libia- ¿qué se puede esperar de la paz mundial? Ya no se trata de Fukushima, donde el hombre trata de controlar los efectos de la furia de la naturaleza a través de la temeridad y la solidaridad para evitar catástrofes mayores. Hoy se trata de detener que África arda en las llamas de la guerra incontrolada. ¿Podrán los seres humanos detener el descenso hacia el infierno provocado por ellos mismos? El fuego de África puede extenderse como el pastizal encendido y avivado por los vientos, y que los hombres, animales y vegetales y el propio oro negro por el que se lucha, puede quedar consumido por llamas innecesarias.

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El Día: Negras nubes

Pospuse la redacción de mi columna porque pasaban el documental mexicano “Teotihuacan, ciudad de los dioses”, programa que esperaba desde que en 2010 supe de las últimas excavaciones en aquel magnífico lugar, en su parte subterránea, en un túnel que permaneció oculto por dos mil años y donde se espera hallar a los elusivos gobernantes de la ciudad, aún ignotos.
 
México siempre sorprende.  Claro, está la leyenda negra del crimen, el narcotráfico, los pozoleros, sicarios, y demás engendros de mortandad, pero se olvida que también existe un país que vibra en su cultura, múltiples herencias, incluida la española y que crece cada día más en reconocerse y aprenderse.  A diferencia de Bolivia, que bajo un discurso de retorno a las raíces conspira en su contra y destruye los restos de lo que podía haberse salvado.  Con el nebuloso lema de socialismo comunitario se disfraza un país donde la producción y el tráfico de narcóticos ha permeado la sociedad entera, y donde los mayores damnificados son justamente los de las comunidades indígenas mayoritarias, seducidas ante el espectro de dinero fácil que propone el Gobierno desde su cabeza, y que obvian el tradicionalismo agrícola, ni hablar del respeto a la tierra, y siembran delincuencia para después cosechar tragedia.  El legado de Evo Morales a las juventudes nativas será el de desconocer la tierra, sus propiedades, sus beneficios, en aras del sencillo cultivo de la coca, y allegados posteriores,  que junto a conseguir retornos rápidos corroe las bases de pueblos que ni siquiera recordarán su historia.  No habrá un Teotihuacan sino una mixtura de abyección, desenfreno y desespero.
 
No lo puedo afirmar, no lo he visto pero lo supongo y creo, que en zonas como La Asunta, en los Yungas paceños, ya no hay cultivos de cítricos, que se arrasó con todo para plantar la hoja maldita, que el notable café de altura que se producía allí desaparece, en Irupana, en otros lados, que en las plazas principales de los pueblos se pone a secar la hoja y que el asunto gira en torno a la explosión económica de la cocaína.  No saben que este ekeko de nuevo género también acarrea el desastre.  Pronto la “comunidad” india andará persiguiéndose y matándose por ambición como en una película de Alex de la Iglesia.  Dicen que La Asunta en fin de semana recuerda Sodoma y Gomorra, que la droga es pan de cada día, ya no elimina únicamente a los gringos imperiales, está acabando con el futuro local.  Se asemejará a la Calabria que retrata Gomorrah, más que a las etnias originarias que hoy manejan  hummers y cuentan con parabólicas para acompañar su ignorancia, su pobreza de huérfanos sin nación, sin patria.
 
Mientras tanto el Gran Bonete juega fútbol, y deja sus labores de gobierno porque le duele el dedo.  Al menos ya no viaja, porque parece que en el mundo externo se le prepara una celada.  Además murió su piloto, se atragantó según, y los 40 millones de dólares están parados y parados se han de quedar.  Resulta que ahora hay un pajarillo cantor, un pajarraco, el general Sanabria, que gorjea mejor que Caruso y hace derramar a más de uno lágrimas furtivas por el pronto reino perdido de este mundo.     20/3/2011

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El Día: No hay nada nuevo bajo el sol…

Subestimar el brote inflacionario en el país podría derivar en una penosa situación si no se toma a tiempo decisiones inteligentes, valientes y creíbles. La inflación es el peor impuesto contra los pobres y quienes tienen ingresos fijos. Lo saben los agentes económicos y por ello toman decisiones en base a sus expectativas. La triste experiencia boliviana de los años ’80 hizo que los trabajadores superaran la “ilusión monetaria”, de tener que conformarse con aumentos salariales nominales cuando la inflación corroe su poder adquisitivo.
 
