Un socialismo súper avanzado

Franklin Alcaraz

alcaraz Evo dijo que la Coca-Cola destapa cañerías y que comer pollos ocasiona calvicie. Chávez dijo que la civilización marciana se extinguió destruida por el capitalismo (una perlita que la historia se encargará de darle el lugar que merece). También dijo que los Estados Unidos provocaron el seísmo de Haití, con un arma secreta. Quiere fabricar 120.000 computadoras al año que no contengan ni una sola pieza que proceda de Estados Unidos. Hasta le puso nombre al proyecto: La computadora bolivariana (probablemente otros harán sus computadoras amazónicas, andinas, caribeñas, chaqueñas, cambas, collas, etcétera). García quiere indianizar al blanco y mestizar al indio. Evo dijo que Bolivia, en 20 años, sería igual a Suiza (ya van cinco y no pasa nada). Chávez apostó su vida diciendo que en diez años derrotará la miseria y la pobreza. ¡Caramba! Uno se pregunta a quién se dirigen estas frases. Y, claro, si hay gente que les cree (no puedo dejar de pensar en los marcianos).

La verdad es que yo creo en la vida extraterrestre, y creo que estos seres tienen un sistema político muy evolucionado, es decir, el socialismo del siglo XXI. Estos seres son los sobrevivientes de otros sistemas políticos del universo, dado que el sistema capitalista probablemente acabó con civilizaciones enteras (¿habrá acabado también con los dinosaurios de esos planetas?). Estas súper civilizaciones probablemente no comen pollos ni inventaron la Coca-Cola, por lo tanto, no tienen calvos. Me queda la duda de con qué destapan sus cañerías (si tienen cañerías, porque tal vez usan agua de los ríos y hacen sus necesidades ecológicamente al aire libre). O tal vez sí inventaron la Coca-Cola para ese efecto.



Obviamente en esos planetas tan evolucionados, todos los medios de prensa son del Estado. Tienen miles de países con millones de idiomas, todos oficiales. Cada regioncita tiene también su bandera y sus gobernantes obedecen al pueblo “para gobernar”, tal como dijo Marcos (perdón, el comandante). Allí ya todos se igualaron hacia abajo en un proceso que nosotros apenas empezamos. Claro, porque igualarse hacia arriba crearía nuevos ricos y en el socialismo interplanetario del siglo XXI todos tienen que ser pobres pero iguales. Así nadie envidia a nadie. Tampoco debe haber doctores, abogados, ingenieros, administradores, etcétera. Copiaron lo más avanzado que tenemos: dictadores eternos que controlan absolutamente todo. Cuba debe ser un ejemplo irremplazable y Fidel debe estar al borde de la entronización en esos lejanos planetas. Eso, si no es ya un santo y un profeta interestelar inmortal. Pero vamos bien. Si a los países del Alba les va bien, y van sumándose cada vez más naciones, alcanzaremos a otras civilizaciones más desarrolladas que nosotros. Por lo menos a los de nuestra galaxia. Los de otras, ni soñar. Esas civilizaciones ya deben estar en el socialismo del siglo XXII o XXIII.

Hay que tener fe. Hay que acabar con las incipientes autonomías que tenemos. Otras, como la autonomía universitaria o el sistema de participación popular, por ejemplo, hay que terminarlas. Liquidar la empresa privada y terminar silenciando a los que piensan. La educación es un arma clave. No hay que educar. Hay que adoctrinar, que no es lo mismo. Así los niños crecerán sin haber conocido ningún otro sistema dañino. Ni se imaginarán qué era el capitalismo o qué era disponer del dinero para comprar propiedades, autos o un chupete. Es decir, viviremos todos felices. Pobres, pero felices. Ignorantes, pero felices. ¿No es linda la vida?

La Prensa – La Paz