Hillary Clinton apremia por reformas en el mundo árabe

HILLARY-CLINTON Las insurrecciones en el mundo árabe podrían terminar como "sólo un espejismo en el desierto" si los gobernantes son incapaces de realizar las exigencias de una mayor democracia y una mejor economía, advirtió la titular de la diplomacia estadounidense, Hillary Rodham Clinton.

La secretaria de Estado en el gobierno del presidente Barack Obama planteó el dilema entre fuertes señales de un retroceso en la llamada "Primavera Árabe", pues Moamar Gadafi persiste en una guerra cruenta contra los rebeldes libios mientras los gobernantes, de Yemen a Siria pasando por Bahrein, rechazan violentamente el llamado de sus pueblos a una transformación democrática.

Incluso en Egipto y Túnez, donde las revoluciones consiguieron derrocar a los presidentes que gobernaron por un tiempo conjunto de 54 años, los procesos reformistas están en riesgo.



Al participar en el encuentro anual del Foro Mundial Islámico-Estadounidense, Clinton señaló que ésta era en varias décadas la primera verdadera oportunidad para un cambio esencial en esa región.

"¿Profesarán el pueblo y los gobernantes del Medio Oriente y del Norte de África una nueva y más inclusiva orientación para resolver los persistentes retos políticos, económicos y sociales de la región?", preguntó la secretaria de Estado.

"¿Consolidarán el progreso de las últimas semanas y satisfarán las aspiraciones largamente negadas de dignidad y oportunidades? O, cuando nos reunamos en este foro en un año o cinco años o 10, ¿habremos visto desvanecerse las perspectivas de reforma y recordaremos este momento como sólo un espejismo en el desierto?"

El mensaje fue en muchos aspectos una secuencia del que pronunció en enero en Doha, Qatar, cuando le advirtió a los gobiernos árabes que se arriesgaban a "sumirse en la arena" si desatendían las necesidades de sus pueblos. Un día después, el entonces presidente tunecino Zine El Abidine Ben Alí huyó del país en medio de protestas de numerosas personas que exigían su renuncia. El también entonces presidente egipcio Hosni Mubarak dimitió un mes más tarde bajo una presión similar.

AP