Es evidente que en Bolivia existe un problema inflacionario por el incremento de la demanda dadas las altas remesas externas; el gasto público incrementado; los dineros de la economía subterránea de la coca y el contrabando; y la recuperación de la minería e hidrocarburos, frente a una oferta agropecuaria gravemente impactada por “El Niño” y “La Niña”, y la “inflación importada”. Esta combinación de sucesos ha derivado en una subida de precios de la canasta familiar haciendo revisar hacia arriba la proyección de la inflación en el país.
 
Predecir el futuro no es fácil, sin embargo, cada quien tiene la capacidad de hacer pronósticos sencillos sobre lo que cree que pasará con la economía, por su experiencia pasada (“expectativas adaptativas”). Pero, cuando el clima político y social se enrarece, cuando la incertidumbre aumenta, cuando el GLP y los combustibles o los alimentos escasean y cuando no hay una solución de fondo al problema, la sicología se impone y no resulta extraño entonces que las personas tiendan a sobre-reaccionar y a anticiparse a los acontecimientos futuros (“expectativas racionales”) provocando más inflación.
 
Frente a ello, las medidas monetaristas o la apreciación del tipo de cambio no son suficientes porque el problema es “real”, está en los productos básicos. Un dólar más barato podría empeorar más bien la situación: baja el dólar pero no los precios, los costos de producción aumentan -suben los salarios, las materias primas, insumos y los no transables- y con ello la competitividad de los exportadores cae, pudiéndose perder mercados. Los productores temen además que la baja de los aranceles de importación y del dólar convierta a Bolivia en un importador, pudiendo perderse empleos.
 
Nadie desea un escenario donde la gente demande aumentos salariales que lleven a aumentar los costos de producción para las empresas y que éstas se vean en la necesidad de subir los precios de sus productos, pues ello podría derivar en una espiral de incrementos y, por ende, en más inflación.
 
Los precios suben porque la demanda excede a la oferta. Entonces, la respuesta tiene que ser de doble “shock”: productivo y de confianza.  Para ello lo recomendable será alentar la producción dando las necesarias garantías a un sacrificado sector productivo y de alto riesgo -el agropecuario- indispensable para solucionar el problema.
 
Ojalá que la preocupación sirva para un cambio en las políticas públicas, orientándolas a responder no sólo a lo “urgente” en la coyuntura, sino también a lo importante en lo estructural, esto es, convertir a Bolivia en una potencia productiva y exportadora, con soberanía alimentaria y con empleos dignos y sostenibles. Sólo así se superará la dificultad.

(Este artículo es un extracto de la entrevista que me hizo la periodista Roxana L. Villa de Lora G. el año 2007, cuando la inflación fue del 11,7%.  Salomón dijo: “No hay nada nuevo bajo el sol…”)

*Gary A. Rodríguez A.
es economista y Gerente General del IBCE

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El Día: Bolítica

Consideramos prioritarios los proyectos dirigidos al fortalecimiento institucional de los municipios de los países más desfavorecidos por lo que se establece la colaboración con el CEPAD para la inversión en ferias productivas y turísticas".

Ana Fabián
DIPUTADA DE GUADALAJARA


Se dice que: La Diputación de Guadalajara (México) destinará 40.000 euros para financiar el proyecto “Fortalecimiento al componente de Desarrollo Económico Local en el municipio de Porongo".


    El proyecto plantea la ejecución de 3 eventos de cultura, turismo y producción que buscan generar el acercamiento entre el gobierno municipal y sus emprendedores, comprometiendo a todos para que les den formación y capacitación".

