Muy lindo para ser incierto

Álvaro Riveros Tejada

riveros_thumb Tuvieron que pasar más de cinco años, de gobierno plurinacional para que el pueblo vea, mitad incrédulo y mitad satisfecho al presidente de la república rodeado por los 5 de los 8 ex presidentes redivivos, en una reunión “fraterna” celebrada en Palacio de Gobierno, recibiendo su asesoramiento para las futuras acciones que se lleven a cabo, con respecto a Chile, con miras a resolver nuestro centenario reclamo marítimo.

El pueblo incrédulo, porque él pensaba ver a los ex mandatarios con sus esposas (léase enmanillados) y marchando en mangas de camisa hacia la guillotina, bajo el látigo inclemente del senador Eugenio Rojas. Al haber primado esa condición, se ha demostrado que efluvios democráticos habrían penetrado al Palacio, provocando que la furia revolucionaria robespierriana pase o, al menos, este muy cerca de hacerlo.



Satisfechos, porque con este gesto S.E. señaló, con muy pocas horas de diferencia, que iba tomando distancia de los termocéfalos que le aconsejaron con anterioridad, primero a no asistir a las reuniones de la COB y luego, jamás retratarse al lado de los diablos neoliberales.

No sabemos con precisión, cuales podrían haber sido las razones que motivaron a S.E. a cambiar el rumbo de su comportamiento. Lo cierto es que ese mito del 54% de la preferencia electoral que lo encumbró en las alturas de Akapana se ha ido diluyendo. Desde este pedestal era difícil dialogar con ex dignatarios que, o no fueron elegidos, o si lo fueron fue por un escaso margen. Menos, por supuesto, con los siervos de la gleba que se los consideraba activos fijos de su movimiento socializante.

De no estarse dando este mismo fenómeno con su homólogo venezolano Chávez, quien fue inusitadamente a buscar a su otrora denostado colega colombiano Juan Manuel Santos para protagonizar un encuentro que potabilice, nada más ni nada menos, que a la figura del otrora golpista Porfirio Lobo y la reinserción de Honduras al seno de la OEA, estaríamos proclives a creer que el fenómeno radiactivo del Japón viene decretando estos cambios. Empero, ellos nos obligan también a forzar la imaginación y creer que la razón de estas actitudes obedece a la necesidad de buscar salud, donde todavía no se ha manifestado la enfermedad, para que cuando ésta llegue, uno pueda enfrentarla en forma blindada o al menos, con un buen grado de inmunidad.

René Sanabria y Walid Makled Garcia, boliviano y venezolano respectivamente, ambos personajes vinculados a la discutible actividad de la agroquímica (léase narcotráfico); desde sus presidios en Colombia y EE.UU. han sacudido las bases políticas de ambos países y los dos amenazan con revelar secretos y relaciones íntimas que harían saltar por los aires los fusibles de la primavera democrática que estamos viviendo, decretando que todo este castillo de naipes del ALBA se venga abajo y que lo ocurrido hasta ahora, sea muy lindo para ser incierto.