Marcelino Ayuso
JEFE DE BIENESTAR SOCIAL DE LA DIPUTACIÓN

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El Día: El mensaje de Soza

Se le está acabando el libreto al fiscal Marcelo Soza, el director de la película llamada “Caso Rózsa”, cuya producción general se encuentra en el Ministerio de Gobierno y la Vicepresidencia. Acosado por el escándalo del videosoborno que lo hizo pasar del bando de los acusadores al de los sospechosos y asustado por una denuncia legal en su contra, el operador de las acusaciones de terrorismo contra casi 40 personas, ha confesado que tiene ganas de dejar la investigación. Soza ha estado esquivándole al fiscal que lo convocó a declarar sobre el pago de 31.500 dólares que le hicieron a Ignacio Villa Vargas, alias “El Viejo” para que acuse a numerosos empresarios y líderes cívicos de Santa Cruz. El testimonio de este oscuro personaje fue clave para mantener una trama cinematográfica que se ha caído por completo y es obvio que si Soza tuviera que decir la verdad, todos los guionistas, musicalizadores y responsables de utilería que montaron esta película se meterían en serios problemas. A lo mejor lo de Soza es simplemente una amenaza que esconde un mensaje para los que le brindan trato privilegiado a los actores del videosoborno. Son celos, pero también algo de temor a que lo dejen solo y desprotegido.

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El Día: El país de los experimentos

El peor error que cometió el Gobierno de Evo Morales fue pensar que a partir del histórico triunfo electoral de 2005, estaba comenzando la historia de Bolivia. Desde esa fecha han tratado de reinventar el modo de gobernar el país, sobre la base de una mezcolanza ideológica que ha parido una serie de experimentos que no han producido más que fracasos.

Uno de esos experimentos es el denominado control social, o mejor dicho, lo que el MAS ha querido entender por este concepto, ya que no se trata de algo nuevo en la administración estatal. En ese sentido y con fines netamente electoralistas, además de la búsqueda de consolidar la hegemonía política en el país, el régimen gobernante empoderó a sindicatos, movimientos sociales y agrupaciones de indígenas para que adopten una serie de responsabilidades y atribuciones que deberían ser competencia de instituciones dotadas de mecanismos legales, instrumentos procedimentales y sistemas de fiscalización propios de estados bien organizados.

De esa manera se les otorgó a dichas organizaciones la potestad para administrar justicia, intervenir en asuntos delicados como el control del contrabando, la lucha contra el narcotráfico y la ejecución de proyectos productivos supuestamente estratégicos. La parafernalia ideológica oficialista colocó a los movimientos sociales en el sitial de grandes baluartes de la virtud y la honestidad y como los portadores de los genuinos intereses de las grandes mayorías excluidas. Producto de esa descomunal enajenación de la administración pública es que a nombre de la justicia comunitaria, las áreas rurales se han convertido en zonas abiertas al linchamiento; se han erigido verdaderos protectorados comunitarios del contrabando y el narcotráfico y obviamente, los proyectos productivos nacionalizados o creados por el Estado Plurinacional y que cayeron en manos de la “supervisión” comunitaria, se han convertido en un fiasco descomunal que ocasiona pérdidas millonarias al erario nacional. El presidente Morales ha sido justamente uno de los principales impulsores de esa piñata administrativa a través del programa “Evo cumple”, que ha repartido cientos de millones de dólares a organizaciones sociales que no tienen la capacidad de diseñar proyectos y menos de ejecutarlos y hacerles el respectivo seguimiento y fiscalización.

Cómo es posible que se ponga a los cocaleros del Chapare a ejecutar el control social de la política antidrogas o de los planes de erradicación de cultivos ilegales. Ni siquiera los ayllus del norte de Potosí fueron capaces de soportar los embates de mafias desbordadas que los convirtieron en sus cómplices. De esa forma han reclutado a decenas de lo que hoy son “narcocomunidades” en los valles de Cochabamba y otras regiones.

La Policía, que actúa como otro movimiento social al servicio de los intereses partidarios del Gobierno, también ha caído en el mismo oscurantismo y ahora el presidente Morales conmina a su comandante a hacer una limpieza total en un plazo de tres meses, cosa que no va a suceder porque el Estado no tiene la capacidad de imponer políticas institucionales en medio del caos que él mismo ha creado. El último experimento se llama Agencia para el Desarrollo de las Macro Regiones y Zonas Fronterizas  (Ademaf), organismo al que pretenden dotar  mediante una ley de múltiples competencias y la capacidad para pasar por encima de la Aduana, la Policía, las fuerzas antidrogas y hasta de YPFB. ¿Qué clase de adefesio administrativo es ése?

Producto de la descomunal enajenación de la administración pública es que a nombre de justicia comunitaria, las áreas rurales se han convertido en zonas de linchamiento.

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Los Tiempos: LAS REBELIONES ÁRABES Y LA HIPOCRESÍA MUNDIAL

Los casos de Libia y Baréin, cuyos regímenes represivos son juzgados con diferentes raseros, ponen en evidencia la doble ética que impera

Una de las características más importantes de la ola de revueltas que continúa sacudiendo el mundo islámico es que ha sometido a una muy rigurosa prueba a gobernantes de todo el mundo, a instituciones y organismos internacionales, a intelectuales de un extremo a otro del espectro político e ideológico e incluso a quienes sin ocupar ningún lugar de influencia en el escenario político siguen con algún interés los acontecimientos internacionales. Ha puesto en evidencia todas las formas de doblez tan comunes en el mundo actual permitiendo así que se destaquen, por contraste, las pocas voces que se elevan guiadas por principios de valor universal y no por cálculos de cualquier otra índole.

Al principio, cuando los movimientos insurreccionales desafiaron a los regímenes de Túnez y Egipto, parecía relativamente fácil tomar partido o eludir hacerlo. Solidarizarse con los jóvenes que pedían libertad y democracia y condenar, así fuera sólo de boca para afuera, a déspotas como Ben Ali o Mubarak no implicaba demasiado costo, de modo que a nadie fue difícil asumir la posición más rentable en términos políticos.

El asunto comenzó a complicarse cuando la chispa se encendió casi simultáneamente en Libia, Yemen y Baréin, países en los que está en juego mucho más que un cambio de Gobierno. Los intereses económicos, políticos y sobre todo geopolíticos que se han puesto en juego en esos países son demasiado grandes para dejar el desenlace de las revueltas en manos de los insurgentes y es ahí, al llegar a ese punto, donde la hipocresía internacional ha alcanzado su máxima expresión.

Así, quienes se rasgan las vestiduras haciendo alardes de indignación en nombre de los derechos humanos por la manera brutal como en Libia Muamar el Gadafi masacra a su pueblo miran con total indiferencia lo que ocurre en Baréin, donde con ayuda de Arabia Saudita los insurrectos son reprimidos con una brutalidad mucho más parecida a la aplicada por el dictador libio que a la relativa pasividad con la que los gobernantes de Túnez y Egipto fueron defenestrados sin atreverse a reprimir las insurrecciones que desafiaron su poder. Y viceversa.

En medio de tan grotesco despliegue de doblez e hipocresía, son muy pocas las excepciones que se destacan. Entre ellas las de Human Rigths Watch o Reporteros Sin Fronteras, cuyo bien ganado prestigio tiende a multiplicarse por ser algunas de las pocas instituciones que en verdad ponen la causa en cuyo nombre actúan -la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión- por encima de circunstanciales intereses políticos y económicos o afinidades doctrinarias e ideológicas. Lo mismo puede decirse de algunos medios de comunicación del mundo que lamentablemente constituyen la excepción y no la regla.

El caso más deplorable, precisamente por lo mucho que representa, es el del Consejo de Seguridad de la ONU, que una vez más muestra cuán lejos está de cumplir el fin para el que fue creado, que no es otro que defender la justicia y los derechos humanos sin importar si alinearse con las víctimas o con los victimarios es más o menos conveniente a los intereses de los países que lo integran.

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El Deber: Necesaria recuperación

Aunque fueron de magnitud impresionante, es poco probable que se prolonguen durante mucho tiempo los negativos efectos de los desastres naturales ocurridos en Japón en la economía de ciertos países de América Latina.

Tras el potente terremoto seguido de un maremoto hace algunos días, ese país asiático sufrió millonarias pérdidas y la paralización de sectores estratégicos de su producción industrial. Tras esto cundió el temor y la inseguridad en los centros bursátiles de la región, al punto de que bajaron los respectivos índices de valores, merma que también se produjo en otras bolsas del mundo.

En Bolivia, igualmente que en Perú, México, Brasil y Argentina, promueve inquietud la posibilidad de que lo acontecido en Japón repercuta negativamente en sus respectivas economías nacionales.

Es que, en términos globales, la exportación anual de esos países al mercado nipón asciende a la por cierto importante suma de 32 mil millones de dólares.

A corto plazo, según algunos analistas, la referida cifra podría experimentar una reducción considerable, pues Japón dejará de importar por el tiempo que dure la paralización de sus sectores industriales.

Se hallan paralizados, entre otros, los complejos industriales de Toyota, Nissan, Honda y Suzuki, todos ellos dedicados a la fabricación de motorizados que se exportan a Europa, Asia y América. Bolivia es precisamente uno de los países que suministra a Japón productos primarios (metales, sobre todo). Las exportaciones nacionales hacia el enorme mercado del Sol Naciente ascendían a la de ninguna manera despreciable suma de 460 millones de dólares. Resulta imposible vaticinar cuánto tiempo Bolivia padecerá los efectos negativos de una reducción de dicha cifra.

Pero analistas más optimistas confían en la capacidad japonesa para una recuperación más o menos rápida que le permita volver a la normalidad, sin exponer a los miembros de la comunidad internacional a riesgos de inestabilidad económica y financiera que ya empiezan a manifestarse en el ámbito bursátil y en otros sectores.

Ojalá que Japón consiga recuperarse de tan devastador cataclismo y que la aplicación de los miles de millones de dólares que requiere para volver a la situación de bonanza de antes de la catástrofe sísmica, agravada por el maremoto y la explosión de sus plantas nucleares, sean acompañadas de medidas que eliminen nuevos vectores de crisis, en el marco de la cooperación y la solidaridad internacionales que se merece la potencia asiática. Y es que la recuperación japonesa favorecerá a todos por igual.

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Cambio: Sin pasado no hay futuro

Como decía Cicerón, la memoria es el tesoro y guardián de todas las cosas, es el almacén de la mente, y la capacidad para recuperar lo almacenado. Es un océano inmensurable, situado en un lugar tan pequeño y complejo como es el cerebro. Sin memoria a corto y largo plazo la vida sería mucho más difícil, no podría haber continuidad ni recuerdos ni relaciones ni identidades, pero existen muchos tipos de memoria y, por supuesto, muchos tipos de "olvido". Es decir, no hay pasado sin presente ni futuro sin pasado.

Por eso es inadmisible —por decir lo menos— que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, intente minimizar en la memoria colectiva latinoamericana el sangriento golpe militar del 11 de septiembre de 1973, aciago día en el que hordas de Augusto Pinochet, con el apoyo y financiamiento de la CIA, derrocaron y asesinaron al presidente Salvador Allende e impusieron una dictadura que no sólo violó los derechos humanos sino que sembró ese territorio de miles de muertos y desaparecidos.

"No nos quedemos atrapados en la historia", respondió impertérrito Obama, a la pregunta sobre la responsabilidad de su país en la gestación y posterior ejecución de esa cruenta asonada. "No puedo hablar de las políticas del pasado", agregó el mandatario norteamericano, quien dijo que prefería hablar del presente y del futuro; juicio que fue compartido por el gobernante anfitrión Sebastián Piñera. "Apenas quedó tiempo para los temas del futuro y por tanto no nos remontamos al pasado", acotó el titular del Gobierno chileno, su anfitrión.

Sin embargo y a la luz de las atrocidades que cometió la dictadura pinochetista y la sed de justicia del pueblo chileno, a casi 38 años del golpe, no es posible mirar al futuro sin aceptar las responsabilidades del pasado. ¿De qué tienen miedo quienes prefieren mirar el futuro sin escrudiñar el pasado? ¿por qué cierran los ojos ante la dignidad y la sed de justicia que reclaman los familiares de miles de torturados, muertos y desaparecidos? ¿por qué tenerle miedo al pasado?

No hay que esconderse de las barbaridades que se cometieron durante los 17 años de vigencia de una de las más atroces dictaduras militares impuestas por la Casa Blanca en América Latina.

En ese contexto y en la antesala de su llegada a Chile, según reportó Prensa Latina, parlamentarios, organizaciones de la izquierda, agrupaciones defensoras de los derechos humanos, el Colegio de Profesores, autoridades del pueblo mapuche y líderes estudiantiles le solicitaron a Obama se excusara por el protagonismo de la Casa Blanca en el golpe militar del 11 de septiembre de 1973.

Que Obama parta por pedirnos perdón a todos los latinoamericanos y en particular al pueblo de Chile por la Operación Cóndor y por el golpe pinochetista que significó la muerte de miles de personas y una cantidad aún no conocida exactamente de detenidos y desaparecidos. No obstante, Obama no dio muestras de arrepentimiento del apoyo de su país en la década de los años setenta a las dictaduras latinoamericanas. Por el contrario, la Casa Blanca no desclasifica los archivos de la CIA que aún mantienen bajo el manto de la impunidad a genocidas del terrorismo de Estado.

En ese contexto, el llamado de Obama a una América Latina asociada a Estados Unidos, a "una región que se mueve orgullosa de su progreso y lista a asumir un mayor protagonismo en el mundo", y que "por todas esas razones (…) es más importante que nunca para la prosperidad y seguridad de Estados Unidos", es un affaire discursivo propio de la doble moral de Washington que habla de libertad, democracia y de la soberanía de los pueblos, mientras bombardea Libia y asesina impunemente en Afganistán, Irak…

Por eso, no será posible construir un futuro común sin mirar el pasado, sin el arrepentimiento de Estados Unidos respecto de los miles de torturados, muertos y desaparecidos de las dictaduras que patrocinó durante la década de los años setenta.

No será posible construir un futuro común sin mirar el pasado, sin el arrepentimiento de Estados Unidos sobre los miles de torturados, muertos y desaparecidos de las dictaduras que patrocinó durante la década de los años 70.

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La Prensa: La Paz parada

Si bien el ciudadano paceño respeta las exigencias y reclamaciones vistas el día de hoy, es lamentable que estas demandas sean movilizadas, nuevamente, en la urbe de nuestro departamento.

¡La Paz parada! Ya no importa el sistema de gobierno, sea neoliberal, conformado por una megacoalición de partidos políticos, imprescindible para lograr una mayoría que legalice el acceso al poder, o de línea socialista, que goza de legitimidad de dos tercios del electorado nacional? La Paz parada.

Ayer nos tocó sentir la fuerza de la marcha organizada por la Central Obrera Boliviana y varias universidades públicas del país (UMSA, UPEA, UMSS y otras). La primera exige la derogación del Decreto Supremo 0809

?que establece un incremento salarial del 10 por ciento, rechazado por los diversos sectores representados por la COB?, y las universidades, la defensa de la autonomía universitaria y de la autonomía de gestión del seguro social propio del sector. Esta marcha convocó a dirigentes, trabajadores, estudiantes, docentes, plantel administrativo y otros que recorrieron por miles desde Senkata, pasando por la ciudad de El Alto, hasta el centro de la sede del Gobierno. Ni la lluvia ni el frío han podido detener la determinación de estos sectores, los que han perseverado a pesar de la adversidad del clima.

La historia reciente ha demostrado que la reivindicación de los derechos sociales se gana en las calles. La expresión pacífica de la marcha es y ha sido siempre un método efectivo en la lucha social. Sin embargo, no olvidemos que los derechos de uno terminan donde se lesionan los derechos de otros. Si bien el ciudadano paceño respeta las exigencias y reclamaciones vistas el día de hoy, es lamentable que estas demandas sean movilizadas, nuevamente, en la urbe de nuestro departamento. El sonido de gritos y petardos recuerda épocas de inestabilidad.

El perjuicio causado al ciudadano común, choferes, jornaleros, funcionarios, trabajadores, turistas y otros es inmenso. El daño causado a La Paz también es considerable, toda vez que las imágenes de las marchas se extienden por las señales de cable e internet hacia el resto del mundo, mostrando nada más que un país en conflicto.

Si bien las peticiones de la marcha son legítimas, también es legítimo exigir que éstas se traten en mesas de diálogo entre representantes de los sectores y del Gobierno. No se pretende incidir en ningún aspecto de naturaleza política, pero qué bien cae preguntarse?¿hasta cuándo pues?

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El Diario: Las universidades y la estrategia de dividir

El Gobierno tuvo que retroceder ante las universidades públicas para evitar un nuevo frente de conflicto sumado a los numerosos que se le abrieron por la elevación del costo de vida, por el reajuste de pasajes de transporte y, sin embargo, para el sistema universitario público es importante “curarse en salud” en protección de sus privilegios.

Poniendo en práctica su propia estrategia, el Ejecutivo convocó sólo a los universitarios para proponerles que una buena tajada del Impuesto a los Hidrocarburos (IDH) vaya “a favor directo de los estudiantes”, remarcando además que ellos “son la mayoría”, propuesta que confunde a las universidades con un conglomerado indistinto de personas y como si el IDH fuera un objeto de reparto al interior de las instituciones. O tal vez un ensayo de seducción a los organismos universitarios (FUL, CUB, etc.), lejos del sano beneficio del conjunto del estamento estudiantil.

La reunión con esta parte tuvo la connotación de dividir a la comunidad universitaria, práctica consuetudinaria del actual régimen o un método inducido -a dosis menores- de lucha de clases que vemos aplicar cotidianamente. Se dice que las movilizaciones universitarias se las dirige contra tres leyes: Financial, de Reforma Educativa, Electoral y el proyecto de Seguro Universal de Salud, todas supuestamente atentatorias contra la autonomía.

En el encuentro, los estudiantes se quejaron de que el IDH sirve para el crecimiento exagerado de la infraestructura de sus centros de estudio y “para pagar indemnizaciones a los profesores” (catedráticos), las que se conoce que se paga en cuantías mayores a lo normal. Por su parte, los universitarios potosinos denuncian que docentes y administrativos cobran inclusive por fines de semana y feriados, además de otras canonjías. En ese contexto no es extraño que secretarias ganen al mes Bs 9.000 y los docentes se hagan hasta de Bs 15.000/mes. Alguna vez trascendió que la dirigencia de los universitarios no es ajena a la percepción de bonificaciones y que incluso cobran por el alquiler de algunos ambientes, de modo que no son los más llamados a “tirar la primera piedra”, salvo que los actuales dirigentes sean libres de paja y culpa.

Sobre todo inquieta a las Universidades el tema de la fiscalización por la Contraloría General y el Seguro Médico Universitario, por su posible absorción al Seguro Único de Salud, pero el ceño fruncido de la educación superior fue suficiente para que el Gobierno arríe sus banderas, de modo que los estamentos universitarios pueden descansar y enfermar tranquilos. El Ejecutivo arguye ahora que el Estado incrementó los presupuestos universitarios en más del 110% y si el 2005 recibían Bs 1.019 millones, el 2010 recibieron Bs 2.277 millones, teniendo las universidades en los bancos ingentes sumas ociosas por no saber en qué gastar.

El origen de esta recriminación no es otro que el traslado de cuotas del IDH a las universidades y a las alcaldías en perjuicio de las entonces prefecturas, cuando éstas en varios departamentos estaban ocupadas por la oposición. En lo concreto, el enriquecimiento de las universidades no tuvo evidentemente precedentes y es un regalo a ciegas sin el requerimiento de planes que justificarán en alguna medida la transferencia financiera, aunque nunca será justo quitar a unos para dar a otros.

Por su parte, las actuales autoridades universitarias invocan que la Autonomía “costó muchas vidas”, protestando en defensa de esta “conquista”, que ellos no hicieron más que heredarla “en bandeja de plata” y ponerla a su servicio, aun cuando el sacrificio de tales vidas sea todavía tema susceptible de investigación si se separa “el trigo de la paja” y si se ausculta que el belicismo político tras el escudo universitario es cosa distinta de una autonomía apartidista para beneficio público. Vivimos sometidos a leyendas dudosas, como verdades absolutas. “Sólo la verdad os hará libres”, prescriben sabiamente las Sagradas Escrituras.

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El Mundo: Vital

La Organización de las Naciones Unidas nos recuerda la importancia del agua en la el desarrollo de la vida y consagra este día a crear conciencia en el mundo sobre la importancia que tiene la preservación de ese líquido indispensable. En reiteradas oportunidades, las autoridades del Gobierno han insistido sobre la importancia de la preservación del agua como elemento fundamental para la conservación de la naturaleza.

Nuestro país tiene como uno de sus principales elementos de exportación no tradicional y como base de la producción nacional la actividad agropecuaria, ella no podría ir adelante si no se contara con este elemento.

Los planes municipales en casi todas las poblaciones menores tienen como base de sus proyectos la instalación de servicios de riego que permitan una administración correcta de este elemento y evitar que vaya a ser desperdiciado.

No obstante la intensidad de las lluvias en la temporada actual, los servicios de captación y procesamiento de aguas todavía tienen mucho camino por avanzar para llegar a las condiciones ideales.

En nuestro país, las capitales de departamento cuentan con servicios adecuados, pero en las poblaciones rurales el maneja del agua potable ofrece deficiencias que merecen ser atendidas con una dedicación especial.

Uno de los mayores daños que se causa a este elemento dentro de nuestro país está relacionado con la contaminación de los cursos de agua, especialmente por las actividades industriales.

Desde la época de la colonia, la minería ha representado un peligro para los ríos y la vida que se desarrolla en ellos, por la contaminación como resultado de los trabajos de separación de los metales para luego ser llevados al trabajo de refinación.

En el caso particular de Santa Cruz, el trabajo de los ingenios azucareros ha mostrado también, como consecuencia de la expulsión de los desechos a los ríos de la región, la muerte de miles de peces y el riesgo de que se pueda afectar la vida de las personas que habitan en las poblaciones ubicadas en las márgenes de los ríos.

En el día en que se recuerda la necesidad de preservar este elemento hacemos un llamado a las autoridades, no sólo a nivel nacional sino especialmente a aquellas que tienen a su cargo la atención de las poblaciones menores para que toman conciencia sobre la importancia que tienen el cuidado del agua para garantizar no solo la vida de la flora y la fauna sino de las mismas personas y lo que es todavía más grave la conservación de la naturaleza para poder seguir gozando de sus beneficios.

Las estadísticas relacionadas con la desaparición de varias especies han de estar también en buena parte relacionadas con el irregular maneo de las fuentes de provisión de agua y el cuidado de las mismas merecen para poder continuar brindando sus b beneficios.

En el caso particular de Santa Cruz, vemos como la cooperativa encargada de la atención de servicio de agua potable y alcantarillado ha alcanzado un nivel de especialización tan grande que además de garantizar la provisión asegura también la captación de este recurso, a tiempo de mencionarlo es necesario recordara el compromiso de la ciudadanía que debe afirmarse para colaborar en la concreción de los planes.

Las principal recomendación es la de preservar este recurso haciendo que sea utilizado de la manera más racional. Lamentablemente, la cultura nos ha llevado por un camino que se caracteriza por el desperdicio de este elemento por lo que cualquier recomendación que se haga para racionalizar el uso u velar por su conservación ha de ser bien recibido y ojala practicado sin retaceos.

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Opinión:

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Clarín, Argentina: La depuración de fuerzas policiales

En las últimas semanas se han conocido varios casos de policías involucrados en delitos, desde la caída de una banda liderada por policías, en Pergamino, hace una semana, hasta la investigación abierta a 90 policías por dar protección a prostíbulos en la Ciudad, una actividad sobre la que se sospecha desde siempre.

Estos hechos tienen un costado auspicioso en la medida que muestran que hay investigación policial y de la Justicia y que los miembros de las fuerzas de seguridad que delinquen no tienen asegurada la impunidad.

Pero también revelan que en esos cuerpos existen elementos que forman parte no de la solución sino del problema de la seguridad y que los gobiernos, de la Provincia y de la Nación, así como las direcciones de los cuerpos, no han logrado una depuración efectiva de las policías de las que son responsables, lo cual constituye un riesgo para la ciudadanía y un desprestigio para las instituciones encargadas de la seguridad ciudadana.

El descubrimiento de delitos cometidos por policías muestra la acción de la Justicia y de las propias policías, pero también que falta una depuración efectiva de las fuerzas.

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